lunes, 15 de enero de 2018

WINSTON CHURCHILL, EL GRAN GENOCIDA


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WINSTON CHURCHILL, EL GRAN GENOCIDA



Winston S. Churchill ha pasado a la historia como uno de los mas grandes líderes democráticos del siglo XX, admirado y glorificado en la memoria de Occidente, como prueba el
film hagiografico
que hoy se estrena en las pantallas españolas. Veamos que dice del personaje la Wikipedia:
Sir Winston Leonard Spencer-Churchill, (Palacio de Blenheim, 30 de noviembre de 1874 - Londres, 24 de enero de 1965) fue un político y hombre de estado británico, conocido por su liderazgo del Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial. Es considerado uno de los grandes líderes de tiempos de guerra y fue Primer Ministro del Reino Unido en dos períodos (1940-45 y 1951-55). Notable hombre de estado y orador, Churchill fue también oficial de la Marina Real Británica, historiador, escritor y artista. Hasta la fecha, él es el único Primer Ministro Británico que ha sido galardonado con el Premio Nobel de Literatura, y fue nombrado ciudadano honorario de los Estados Unidos de América.

Pero Churchill no fue el humilde hombre que trabajó para la paz y la libertad como tanto nos repite la cantinela de los documentales de televisión y los artículos de Wikipedia. La carrera como político o administrador bélico de Churchill se caracteriza por episodios de incompetencia con otros de un terrible desprecio xenófobo por todos los súbditos coloniales de la corona inglesa, así como por los alemanes, a quienes consideraba como conflictivos y violentos por naturaleza.
1er Capítulo: El desastre de Gallípoli
Como líder militar, su fracaso mas rotundo y macabro data de 1915, cuando Winston Churchill, como Primer Lord del Almirantazgo, escogió una opción casi suicida con el ambicioso objetivo de destruir el Imperio Otomano por la vía mas rápida. Ordenó invadir Gallípoli utilizando el estrecho de Dardanelos, con objetivo de convertir la península en base para una rápida invasión de la capital turca. La decisión fue ampliamente discutida por el alto mando militar del almirantazgo, asegurando que la opción tenia muy pocas posibilidades de éxito debido a la naturaleza del estrecho de Dardanelos, que impediría tener maniobrabilidad a los buques de guerra británicos, dejando desprotegidos a los transportes de soldados. El resto es historia conocida. Los asesores militares acertaron cuando aseguraba que Churchill estaba errando garrafalmente al creer que podría capturar Gallípoli desde los Dardanelos.

La sociedad británica sufrió un grave trauma por las 250.000 bajas militares que sufrió el ejército (mas de 50.000 muertos). Desde entonces la palabra Gallípoli recuerda el alto precio que han de pagar millones de familias humildes y trabajadoras por la actuación frívola y caprichosa de un individuo cuyo cargo de líder militar le es otorgado por “status parlamentario”. Desde entonces, Chuchill fue conocido en la sociedad británica como “el carnicero de Gallípoli”
2º Capítulo. El engaño de Compiègne y la hambruna alemana
El tratado de Compiègne fue el tratado de paz firmado entre las potencias aliadas y las potencias de la entente el día 11 de noviembre de 1918. En el tratado se especificaba que ambos bandos volverían a un status quo, las fronteras de Europa quedarían re-establecidas al punto inicial de la guerra y se aplicarían los puntos de Wilson para una paz justa. Firmado el tratado por los alemanes, las tropas norteamericanas siguieron desembarcando masivamente en Francia, y la armada británica inició un bloqueo por mar del territorio alemán, que estaba sufriendo un colapso social.

Pasados varios meses después de esos hechos (ya en 1919), Reino Unido y Francia iniciaron una política extremadamente agresiva de chantaje a Alemania que se inició con reclamaciones de carbón y recursos militares, hasta que finalizó con el dictado de Versalles, el cual garantizaba la ruina económica alemana para varias décadas. Ante la negativa del gobierno alemán de firmar semejante atropello, Churchill declaró lo siguiente en el parlamento británico: «Continuemos practicando el bloqueo por hambre con todo su rigor. Alemania está a punto de perecer de hambre. Dentro de muy pocos días estará en pleno colapso … entonces será el momento de tratar con ella»
El mariscal Haig, comandante supremo de las fuerzas británicas aconseja poner fin a los abusos y no herir sin necesidad la dignidad del pueblo alemán.
Churchill le recuerda que sus deberes de militar terminaron con el «alto el fuego».
Es difícil determinar que efecto tuvo la hambruna provocada por el Reino Unido (la cual Churchill defendió con su característica determinación) durante las semanas que tardó Alemania en aceptar las cláusulas del dictado de Versalles.

