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Venezuela y los desafíos para la democracia en América Latina

Miguel Díaz -

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El presidente venezolano Nicolás Maduro llega con su esposa Cilia Flores a las celebraciones por el quinto aniversario de la Milicia Bolivariana en Caracas el 13 de abril de 2015. (FEDERICO PARRA / AFP / Getty Images)

América Latina se plantea en el siglo XXI el desafío de fortalecer la democracia en un contexto global complejo con una retórica bélica en ascenso que amenaza la paz mundial.
Si bien luego de décadas turbulentas, marcadas por focos de guerrillas revolucionarias y dictaduras, la región se estabilizó bajo el sistema democrático, situaciones internas como la de Venezuela, con el avance del autoritarismo y la manipulación política en escenarios de pobreza y marginalidad, amenazan con debilitarlo.
En la Ciudad de Buenos Aires se encuentran reunidos, durante dos días, cuatro ex presidentes hispanoamericanos, junto al mandatario argentino Mauricio Macri, para exponer estos desafíos en el marco de la XXIII Reunión Plenaria del Círculo de Montevideo, una fundación que plantea el debate sobre desarrollo de los principios republicanos, la educación y el fortalecimiento institucional en América Latina.

De Izq. a Der.: el ex presidente chileno Ricardo Lagos, el ex mandatario uruguayo Julio María Sanguinetti y el presidente argentino Mauricio Macri en la XXIII Reunión Plenaria del Círculo de Montevideo, Hotel Sheraton, Buenos Aires, Argentina. (Daniel Musa/La Gran Época)

“Hoy nos encontramos con rupturas, debates y hasta fenómenos populistas que exceden nuestra región; y tenemos que meditar dentro de la revolución tecnológica que lo ha cambiado todo”, sintetizó en la apertura del encuentro Julio María Sanguinetti, ex presidente uruguayo y titular del foro en el que estuvo presente La Gran Época.

El desafío de unirse y reintegrarse a un mundo cambiante

Trump junto a Macri en la Casa Blanca. Foto: Win McNamee/Getty Images.

Antes de emprender una gira que lo llevará por Emiratos Árabes, China y Japón, el presidente Macri habló en la primera jornada, el 11 de mayo, sobre sus 16 meses de gestión y el liderazgo que está llevando a cabo en la región para instalar un paradigma de mayor apertura hacia el resto de los países.
“Aislarnos del mundo nos generó 30% de pobreza”, expresó con respecto a las políticas proteccionistas de sus predecesores: Néstor (2003-2007) y Cristina Kirchner (2007-2015).
“Tenemos que fortalecer las instituciones”, dijo ante unas 600 personas que colmaron uno de los salones del Hotel Sheraton de Retiro, entre los que se encontraban funcionarios, empresarios y embajadores de toda la región.

El presidente argentino Mauricio Macri en el Hotel Sheraton de Buenos Aires, el 11 de mayo de 2017. (Daniel Musa/La Gran Época)

Llamando a hacer esfuerzos para tener una mirada amplia que permita a los países latinoamericanos unirse y fortalecerse frente a los grandes jugadores globales, el ex alcalde de Buenos Aires afirmó que “el Mercosur debe converger con la Alianza del Pacífico”.
“Construir una nueva vida dentro de esta vida”, sintetizó el mandatario. “Hay que reinvertarse”.
“La velocidad de la aproximación que ha habido entre el MERCOSUR y la Alianza del Pacífico me parece estratégica para lograr la unidad latinoamericana en pos de la inserción de la región en el mundo”, declaró por su parte a La Gran Época José Octavio Bordón, el embajador argentino en Chile, quien siguió de cerca las disertaciones.
“Permite un diálogo político, de inversiones y de producción muy rico para hacer crecer este mercado interno y proyectarnos al Atlántico y al Pacífico”, añadió.

El embajador argentino en Chile, José Octavio Bordón. (Daniel Musa/La Gran Época)

Una zona de paz y sin armas nucleares

En la década del 80, los presidentes Raúl Alfonsín (Argentina) y José Sarney (Brasil) se pusieron de acuerdo en un hecho que iba a ser vital para la paz no solo en sus países sino en toda la región: la no proliferación de armas nucleares.
“Hizo que Latinoamérica sea una región libre de armas nucleares, fue un gran logro”, opinó en entrevista con La Gran Época el ex diputado nacional Fernando Iglesias, quien estuvo entre el público asistente en el Hotel Sheraton.

