domingo, 19 de enero de 2014

Alfredo Castillo, el “apagafuegos” de Peña Nieto (Primera Parte)



Alfredo Castillo, el “apagafuegos” de Peña Nieto (Primera Parte)
Escrito por Jenaro Villamil el 19 enero 2014 a las 11:55 am
Alfredo Castillo 02

Primera parte del texto publicado en Proceso, No. 1942.
“Tú debes buscar a una niña muerta, no a una niña desaparecida”, le advirtió su amigo Luis Cárdenas Palomino, segundo hombre fuerte de Genaro García Luna, a Alfredo Castillo Cervantes, entonces subprocurador regional de Cuautitlán Izcalli y responsable de la investigación de la niña Paulette Gebara Farah, desaparecida entre el 21 y 22 de marzo de 2010, en Huixquilucán.
A casi cuatro años de distancia, Castillo Cervantes, recién designado comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán admite, en privado, que esta recomendación fue determinante para que se resolviera uno de los casos más escandalosos de la procuración de justicia mexiquense en los tiempos de Enrique Peña Nieto como gobernador.
Y así fue. Castillo “salvó” de la peor crisis mediática al gobierno peñista, a pesar de que muchos consideraron fantasiosa y poco creíble la versión de que la niña murió accidentalmente en su propia cama. Decenas de agentes, reporteros y familiares estuvieron en el mismo cuarto donde después apareció el cuerpo de la menor, en el llamado “colchón asesino”.
Castillo le dio carpetazo al caso Paulette. Y eso determinó que semanas después, en mayo de 2010, sustituyera a Alberto Bazbaz Sacal, su amigo y procurador del Estado de México, quien había lanzado en cadena nacional de televisión que en el caso Paulette “no hay duda que se trató de un homicidio” (ver Proceso, No. 1745).
De entonces a la fecha, en menos de un lustro, el joven licenciado en Derecho por la UAM y licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Iberoamericana ha tenido una meteórica carrera: fue procurador mexiquense hasta el primer año de la administración de Eruviel Avila, con quien tuvo roces constantes por su “protagonismo mediático”; fue el responsable del área de Justicia en el equipo de transición del entonces presidente electo Enrique Peña Nieto; el 1 de diciembre de 2012 asumió como subprocurador de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo en la PGR, con línea directa con el primer mandatario; en mayo de 2013 sustituyó a Humberto Benítez Treviño como titular de la Procuraduría Federal del Consumidor, tras el escándalo conocido como #LadyProfeco; y el 15 de enero de 2014 un decreto presidencial lo convirtió en el “hombre fuerte” de Peña Nieto en Michoacán.
Como operador personal de Peña Nieto y “apagafuegos” de crisis con alto impacto mediático, Castillo Cervantes jugó un papel clave en la investigación y el expediente de la explosión de la Torre B2 de Pemex, ocurrido el 31 de enero de 2013, y en detallar las operaciones ilícitas que condujeron a la detención de Elba Esther Gordillo, la lideresa magisterial y ex aliada de Peña Nieto, en febrero del mismo año. El “elbazo” es considerado el “golpe espectacular” más importante de la administración peñista.
Con estos antecedentes, Cervantes sustituyó a Humberto Benítez Treviño, el poderoso y antes intocable ex procurador general y ex procurador mexiquense, quien avivó con sus declaraciones el escándalo provocado por su hija Andrea Benítez, quien mandó a cerrar un restaurante de la Colonia Roma en el Distrito Federal por no haber sido atendida a su gusto.
El escándalo de #LadyProfeco (el hashtag se mantuvo durante 20 días en la red social de Twitter), como antes el de Paulette, afectaron mediáticamente a Peña Nieto y provocó una disminución en los índices de popularidad del mexiquense. En ambos estuvo Alfredo Castillo para revertir los escándalos.
Pocos recuerdan que su ascenso a la procuraduría mexiquense se dio al día siguiente que María de las Heras, de la empresa Demotecnia, publicara el 24 de mayo de 2010 una encuesta en el diario español El País, donde consignó una fuerte caída en la popularidad de Peña Nieto a partir del caso Paulette.
A raíz de la pregunta de “¿Después de ver cómo manejó la procuraduría estatal el asunto de la niña Paulette, su opinión sobre el gobernador Enrique Peña Nieto es mejor o peor?”, el 45 por ciento contestó que peor y 12 por ciento “igual de mala”.
