martes, 18 de junio de 2013

Andrés Granier, el químico, y su laboratorio en Tabasco

Andrés Granier, el químico, y su laboratorio en Tabasco

Un modesto negocio de análisis clínicos, cerrado en 2012, es parte de las propiedades que ha reportado el ex gobernador de Tabasco. Te presentamos un fragmento de un reportaje sobre el laboratorio de Granier.
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Víctor Ulín, reportero del periódico digital Águila o Sol, reportó esta mañana que el laboratorio del ex gobernador Andrés Granier, localizado en Tabasco, fue cerrado en diciembre de 2012, y que el negocio luce modesto.
En entrevista para Noticias MVS, señaló que antes de ser gobernador, el químico se dedicaba a los análisis clínicos y vivió durante mucho tiempo en lo que fue el laboratorio, pero dejó de hacerlo cuando llegó al gobierno estatal.
El periodista calificó al lugar como un “laboratorio muy común”, del cual no parece que se haya “amasado” una fortuna.
En su última declaración patrimonial, de diciembre de 2012, Granier reportó una fortuna de 40 millones de pesos. Actualmente, el priista es investigado por un desfalco financiero en su administración.
El reportero publicó un reportaje titulado “El químico que se quedó sin título y sin laboratorio“, del cual se reproduce un fragmento a continuación:
“Todo lo perdí, hasta mi laboratorio de análisis clínicos. El agua se llevó mi título colgado en la pared. Perdí fotos y recuerdos que tenía en la pared”… lamenta el ex gobernador al escritor Jaime Ruiz Ortiz en una entrevista publicada en el libro El Agua tiene Memoria (2012), editado por la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento de Tabasco.
El gobernador nos cuenta que al pasar por su negocio, en un recorrido en lancha con el Presidente de México Felipe Calderón (en una gira de trabajo durante los días de inundación en el 2007), éste le comentó: ¡Qué bárbaro!, ¿y qué es allá adentro?
“Señor-contestó Granier- es mi laboratorio. Ahí fue mi casa. Ahí nací. En la inundación se fueron parte de mis recuerdos…tantas y tantas cosas…”, cita en la conversación.
El 11 de junio de este año, en la entrevista con Carlos de Loret de Mola, el ex gobernador vuelve a mencionar el laboratorio para dar fe de que solo posee 13 inmuebles y de la importancia que la propiedad ha tenido a lo largo de su vida, desde su niñez.
-¿Sus propiedades donde están Químico… cuáles son…?
-Están preferentemente en Tabasco.  Mis propiedades son… donde estuvo mi laboratorio, de las más importantes… Le puedo decir (que) es de las más importantes: lo cerré en el mes de diciembre, porque mi hermana que trabajaba conmigo como química falleció. Me retiré totalmente de la vida pública, de la vida privada, está en la calle Juárez…
Las fechas tampoco le cuadraron: su hermana, Irma Granier de Lozoya, de 65 años de edad, falleció el 26 de enero de 2009 a las diez de la noche, a tres años de que Andrés Granier Melo asumiera la gubernatura y el mismo tiempo para  que concluyera su mandato, de acuerdo con la reseña de las exequias aparecida en el diario Tabasco Hoy.
La hermana de la que le habló el ex gobernador al periodista Carlos Loret de Mola lleva ya tres años de fallecida. El laboratorio, localizado en la calle Juárez del centro histórico de Villahermosa, número 523, continúo abierto hasta el mes de diciembre del 2012 según el ex gobernador, y octubre de acuerdo con la versión de Pedro, el bolero.
DOS
Pedro lo vio muchas veces salir y pararse fuera de la entrada del laboratorio para saludar a la gente. Lo hacía cuando la demanda de análisis clínicos era escasa.
La gente lo conocía y le llamaba El Químico. Los que le pidieron  ser su compadre de bautizo; su padrino de quince años o testigo de boda, son incontables, entre ellos algunos periodistas que de la noche a la mañana fundaron también una riqueza sospechosa.
Mucha de su fama y popularidad la sustentó en su predisposición al compadrazgo o padrinazgo dadivoso: la versión de que pagaba las fiestas lo convirtieron en el invitado y político ideal.
De su laboratorio, caminaba al entonces Café Casino (convertido primero en un ciber café y ahora en un restaurante de comida china). Ahí pasaba un rato con sus amigos que se diluyeron con el tiempo y otros tantos, los más, los de la tercera edad, ya fallecieron.
A unos 15 metros, sentado en su banquito, mientras lustraba los zapatos de sus clientes, Pedro, el bolero, fue testigo de la metamorfosis del Químico durante los últimos seis años.
-Cuando fue gobernador ya no vino a su laboratorio. Pero en una ocasión llegó al café casino e invitó el desayuno- refiere Pedro estirando los recuerdos que no desea compartir en un primer momento sino hasta que le confieso que soy periodista y me comparte que uno de sus asiduos clientes también escribe para un periódico.
Cuenta con los dedos y Pedro me asegura que fue a finales de octubre del 2012 cuando cerraron el laboratorio. El Químico estaba a solo dos meses de finalizar su cuestionado gobierno (tres inundaciones seguidas que le dieron discurso para justificar la falta de obras y hoy para defenderse de las acusaciones de peculado y enriquecimiento ilícito).
-A veces viene alguien a limpiar, pero está un rato y se va- me confía el bolero que durante diez años atestiguó la rutina de los que laboraban en el laboratorio para el Químico y de otros que en la vida cotidiana se han vuelto sus conocidos o amigos.
En contraste con Pedro, el empleado de un local que vende camisas piratas de fútbol a lado del laboratorio prefiere no decir nada (mira desconfiado) y me remite a un presunto ex empleado  de Andrés Granier que no encontré en el puesto de revistas que me indicó, frente al parque Juárez, a un costado del Bancomer , sobre la calle Zaragoza.
Un conocido interrumpe el trabajo de Pedro. Me confirma, con su broma, que Pedro conoció al Químico.
-¿Qué? ¿Ya vino el Químico? Lo bueno que a ti te dejó firmado un cheque -le dice el amigo a Pedro.
Pedro le devuelve una sonrisa, pero está incómodo y rechaza la imputación con una mueca.
En una visita posterior, Pedro me confiaría que sólo una vez boleó los zapatos del Químico. Para entonces ignoraba que estaba lustrando uno de los 400 pares que poseía el ex gobernador.
Hoy ya son escasos los que presumen públicamente la amistad o el compadrazgo con el Químico (…)

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