jueves, 15 de junio de 2017

Uso y abuso del duelo familiar: la necropolítica de la MUD


misionverdad.com

Uso y abuso del duelo familiar: la necropolítica de la MUD

 

 

 


El uso de la vanguardia violenta en las protestas de la MUD es beneficiosa en todo momento; desde que los contratan o los invitan, hasta después de que les quitan la vida, cada muerte ocurrida en esta nueva fase del terrorismo guarimbero ha servido para incrementar y alimentar el relato mediático de la represión.
Geraldine Moreno sirvió desde el primer momento en que divulgaron imágenes sobre cómo se supone ocurrió el hecho violento que le quitó la vida, sirvió muchísimo cuando se supo que habían Guardias Nacionales Bolivarianos implicados, y sirvió muchísimo más cuando murió, sirvió tanto, que estando cerca de cumplir un mes de haber fallecido, su madre, Rosa Orozco, fue llevada por María Corina Machado hasta el seno de la Organización de Estados Américanos (OEA) para hacer que -de manera no prevista- declarara contra el Gobierno de Nicolás Maduro.
No es difícil recordar que aquel plan de María Corina Machado fue tendencia en redes sociales por sus ya acostumbrados visos de show, la irreverencia histriónica bien financiada llegó hasta Washington y facturó algunas fotos, videos y titulares en la prensa gringa. El auténtico dolor de la señora Orozco se tradujo en alaridos contra Roy Chaderton y contra el propio José Miguel Insulza (para ese entonces Secretario General de la OEA y quien no consintió algunas de las exigencias de Machado), así es recordado hasta hoy.
Un año después, la misma señora Orozco acompañaba a Lilian Tintori hasta una reunión prevista con Joe Biden (no hay fotos de la reunión, ambas declararon una vez finalizada), quien en ese momento era nada más y nada menos que el vicepresidente del Gobierno de Barack Obama. Un lobby nada despreciable acercó a la mamá de Geraldine Moreno hasta las huestes del poder gringo. Posterior a eso tuvo decenas de entrevistas en todos los medios pagados por la derecha nacional y la inclusión de su caso en todos los reportes de las ONGs financiadas por transnacionales extranjeras. La desgracia bien pagada.
Actualmente la madre de Moreno sigue asistiendo a marchas antigobierno y declarando sobre los terribles hechos que produjeron la lamentable muerte de su hija, recientemente tuvo un derecho de palabra ante la Asamblea Nacional adeca, y en un acto de protesta ocupó cada mesa de los diputados chavistas con la foto del rostro destrozado de su hija fallecida.
Para la dirigencia que convida a la muerte y que luego usa ese resultado, es vital que el familiar se mantenga en ese estado de rabia permanente, en la negación continúa, les favorece el duelo no afrontado porque pueden manipular a la víctima e inducir en ella conductas que la beneficien, el caso de la señora Orozco es un ejemplo clarísimo de ello. ¿Cómo lo logran? Pues asegurándoles que el dolor por la pérdida sólo cesará ante más acciones de protesta pero ahora ante los medios, protagonizando, contando de viva voz lo que se siente perder un hijo en esas protestas. Lograr culpar al Gobierno de Nicolás Maduro de todas las muertes ante el mundo entero es, según ellos, llegar a la etapa de resolución, una especie de venganza prometida. El duelo de esos familiares no debe ser resuelto, porque mientras esa víctima permanezca en estado de rabia, de negociación, sirve para armar emotivos discursos anti-Maduro, lo que al final del día le sirve a toda la MUD y a quienes la financian.

