LA HISTORIA COMPLETA DE MONSANTO: LA CORPORACIÓN MÁS MALVADA DEL MUNDO (2ª PARTE)
LA HISTORIA COMPLETA DE MONSANTO: LA CORPORACIÓN MÁS MALVADA DEL MUNDO (2ª PARTE)
Como decíamos en la primera parte de este artículo, Monsanto debería ostentar el título de “corporación más malvada de la tierra”.
Seguimos con su oscura historia, ahora durante los últimos 25 años.
Década de 1990: Monsanto gasta millones de dólares
tratando de derrotar toda aquella legislación estatal y federal de EEUU
que no permite que la corporación continúe volcando dioxinas, pesticidas
y otros venenos cancerígenos en los sistemas de agua potable.
En cualquier caso, son demandados en innumerables ocasiones por
causar enfermedades en los trabajadores de su planta y en la gente que
vive en los alrededores y por los defectos de nacimiento de los bebés
nacidos en las zonas circundantes.
Incluso Monsanto es denunciada por suministrar hierro radiactivo a
829 mujeres embarazadas durante un estudio para ver qué pasaba con
ellas.
Pero el inmenso negocio de Monsanto no se ve afectado por ello y la maquinaria no se detiene.
En 1994, la FDA aprueba legalmente la última
monstruosidad de Monsanto, la Hormona Sintética del Crecimiento Bovino
(rBGH), producida a partir de cepas genéticamente modificadas de la
bacteria E. coli, a pesar de la indignación obvia en la comunidad
científica por los peligros que representa. Por supuesto, Monsanto
afirma que la leche llena de antibióticos y hormonas no sólo es segura,
sino que en realidad es extremadamente saludable.
Peor aún, las empresas lecheras que se niegan a utilizar este
producto tóxico y que etiquetan sus productos como “libres de rBGH” son
demandadas por Monsanto, alegando que eso les da una ventaja injusta
sobre los competidores. Al hacerlo, en esencia, lo que Monsanto dice es
“sí, sabemos que el rBGH enferma a la gente, pero no está bien que usted
anuncie que no está en sus productos”.
Al año siguiente, la empresa comienza a producir cultivos transgénicos capaces de tolerar su famoso herbicida tóxico Roundup.
Los productos Roundup Ready de colza, soja, maíz y algodón comienzan a
golpear el mercado, anunciados como alternativas más saludables y
seguras que sus rivales orgánicos no genéticamente modificados.
Al parecer, la propaganda funcionó, pues hoy más del 80% de colza del
mercado es de la variedad genéticamente modificada, cuyo aceite
contamina gran cantidad de productos que se pueden encontrar en los
supermercados.
Debido a que estos cultivos transgénicos han sido diseñados para
“auto-polinizarse”, no necesitan a la naturaleza o a las abejas para
hacerlo. Hay una agenda muy oscura al respecto de esto, que es acabar
con la población de abejas del mundo.
Monsanto sabe que las aves y en especial las abejas, son una traba
para su monopolio debido a su capacidad para polinizar las plantas y por
lo tanto para crear de forma natural los alimentos no controlados por
la empresa en su “programa de control y dominación completa” del
suministro agrícola. Cuando las abejas tratan de polinizar una planta o
una flor Genéticamente Modificada, se envenan y mueren. De hecho, el
colapso de las colonias de abejas es un problema ampliamente reconocido y
ha estado sucediendo desde que los cultivos transgénicos se
introdujeron por primera vez.
Para contrarrestar las acusaciones de que deliberadamente causan este
genocidio en las abejas, Monsanto compró con toda la mala intención la
empresa Beeologics, la mayor firma de investigación de las abejas, que
se dedicaba a estudiar el fenómeno del colapso de colonias y cuyas
extensas investigaciones denunciaban a Monsanto como al principal
culpable.
A mediados de los años 90, deciden reinventarse y se presenta como
una compañía centrada en el control de la oferta mundial de alimentos a
través de la biotecnología artificial, para preservar las pérdidas de
mercado del Roundup, debidas a la aparición de menos tóxicos.
Como podemos ver, el Roundup es tan tóxico que acaba con los cultivos
no modificados genéticamente, con los insectos, con los animales, con
la salud humana y con el medio ambiente al mismo tiempo. Realmente es
muy eficiente.
