EE UU: Los lemmings asesinos
Harold Meyerson
-¡Un momento!...aqui hay algo raro...
-¡Calla idiota! Haz lo que te han dicho. ¡Es por tu propio bien!
Pues
bien, esto ha sido una primera vez. Nunca antes había despojado un
partido político a millones de sus compatriotas de una prestación
socialmente garantizada, destinada a conservar la vida. Como mínimo,
nunca un partido político le había hecho eso a sus propios votantes.
Los
“chicos del que-te-jodan” [“fuck-you boys”] (un término técnico de los
encuestadores para los votantes que quieren endosárselo al
“establishment”, y en particular a las élites progres) se decidieron a
lo grande por Trump en noviembre pasado. Hoy han jodido a los chicos del
que-te-jodan. Los recortes que les infligiría la labor de Paul
Ryan [portavoz de los republicanos en la Cámara de Representantes]
merced a las reducciones de las subvenciones de Medicaid y la ACA
[Affordable Care Act, Ley de Atención Asequible, que amplía Medicaid] privarían
a millones de ellos de cobertura sanitaria, en caso de que el Senado
aprobara algo parecido al proyecto de ley que los republicanos aprobaron
hoy en la Cámara.
La
primera versión de la Ley de Atención Sanitaria Norteamericana de Ryan
(American Health Care Act) habría dejado a 24 millones de
norteamericanos sin cobertura la década que viene, según conclusiones de
la Oficina Presupuestaria del Congreso (OPC, que dirige un nombramiento
republicano). En esta ocasion, los republicanos metieron a la fuerza su
revisión completa tan rápidamente que la OPC no tuvo oportunidad alguna
de intervenir. Sin embargo, por todo lo que sabemos del nuevo modelo —
llamémoslo Anteproyecto de Ley de Privación de Atención Sanitaria—,
recortaría la cobertura sanitaria en número comparable, si no mayor.
Los
republicanos no sólo aprobaron el proyecto de ley de hoy con la
oposición prácticamente de todas las entidades que tratan o supervisan
la salud de los norteamericanos, incluida la Asociación Médica
Norteamericana, la Asociación Norteamericana del Corazón, y la AARP
[Asociación Noerteamericana de Jubilados, conocida entidad para la
protección de la gente mayor], sino que han seguido al portavoz de la
Cámara por el despeñadero de su derogación-substitución, un completo
desafío a la opinión pública. Las cifras de la encuesta de Quinnipiac
sobre el primer proyecto de ley de Paul
Ryan sobre atención sanitaria mostraban que recogía un apoyo sólo del
17 %, mientras que el 56 % se oponía a ella, incluidos los blancos sin
título universitario, que se oponían a ello por un margen del 48 %
frente al 22 %.
Acaso
de modo aún más revelador, el 74 % de todos los encuestados se opuso a
los recortes de Medicaid, como era el caso del 54 % de los republicanos y
el 66 % de los blancos sin título universitario. Puesto que el proyecto
de ley de hoy deja intactos esos recortes que suscitaron tantísima
oposición, aunque reduciría enormemente el número de norteamericanos en
las condiciones preexistentes que podrían conseguir un seguro, es
apuesta sin riesgo que los republicanos de la Cámara van a hacerse con
un apoyo aun menor.
Mortífero
y dañino como va a demostrarse este proyecto para millones de
norteamericanos si se convierte en ley, va a resultar mortalmente dañino
—sin más determinantes ni condiciones— para la carrera política de
muchos republicanos que lo han votado. Sean cuales fueren los palos que
se blanden y las zanahorias que se ofrecen para
apremiar o persuadir a los representantes republicanos de los distritos
indecisos a votar que sí, resulta difícil imaginarse cómo podrían
pensar que van a sobrevivir a las elecciones de 2018 los representantes
republicanos de los distritos que consiguió, o casi, Hillary Clinton.
Los siete republicanos de California cuyos distritos ganó Clinton, por
ejemplo, votaron afirmativamente…hasta Darrell Issa, que pasó raspando
en noviembre pasado por menos de mil votos.
Pongamos
a estos y a otros republicanos semejantes en la lista de especies
electoralmente en peligro. El juicio de la Historia sobre sus almas ya
está grabado en piedra.
columnista del diario The Washington Post y editor general de la
revista The American Prospect, está considerado por la revista The
Atlantic Monthly como uno de los cincuenta columnistas mas influyentes
de Norteamérica. Meyerson es además vicepresidente del Comité Político
Nacional de Democratic Socialists of America y, según propia confesión,
"uno de los dos socialistas que te puedes encontrar caminando por la
capital de la nación" (el otro es Bernie Sanders, combativo y legendario
senador por el estado de Vermont).
The American Prospect, 4 de mayo de 2017
Traducción:
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