martes, 18 de junio de 2013

España: la crisis genera corrupción

España: la crisis genera corrupción

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Los expertos españoles llegan a la conclusión de que la crisis económica que continúa en el país no solo origina un desempleo masivo sino que también corrupción entre los directivos.

El otro día, uno de los conocidos expertos en finanzas de España infirió: el siglo XXI ha generado en el país no solo un gran número de parados, que se acerca a cinco millones, sino asimismo crecimiento de la corrupción entre los directivos de diverso nivel. Anualmente la policía tan solo registra (incapaz de detener a todos los culpables) hasta ochocientos delitos de monta y arresta a unos dos mil personas. Antes de que llegaran estos tiempos no fáciles, tales cifras les parecían a los españoles lisa y llanamente irreales.
Sin embargo, hoy día la prensa madrileña escribe que estos datos mejoran la confianza de la población en los órganos del orden público más que en los órganos judiciales. La reputación de políticos y dirigentes sindicales cae a ojos vistas. Las cosas llegan al punto de que hoy el 93 % de la población esté segura de que la corrupción afecta ya las instituciones públicas más importantes. Tal cosa no se ha observado durante toda la crisis. No casualmente en un reciente artículo el rotativo El País se podía leer que la nación “está invadida por la corrupción”. Como es lógico, esto origina una polémica poco común, en particular entre los científicos y periodistas. Al propio tiempo, en la sociedad se difunden el engaño y la deshonestidad. He aquí lo que dice sobre el particular el Fiscal General Eduardo Torres Dulce: La corrupción es una especie de cáncer que afecta la importante parte de la confianza en el sistema estatal. No obstante, a pesar de la situación compleja en el país, no podemos culpar de ciertas infracciones a tal o cual persona. Además, se debe, sin duda, comprobar la culpa de cualquier persona sospechosa.
Por lo demás, alguno que otro considera que tras la Operación Malaya, que en un pasado no lejano redujo las proporciones de las estafas, sembrando entre la gente el miedo de castigo, la corrupción no debe ir en aumento. Recuerdo mi primera entrevista, que pedí, como corresponsal de la Radio y la TV, en Madrid al entonces candidato a presidente del gobierno Felipe González. Yo apenas comenzaba a trabajar y él se preparaba para ocupar el cargo del jefe de gabinete. Él dijo, entre otras cosas: "Como político haré todo lo posible para liberar al pueblo de lacras como el paro y la corrupción".
Como es natural, estos problemas preocupan también al actual presidente del gobierno Mariano Rajoy. Es cierto que de la superación de la corrupción habla menos que de la lucha contra el paro. Rajoy incluso agradeció a los dirigentes de Paraguay porque dan trabajo a los españoles de toda edad que viven allí. Por supuesto que en los últimos decenios España ha vivido no pocas dificultades, pero la mayoría de los trabajadores no han conocido fenómenos de crisis tan dilatados como hoy. Escándalos de corrupción si los había pero menos que hoy. Recordemos, por ejemplo, el escándalo en el que estaba involucrado uno de los ayudantes de Rajoy, que robó el dinero de la cuenta en divisas del partido gobernante en Ginebra.
Así y todo, en el país se recuerdan de vez en cuando los sonados escándalos de los últimos años. Según afirma un grupo de científicos de la Universidad de Tenerife, en 2006 ellos fueron víctimas de empleados concusionarios de la municipalidad local. En diferentes años “se distinguían” por sus récords los sobornadores de municipalidades de Andalucía, Valencia y sobre todo de Murcia, donde fueron cogidos con las manos en la masa el 57 % de funcionarios de los órganos locales. La mayoría de ellos eran miembros tanto del PP, gobernante hoy, como del Socialista.
De suerte que, pese a una aguda crisis, la situación se repite. Los españoles han de resolver con urgencia una tarea más sin lo que la salida de la grave crisis será muy difícil.
vs/as

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