El plan de Monsanto desde el principio, fue que todos los cultivos
que no fueran de Monsanto fueran destruidos o dañados, obligando a los
agricultores de todo el mundo a utilizar solamente sus semillas OGM. Y
Monsanto se aseguró de que los agricultores que se negaran a entrar en
el redil, fueran expulsados del negocio o fueran demandados cuando las
semillas contaminantes de Monsanto, envenenaran sus granjas orgánicas.
Esto le dio a la compañía un monopolio virtual sobre los cultivos, ya
que las semillas geneticamente modificadas no podrían sobrevivir en un
entorno no-químico, por lo que los agricultores se vieron obligados a
comprar los dos productos de Monsanto: las semillas y el indispensable
herbicida Roundup para proteger los cultivos OGM.
Su siguiente paso fue gastar miles de millones en todo el mundo para
comprar la mayor cantidad de compañías de producción de semillas como
les fue posible y convertirlas en productoras de semillas genéticamente
modificadas, en un esfuerzo por acabar con cualquier rival y eliminar
los alimentos orgánicos de la faz de la tierra. En opinión de Monsanto,
todos los alimentos deben estar bajo su control total y si no están
genéticamente modificados, no son “seguros para ser consumidos”.
Uno pensaría que la empresa estará muy orgulloso de que sus
maravillosos alimentos transgénicos sean servidos a sus propios
empleados…¡pero no lo hacen!
De hecho, Monsanto ha prohibido que se sirvan alimentos genéticamente
modificados en sus propias cafeterías. ante tal escándalo, Monsanto
respondió que “creemos en la libertad de elección”. Lo que realmente
significa es “no queremos matar a nuestros empleados”.
¿Alguien se imagina si los propios empleados enfermaran por los
productos de Monsanto en las propias cafeterías de la empresa y
denunciaran a la compañía?
2000: En este momento, Monsanto controla la mayor parte del mercado mundial de organismos genéticamente modificados, OGM.
A su vez, el gobierno de EEUU gasta cientos de millones para
financiar la fumigación aérea de Roundup, causando devastación ambiental
masiva. Peces y animales mueren a los pocos días de la pulverización,
mientras que las dolencias respiratorias y las muertes por cáncer en los
seres humanos experimentan un aumento acusado. Pero todo esto se
considera una coincidencia inusual, por lo que la fumigación continúa.
El monstruo se hace más grande: Monsanto se fusiona con Pharmacia
& Upjohn, a continuación, las separa de su negocio químico y se
cambia el nombre para convertirse en una empresa agrícola.
Sí, es cierto, una empresa química cuyos productos han devastado el
medio ambiente, han matado a millones de personas y han dañado
gravemente la vida silvestre en los últimos años ahora quiere que
creamos que producen alimentos seguros y nutritivos. Como es una idea
muy difícil de venderle al público, continúan creciendo a través de
fusiones y alianzas secretas.
Debido a que su rival DuPont es una empresa demasiado grande para que
les permitan fusionarse, en su lugar forman una asociación sigilosa y
acuerdan abandonar los pleitos de patentes existentes de los unos contra
otros y comenzar a compartir las tecnologías OGM para beneficio mutuo.
Dicho de otra manera: juntos serían demasiado poderosos y
políticamente conectados y las leyes antimonopolio podrían actuar contra
ellos,por lo que deciden juntar esfuerzos sin que se note y conseguir
el monopolio virtual de la agricultura planetaria, bajo el lema de que “Quien controla el suministro de alimentos, controla a la gente”.
Durante estos últimos años, Monsanto es demandado en repetidas
ocasiones por cientos de millones de dólares por causar enfermedades,
deformidades infantiles y muertes por vertidos ilegales de todo tipo de
PCB’s en las aguas subterráneas, y continuamente miente acerca de la
seguridad de sus productos a través de estudios fraudulentos pagados por
la compañía.
Monsanto pasa al ataque y comienza a presentar demandas frívolas
contra los agricultores orgánicos, acusándolos de infringir sus patentes
de semillas OGM. Lo más grave es que en prácticamente todos los casos,
las semillas son arrastradas por el viento a las tierras de estos
agricultores orgánicos, desde plantaciones OGM cercanas.
De esta manera, las semillas OGM de Monsanto, no solo destruyen los
cultivos de los agricultores orgánicos, sino que a través de las
denuncias, los llevan a la quiebra por todos los EEUU, mientras el
Tribunal Supremo norteamericano se dedica a anular sentencias de los
tribunales inferiores y apoya siempre a Monsanto.
