viernes, 4 de septiembre de 2015

Los Galácticos y las operaciones empresariales de Florentino

 
 
 
Los galácticos y las operaciones empresariales de Florentino
El empresario Florentino Pérez, en una imagen de archivo. FERNANDO SÁNCHEZ

Los galácticos y las operaciones empresariales de Florentino

Con la operación de Hochtief comienza lo que los críticos de Florentino consideran fichajes de jugadores que, supuestamente, no corresponden meramente a criterios deportivos
Fragmentos del dossier El puto amoincluido en el nº 30 de La Marea
Con la venta de los terrenos de la Ciudad Deportiva –que reportó al club unos 500 millones de euros–, Pérez salvó al Real Madrid de la quiebra, lo cual con toda probabilidad hubiera supuesto convertir la entidad en una sociedad anónima que pasaría a manos de sus acreedores. Aún sobraba dinero para vestir de blanco a más “galácticos”. 
Tras Figo llegaron al Madrid el francés Zinedine Zidane, el brasileño Ronaldo Nazario y el inglés David Beckham, el más mediático de todos (en círculos madridistas se refieren a las cuatro torres de la Castellana, a la vista de la sede de ACS, como “Figo, Zidane, Ronaldo y Beckham”). Salvo la Copa de Europa de 2002, la Novena, los éxitos deportivos no alcanzaron las expectativas de aquella plantilla galáctica. 
A cambio, los ingresos del Real Madrid crecieron como la espuma. 
El equipo de Pérez explotó todo el potencial de la “marca Real Madrid” en los mercados internacionales. Para ello fichó a un joven experto en marketing, José Ángel Sánchez, que llevaba el área del Sur de Europa para la multinacional de electrónica SEGA. 
“Hay que tener a los mejores en el campo de juego y también fuera del campo”, aseguró Pérez. En una entrevista informal, Sánchez llegó a proclamar que el Madrid ya no dependía tanto de conseguir títulos porque, a medio plazo, la cifra de ventas no acusaba la ausencia de triunfos deportivos.

Con la operación de Hochtief comienza lo que los críticos de Florentino consideran fichajes de jugadores que, supuestamente, no corresponden meramente a criterios deportivos. 
En 2010, en plena batalla de la OPA en tierras germánicas, llegan al Madrid los internacionales alemanes Mesut Özil y Sammy Khedira. 
Un año después, el club ficha a Nuri Sahin, del Borussia Dortmund, quien pasó sin dejar huella por el Bernabéu. Al mismo tiempo, en verano de 2011, Pérez acomete su más arriesgada y trascendental contratación, una decisión que provoca un auténtico terremoto en la familia merengue. 
Con el portugués José Mourinho, el mandamás Florentino, poco dado a delegar, confía a un entrenador casi plenos poderes en el Real Madrid. Con su estilo autoritario y bronco, Mou se saltó todos los protocolos y etiquetas de una institución centenaria, que siempre había alardeado de su “caballerosidad” y “señorío”. 
Tras provocaciones constantes del portugués, el entrenador del Barça, Pep Guardiola, estalló en una rueda de prensa en febrero de 2011: “Mourinho es el puto jefe, el puto amo”. 
Sin embargo, salvo un título de Liga y una Copa del Rey, las tres temporadas de Mou no fueron muy exitosas y en verano de 2013 Florentino mostró quién era realmente el puto amo, y despidió al técnico luso.
La política de fichajes hoy sigue despertando dudas, aunque Pérez rechaza rotundamente que exista una relación entre las contrataciones de futbolistas extranjeros y los intereses comerciales de ACS en los países de origen de estos jugadores. Incluso ha demandado al Grupo Prisa por publicar informaciones en este sentido. 
He aquí los simples hechos. Tras el Mundial de fútbol de Brasil en verano del año pasado, el Real Madrid contrató al colombiano James, sin duda una de las figuras del torneo Su llegada provocó la salida del argentino Ángel di María, una pieza clave del equipo entonces entrenado por Carlo Ancelotti, un movimiento que pocos expertos de fútbol entendieron en su momento. 
En diciembre de 2014, el diario económico Cinco Días informó que “ACS se ha impuesto a lo largo de este segundo semestre en dos de los diez primeros concursos [en Colombia], con lo que sus compromisos de inversión ascienden por el momento a 2.000 millones” de euros.
También el año pasado, la empresa se adjudicó un contrato para la modernización de cinco plantas hidrodesulfuradoras de la petrolera mexicana Pemex. 
La revista mexicana Progreso lo relacionó con la llegada de un delantero del país azteca, que apenas jugó la temporada pasada: “Este contrato con Pemex, en el que trabajaba la empresa del presidente madridista desde hace algunos meses, se cerró, llamativamente, dos semanas después de que el club merengue fichara a Javier Chicharito Hernández”.

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