Las encuestas internas elaboradas por Ipsos Public Affaire y Buendía &Laredo para el gobierno mexiquense consignaron también una fuerte afectación en la percepción pública sobre el trabajo de Peña Nieto y peor para su procurador Bazbaz (ver Proceso, No. 1752).
En contraste, la detención de Elba Esther Gordillo, operada en absoluta confidencialidad por Castillo, le otorgó a Peña Nieto los más altos índices de aceptación en el arranque de su gobierno federal.
¿Comisionado o virrey?
Como en las crisis anteriores, la decisión de emprender un operativo militar y de seguridad en Michoacán se tomó en el gobierno de Peña Nieto tras una fuerte presión externa, diplomática y mediática.
El 9 de enero de este año, el Departamento de Estado norteamericano emitió una alerta para que sus ciudadanos no viajaran a Michoacán y Guerrero porque “grupos de autodefensas operan independientemente del gobierno en muchos casos”.
“Aunque no son considerados hostiles a extranjeros o turistas, desconfían de extraños y deben ser considerados volátiles o impredecibles”, aconsejó la institución.
En paralelo, las notas de los principales periódicos y medios anglosajones como The New York Times, The Wall Street Journal, The Guardian, Boston Journal, la BBC y CNN destacaron la lamentable situación de inseguridad y la confusión de la estrategia gubernamental frente a los grupos de autodefensa.
Frente a esta situación el 15 de enero, Peña Nieto emitió un decreto en el Diario Oficial de la Federación para crear la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, con atribuciones que rebasan, con mucho, las de otras figuras similares como fue la Comisión para la Paz en Chiapas, creada en enero de 1994 por Carlos Salinas de Gortari, a raíz de la irrupción del EZLN.
El titular de esta comisión, Alfredo Castillo Cervantes, tendrá entre sus funciones, las siguientes:
  • Coordinar a todas las autoridades federales “para el restablecimiento del orden y la seguridad” en Michoacán y “su desarrollo integral” que abarque “todos los aspectos políticos, sociales, económicos y de seguridad pública”.
  • “Formular y ejecutar políticas, programas y acciones orientadas a la prevención del delito, fortalecimiento institucional y reconstrucción del tejido social”.
  • Promover la coordinación de las autoridades locales y municipales de Michoacán con las federales.
  • Establecer mecanismos de coordinación entre el Procurador General de la República y el procurador de Michoacán.
  • “Disponer, ordenar y coordinar” las acciones de apoyo y auxilio social de la fuerza pública federal.
  • “Solicitar el auxilio de las Fuerzas Armadas, en términos de disposiciones aplicables, a fin de dar cumplimiento al decreto”.
  • “Solicitar a la Secretaría de Gobernación la remoción o designación de servidores públicos federales” en Michoacán.
Frente a estas atribuciones, el senador Luis Sánchez, vicecoordinador de la bancada del PRD y ex líder de su partido en el Estado de México, advierte: “Es una forma de decretar la desaparición de poderes en Michoacán”.
-¿Es una violación a la ley?
-Es una forma sutil de saltar las leyes. En la práctica y en la realidad, Peña Nieto está nombrando a un virrey –advirtió Sánchez, en entrevista con Proceso.
Conocedor de las maneras y estilos de gobernar de los priistas en el Estado de México, Sánchez compara esta decisión con lo ocurrido desde 2009, cuando el tricolor recuperó el llamado “corredor azul-amarillo” en los municipios conurbados de la entidad con el Distrito Federal que antes gobernaban el PAN y el PRD (Ecatepec, Atizapan, Naucalpan, Tlanepantla, Ciudad Neza, Chimalhuacán, Huixquilucan, entre otros).
“Peña nombró directamente o a través del secretario general de Gobierno entonces (Luis Enrique Miranda Nava) o del titular de la Agencia de Seguridad Estatal (David Garay Maldonado) a todos los jefes de las policías municipales, a los delegados del ministerio público y en varios casos hasta los tesoreros. Era el control total”, abundó Luis Sánchez.
Ese mismo periodo, entre 2009 y 2012, el segundo trienio de Peña y el periodo de Castillo Cervantes como procurador mexiquense, coincide también con la expansión de grupos del crimen organizado, como La Familia Michoacana, en esos mismos municipios.
Proceso solicitó una entrevista con el nuevo comisionado de Michoacán para abundar sobre sus atribuciones, pero hasta el cierre de edición no hubo respuesta.
Continúa mañana.
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