A horas de que se instale en Venezuela la Asamblea Nacional Constituyente votada en los comicios del domingo pasado, el Vaticano le pidió al gobierno de Nicolás Maduro que “evite o se suspenda” la puesta en marcha de ese órgano. A través de un comunicado, sostuvo que la concreción de esa iniciativa podría “fomentar un clima de tensión y enfrentamiento e hipotecar el futuro” en vez de “favorecer la reconciliación y la paz” en ese país.
"La Santa Sede pide a todos los actores políticos, y en particular al Gobierno, que se asegure el pleno respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, como también de la vigente Constitución", dice la nota emitida por la Secretaría de Estado del Vaticano a cargo del cardenal Pietro Parolin, antiguo nuncio en Caracas.
La declaración avalada por el papa Francisco pretende reeditar en ese país una nueva instancia de paz tras la fallida mesa de diálogo impulsada por la Iglesia católica desde que la oposición de derecha recrudeció su embestida contra el gobierno bolivariano.
Por entonces, enviados del Vaticano convocaron a representantes del gobierno y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) a reuniones en la que primaron los condicionamientos para iniciar el diálogo antes que las propuestas para salir de la crisis. Finalmente, los intentos cesaron en diciembre del año pasado.
Uno de las razones por las que el Papa sorprendió con la declaración emitida esta mañana fue, según indica el texto, “el aumento de los muertos, de los heridos y de los detenidos” durante las últimas semanas y, particularmente, durante los comicios de hace cinco días.
"La Santa Sede manifiesta nuevamente su profunda preocupación por la radicalización y el agravamiento de la crisis en la República Bolivariana de Venezuela”, subrayó la misiva y enfatizó que “el actual clima de enfrentamientos” también afectó a la Iglesia católica venezolana. Cabe recordar que el Episcopado de ese país se pronunció contrario a la Constituyente.
Según la declaración vaticana, “se han verificado episodios de amenazas a sacerdotes, irrupciones violentas durante las celebraciones litúrgicas, acusaciones injustificadas contra instituciones eclesiásticas y ataques difamatorios públicos contra algunos obispos".
El comunidado del Vaticano:
“La Santa Sede manifiesta nuevamente su profunda preocupación por la radicalización y el agravamiento de la crisis en la República Bolivariana de Venezuela, por el aumento de los muertos, de los heridos y de los detenidos. El Santo Padre, directamente y a través de la Secretaría de Estado, sigue de cerca dicha situación y sus implicaciones humanitarias, sociales, políticas, económicas e incluso espirituales. Asimismo, asegura su constante oración por el País y por todos los venezolanos, mientras invita a los fieles de todo el mundo a rezar intensamente por esta intención. 
Al mismo tiempo, la Santa Sede pide a todos los actores políticos, y en particular al Gobierno, que se asegure el pleno respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, como también de la vigente Constitución; se eviten o se suspendan las iniciativas en curso como la nueva Constituyente que, más que favorecer la reconciliación y la paz, fomentan un clima de tensión y enfrentamiento e hipotecan el futuro; se creen las condiciones para una solución negociada de acuerdo con las indicaciones expresadas en la carta de la Secretaría de Estado del 1 de diciembre de 2016, teniendo en cuenta el grave sufrimiento del pueblo a causa de las dificultades para obtener alimentos y medicamentos, y por la falta de seguridad. 
La Santa Sede dirige, finalmente, un apremiante llamamiento a toda la sociedad para que sea evitada toda forma de violencia, invitando, en particular, a las fuerzas de seguridad a abstenerse del uso excesivo y desproporcionado de la fuerza”.