Al mismo tiempo, Monsanto comienza a presentar patentes sobre
técnicas de cría para cerdos, reclamando sobre cualquier animal que haya
sido alimentado de forma similar a la de sus patentes, con el objetivo
de hacerse con la propiedad de los animales. De hecho, sus denuncias son
tan absurdas, que siguiendo su lógica, podrían llegar a reclamar que
todos los cerdos criados en el mundo entero, infringen su patente.
El terrorismo global de Monsanto, se extiende a la India donde más de
100.000 agricultores caen en la bancarrota por la pérdida de cosechas
OGM, lo que provoca que muchos de ellos se suiciden bebiendo Roundup,
para que sus familias puedan reclamar el pago de seguros de vida.
En respuesta, el monstruo se aprovecha de la situación alertando a
los medios de comunicación de un nuevo proyecto para ayudar a los
pequeños agricultores de la India, donándoles los mismos productos que
causaron las pérdidas de sus cosechas y las consiguientes ruinas de sus
familias.
¿Y qué sucede ante tal nivel de cinismo? Pues que la revista Forbes nombra a Monsanto “empresa del año”.
Para colmo de males del mundo, Monsanto y sus socios criminales
Archer Daniels Midland, Sodexo y Tyson Foods, escriben y patrocinan la
conocida como “Ley de Modernización de Seguridad Alimentaria de 2009: HR
875″. Esta ley criminal da a las granjas corporativas el monopolio de
vigilar y controlar todos los alimentos cultivados en cualquier lugar de
EEUU, incluso en el propio patio trasero de cualquier ciudadano, y
aplica duras sanciones y penas de cárcel para aquellos que no utilizan
productos químicos y fertilizantes. ¿Cuál fue la reacción del presidente
Obama ante esta ley? Dio su plena aprobación.
Con esta Ley, Monsanto afirma que sólo los alimentos transgénicos son
alimentos seguros y que los alimentos orgánicos de cosecha propia,
potencialmente propagan enfermedades y que, por lo tanto, su existencia
debe ser regulada para garantizar la seguridad del mundo.
Por si eso fuera poco, Monsanto ha elaborado la conocida como
Resolución Continua HR 933, también conocida como Ley de Protección de
Monsanto, que Obama convirtío también en ley obedientemente. Esta ley
implica que no importa cuán dañinos sean los cultivos transgénicos de
Monsanto y no importa cuánta devastación causen en el país, pues los
tribunales federales no podrán impedir que sigan siendo utilizados en
cualquier lugar que Monsanto elija. Dicho de otra manera, Obama firmó
una disposición que pone a Monsanto por encima de cualquier ley y que la
hace más poderosa que al propio gobierno, lo que indica claramente
quién gobierna en realidad los EEUU.
Esto puede parecer un problema exclusivamente norteamericano, pero
con el impulso de los tratados TPP y TTIP que otorgan un poder casi
ilimitado y por encima de la ley a grandes compañías como Monsanto,
pronto será un problema para todo el mundo.
Sin embargo, nadie puede negar que la maldad intrínseca de Monsanto
ha causado tanto rechazo, que muchos países siguen condenando a Monsanto
por crímenes de lesa humanidad y algunos de ellos han prohibido por
completo sus productos.
El mundo ha comenzado a despertar al hecho de que este monstruo
corporativo se ha propuesto obtener el control total sobre la producción
mundial de alimentos y visto su historial de muerte y devastación, eso
sería tanto como entregarle el poder del mundo al mismísimo satán.
Como curiosidad conspirativa, añadiremos que gente como los masones y
otras sociedades esotéricas, asignan números a cada letra y que en la
Gematria Inglesa, “Monsanto” equivale, nada más y nada menos, que al
número del diablo: 666.
No es extraño pues, que mucha gente llame a esta corporación Mon-Satan.
Pero más allá de curiosidades esotéricas, hay algo que queda muy claro.
Y es que todas las personas de este planeta, sean de la nación que
sean, de la raza que sean y de la religión que sean, tienen un enemigo
común contra el que luchar: esas entidades sin alma llamadas grandes
corporaciones que pretenden dominar el mundo y esclavizar a sus gentes.
Y entre ellas, destaca Monsanto, la máxima representación de este
mal, contra el que todos debemos unir nuestras fuerzas si queremos
disponer de un futuro.
Fuente: http://www.globalresearch.ca/the-complete-history-of-monsanto-the-worlds-most-evil-corporation/5387964
No hay comentarios.:
Publicar un comentario