El ex presidente argentino Raúl Alfonsín, centro, se une a los ex presidentes de Brasil, José Sarney, a la izquierda, y a su par uruguayo Julio María Sanguinetti el 28 de junio de 1986.

El embajador Bordón, por su parte, destacó que justamente en el mundo de hoy, amenazado por atentados terroristas y bombardeos nucleares, América Latina posee la ventaja de no tener conflictos religiosos y que no haya posibilidades de guerras.
En esa apreciación coincidió también el ex presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardozo en el panel denominado La sociedad abierta y sus enemigos.
“Salvo en Venezuela, visto en perspectiva, América Latina es un área donde no hay conflictos bélicos y es un área relativamente tranquila en el mundo”, señaló el economista Bernardo Kosacoff en diálogo con La Gran Época.
“Uno podría tener una visión optimista de América Latina”, agregó el ex titular de la Comisión Especial para América Latina y el Caribe de Naciones Unidas (CEPAL) en Argentina.

El ex presidente chileno Ricardo Lagos en la cumbre de ex presidentes en Buenos Aires, el 11 de mayo de 2017. (Daniel Musa/La Gran Época)

“América Latina solo será escuchada en base a que México, Brasil y Argentina tengan una sola voz. Hay que tener una posición clara y definida”, observó por su parte el ex presidente chileno Ricardo Lagos.

La situación de Venezuela: una prueba para todos

(Foto: RONALDO SCHEMIDT/AFP/Getty Images)

Venezuela está cada vez más presente en las noticias por la delicada situación que está atravesando: con un 92,5% de inflación en solo los primeros cuatros meses del año (según cifras del Parlamento), desabastecimiento de los productos básicos y -hasta el momento- 39 muertos en las calles en los últimos 40 días, en un clima de fuerte represión.
En este marco, al que se suma unas instituciones –cada vez más- débiles, uno de los dilemas que enfrentan las democracias de América Latina es hasta dónde participar activamente para tratar de ayudar a recomponer el país.
En este sentido, Felipe González, el “presidente español más latinoamericano” (como lo bautizó el ex presidente uruguayo José María Sanguinetti), fue categórico al afirmar que “nada es comparable a la tragedia de Venezuela”.
“Venezuela no debe ir por una nueva Constituyente“, dijo respecto al llamado del presidente Nicolás Maduro a una Asamblea Constituyente para reforma la Constitución.

En este sentido, instó a “cumplir la Constitución que tiene” y “respetar los poderes de la asamblea, lo que es test básico de la democracia”. “Así se podría negociar la salida de la crisis venezolana”, aseguró.
“No es compatible hablar de democracia y tener presos políticos”, continúo.

“Es hora de rectificar”, expresó con contundencia.
“Busquemos entre todos una salida negociable”, dijo invitando a dar su opinión a sus colegas del panel denominado ‘La sociedad abierta y sus enemigos‘.
“La dictadura de Maduro en Venezuela es un escándalo internacional que tiene que terminar ya mismo”, expresó al respecto Fernando Iglesias al ser consultado por La Gran Época.
“Me parece que la comunidad internacional tiene que tomar una posición más enérgica y me parece que la solución que propuso Felipe González es razonable: que en plena vigencia de las instituciones republicanas en Venezuela, la Asamblea (que es la representación completa del pueblo venezolano), tome cartas en el asunto para salir a una situación democrática; creo que va a ser inevitable llamar a elecciones”, señaló.

Foto: FEDERICO PARRA/AFP/Getty Images.

Sin embargo, para decepción de González, de sus pares en el panel y de otros asistentes que pensaban de la misma manera, el presidente Macri confesó que no le encontraba una solución a la crisis venezolana.
“Sigo sin ver una salida”, afirmó sin arriesgar a dar una respuesta más contundente al respecto acerca de cómo debería actuar la comunidad internacional ante ello.
Por su parte, el embajador Bordón se mostró más prudente al reconocer que si bien “hay un pésimo funcionamiento democrático, esas instancias todavía existen” en Venezuela.
“No estamos hablando de una transición desde una dictadura a la democracia, sino de cómo se restablece el pleno funcionamiento de la democracia en Venezuela y esto supone no una estrategia de acordar sobre principios sino de poner en práctica los principios democráticos que la propia Venezuela tiene en su Constitución”, aclaró.
“Ojalá que Venezuela salga y resuelva su situación sin que tengamos que hablar que es una dictadura”, concluyó.

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