sábado, 3 de agosto de 2013

Egipto a la espera de nuevos enfrentamientos

Egipto a la espera de nuevos enfrentamientos

Egipto a la espera de nuevos enfrentamientos

Egipto se prepara para nuevos enfrentamientos. Las autoridades provisionales del país exigieron a los seguidores de los Hermanos Musulmanes el cese de las acciones de protesta antes del 4 de agosto.

En caso contrario las fuerzas de seguridad desplazarán a los manifestantes de las plazas. Entretanto, el vicepresidente de Egipto, Mohamed el Baradei, afirma que tanto los militares como las autoridades civiles se inclinan por los métodos políticos para el arreglo de la situación. 
En contra de lo que se esperaba, este viernes transcurrió en Egipto de forma bastante pacífica. La víspera los partidarios del derrocado presidente Mohamed Morsi y los Hermanos Musulmanes llamaron a la “marcha de millones contra el golpe de Estado”. En efecto, tras la oración de ayer la gente en El Cairo y sus alrededores como siempre se dirigió al mitin, pero no logró abrirse camino entre los cordones policiales. Las fuerzas de seguridad dejaban salir a la gente de las plazas, pero a nadie dejaban entrar. En una serie de distritos, particularmente, en los que hay objetivos militares y están las oficinas de las compañías de televisión, se registraron algunos choques entre manifestantes y agentes del orden. Los más agresivos fueron dispersados con gases lacrimógenos. A consecuencia varias personas resultaron heridas, aunque no se registraron víctimas graves. Los analistas destacan que fue el viernes más pacífico de los últimos tiempos. Pero no se excluye que sea la calma antes de la tormenta. Días atrás las autoridades del país presentaron a los manifestantes un ultimátum: cesar las acciones, incluidas las sentadas, antes del 4 de agosto. En caso contrario el ejército se ocupará de solucionar el problema. Nada se dice de las medidas que pueden tomar los uniformados. El portavoz de los Hermanos Musulmanes, Mohamed al Beltagi, teme un derramamiento de sangre: 
Quiero decir que la decisión de hacer uso de la fuerza para dispersar las huelgas y sentadas pone en peligro a miles de vidas. Los militares se han olvidado de su misión primordial de defender las fronteras de Egipto y decidieron matar a su propio pueblo. 
Por su parte, el vicepresidente egipcio Mohamed el Baradei está seguro de que el ejército comprende la necesidad del arreglo político de la crisis en el país. Es más, en palabras de El Baradei el gobierno no se apresta a excluir al movimiento Hermanos Musulmanes del proceso político. Los líderes islamistas no cometieron graves crímenes y el gobierno está dispuesto a otorgarles inmunidad para que puedan participar en la modificación de la Constitución y en las elecciones parlamentarias y presidenciales. El exdirector general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) percibe con sensibilidad los ánimos reinantes en el país, destaca el consultor político Dmitri Gúsev. 
Los Hermanos Musulmanes, que permanecieron treinta años acorralados, ahora son parte del sistema político. Cualquier poder que quiera ser legítimo en Egipto ahora deberá tenerlos en cuenta. O sea que su no participación en los comicios, su exclusión del proceso político ilegitima a cualquier poder ante los ojos de la comunidad mundial y de los ciudadanos egipcios. Existe solo otra vía. Si el poder está dispuesto a asumir la responsabilidad y practicar una política rigurosa, entonces deberá declarar a los Hermanos Musulmanes fuera de ley. 
Pero las autoridades políticas de Egipto y hasta los propios Hermanos Musulmanes trataran de evitarlo por todos los medios, estima el analista político Alexánder Fomenko: 
Dado que los Hermanos Musulmanes acaban de ostentar el poder, ninguna personalidad política egipcia y ningún detractor de los Hermanos Musulmanes se planteará el objetivo no solo de exterminarlos físicamente, sino tampoco de prohibir su actividad. Simplemente es imposible. De este atolladero hay que salir de alguna manera, conservando el semblante de los Hermanos Musulmanes. Seguramente ellos también encontrarán la forma de explicar a sus partidarios que hay que resignarse a lo inevitable. 
El Gobierno interino de Egipto, formado tras el derrocamiento por los militares del presidente Mohamed Morsi, prometió celebrar elecciones dentro de 6-12 meses. Pero para ello se requiere estabilizar la situación en el país. Debido al continuo enfrentamiento civil el proceso democrático puede dilatarse. 
mj/kg/er
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.

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