De 2014 a 2017: mismo método, otras víctimas

Como éste, otros casos son iguales de emblemáticos: la madre de Basil Da Costa, la madre de Génesis Carmona, aparecen intermitentemente en algunos medios para reforzar el tono de "lucha" cada vez que otro joven muere durante alguna protesta, unos tienen más durabilidad en el tiempo como el caso de la madre de Geraldine Moreno, otros se van diluyendo debido a que no todos los familiares tienen el mismo nivel de resistencia ante esas solicitudes de permanecer posando al lado de María Corina o Lilian Tintori sumidas en la tristeza y el dolor de la pérdida, otras probablemente una vez pasado el tiempo, han podido reconocer que hay mucha responsabilidad en esos líderes que llevaron a sus hijos a perder la vida y que siguen prometiendo más insurrección, más sangre como la de ese hijo, 40 ó 50 no son suficientes.
La forma en cómo hoy se expone mediáticamente todo lo que ocurre alrededor de la muerte de Neomar Lander, deja constancia de cómo evoluciona esta táctica a la par de todas las demás, en especial el factor familiar y el duelo no resuelto.
Todo el mundo sabe que ante la pérdida de un ser querido, el individuo se encuentra en una situación de delicada vulnerabilidad, el cuerpo atraviesa estadios de emocionalidad compleja en donde la tristeza juega un papel preponderante, mucho más si la pérdida ha ocurrido en circunstancias violentas; no es lo mismo que un hijo fallezca luego de batallar largo tiempo contra alguna enfermedad, a que muera con el pecho impactado por un mortero que él mismo manipulaba durante una protesta política.
Cada familiar utilizado por algún vocero de la MUD, inmediata y posteriormente a la muerte de su ser querido, expone una especie de crueldad que pasa colada porque está siendo muy bien manejada por esos voceros y por los medios que proyectan el suceso, la maquillan con solidaridad y empatía, no es por nada que el necroperiodismo dejó de contar muertos en la morque de Bello Monte y ahora lo hacen en cada protesta opositora: hay más acción y muchas más formas de moldear las reacciones, de causar impacto, es la conversión de la muerte en un performance.
Hoy vemos imágenes de una risueña madre de Neomar en pleno velorio de su hijo, aparece en todos los portales web de oposición, declara, intenta no llorar, dice que seguirá en la lucha contra la dictadura, se moviliza con su hija menor a la que también conmina a odiar y dirigir palabras de rechazo contra efectivos de la GNB porque "ellos son unos asesinos”, ellos fueron los que acabaron con la vida de su hermano, nada le dice sobre el mortero que le estalló en el pecho, nada le dice sobre quiénes se lo dieron, quiénes lo llevaron hasta ese sitio, quiénes le dijeron que haciendo eso destruiría al chavismo todo.
La conducta de los Pizarro, de los Guevara y los Capriles ante estos casos podrían simular una especie de psicosis, ellos hablan de lucha no violenta a través de sus redes sociales mientras proveen a jóvenes como Neomar de explosivos como el que le quitó la vida, ellos condenan de la misma manera actos de vandalismo donde destruyen sedes de instituciones gubernamentales o algún patrimonio del Estado pero son fotografiados posando con quienes perpetran esos hechos. No hay contradicción, esas son las líneas en el juego macabro que han decidido desarrollar. Cuando uno lee a un guarimbero reclamarle falta de "bolas" a Freddy Guevara por no aupar un despliegue mucho más arrollador de la violencia, eso no se trata de que no los pueden controlar, no, es que ese que reclama no espera que así declarare el dirigente, pero esa sí es la reacción que el dirigente necesita, ese rebase, ese tomar la insurrección por sus propias manos, los libra de toda responsabilidad.
Son todos esos aspectos y detalles los que dan a entender por qué no hay remordimiento en la dirigencia antichavista al utilizar niños, jóvenes y familiares de víctimas del terrorismo, como ya vemos, todo ese procedimiento que tiene antecedentes recientes, es fácilmente aplicable y todos están enmarcados en las fechas de protestas. Ahora como en 2014, la necesidad de siempre es que ocurra el hecho fatal para luego sobreexponer mediáticamente el dolor familiar acompañándolo con mensajes antigobierno que luego van a ser rebotados incansablemente por los demás medios internacionales.
Es parte del plan, todo abona al relato de Estado fallido que agilizaría una intervención en el país, no hay ningún aspecto de esta guerra que libramos que no haya sido medido y tomado por quienes quieren imponer el terror para lograr ese objetivo final, de cualquier forma, la muerte sigue facturando saldo positivo para los agentes de la MUD.

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