3er Capítulo. El gaseamiento de los kurdos iraquíes. Henry González, Congresista de los EE.UU., se refirió a este ignorado episodio de la historia del siglo XX en la Cámara de Representantes el 24 de marzo de 1992:
“Pero hay más, ¿dónde está el derecho moral? El primero en utilizar el gas contra los árabes fue Winston Churchill, los británicos, a principios de 1920. Lo utilizaron contra los iraquíes”
Aunque la historia considera a Saddam Hussein el ejecutor del genocidio histórico por antonomasia contra los kurdos, las víctimas, el método del asesinato y el emplazamiento fueron exactos respecto el crimen de 1920.
Declaración de Churchill en 1919:
“No entiendo este rechazo sobre el uso de las armas químicas. Definitivamente hemos adoptado la posición en la Conferencia de Paz de argumentar a favor de las armas de gas como una forma permanente de la guerra (…) Estoy totalmente a favor del uso de gas venenoso contra tribus incivilizadas.”

En 1917, tras la derrota del Imperio Otomano, los británicos ocuparon Irak y estableció un gobierno colonial. El árabe y el pueblo kurdo de Irak resistió a la ocupación británica, y en 1920 este se había convertido en una completa revolución a escala nacional, que le costó muy caro a los británicos. A medida que la resistencia iraquí se fortaleció, los británicos recurrieron a medidas cada vez más represivas, incluyendo el uso armas químicas contra la población civil de Iraq. Winston Churchill, como secretario colonial, era sensible a los costos que causaba tener una policía del Imperio en las colonias propiedad de los británicos, y estaba muy dispuesto a explotar el potencial de la tecnología moderna. Esta estrategia tuvo especial importancia para las operaciones en Irak. El 19 de febrero de 1920, antes del inicio de la sublevación árabe, Churchill (entonces Secretario de Guerra y el Aire) escribió a Sir Hugh Trenchard, el pionero de la guerra aérea.
¿Sería posible para Trenchard tomar el control de Irak? Esto implicaría la prestación de algún tipo de bombas asfixiantes (…) para su uso en las operaciones preliminares contra las tribus turbulentas.
En 1993 todavía había iraquíes y kurdos que recordaban ser bombardeados y ametrallados por la RAF en la década de 1920. Un kurdo de las montañas Korak comentó, setenta años después del evento: "Ellos estaban bombardeando aquí en el Khoran Kaniya … A veces la aviación atacaba 3 veces al dia".

El comandante Lewis del 30º escuadrón de la RAF recuerda que muy a menudo recibía señales de orden de bombardear determinadas aldeas kurdas. Los pilotos de la RAF tenían la orden de bombardear a cualquier kurdo que pudiera parecer hostil. En el mismo sentido, el líder de escuadrón Kendal, recuerda que, si las tribus estaban haciendo algo que no debería estar haciendo, entonces se les atacaba. El comandante supremo Sir Arthur Harris (más tarde Bombardero Harris, jefe del Comando de Bombarderos de guerra) estaba feliz de hacer hincapié en que:
“Los árabes y kurdos ya saben lo que significan en términos de víctimas y daños un bombardeo auténtico. En cuarenta y cinco minutos un pueblo de tamaño completo puede ser prácticamente eliminado y de un tercio de sus habitantes muertos o heridos .”
Era un asunto fácil bombardear y ametrallar una tribu, porque no tenían medios de defensa o represalia. Irak y el Kurdistán también fueron convertidos en laboratorios para las nuevas armas, especialmente para los dispositivos desarrollados por el Ministerio del Aire para su uso contra los pueblos tribales. El Ministerio elaboró una lista de armas, algunos de ellos los precursores de napalm o misiles aire-tierra:

Las bombas de fósforo, los cohetes de guerra, fuego líquido, retardo-bombas. Muchas de estas armas fueron utilizadas por primera vez en el Kurdistán siguiendo los deseos de Churchill de buscar herramientas mas prácticas y económicas de someter poblaciones tribales sin la necesidad de requerir costosas unidades de policías coloniales.

4º Capítulo: Churchill establece como objetivo militar el asesinato de un millón de civiles alemanes. Posteriormente, como líder de la Gran Bretaña durante la segunda guerra mundial, ordenó que la casi refundada RAF (Royal Air Force) británica bombardease masivamente las ciudades alemanas con objetivo de matar civiles. La RAF estableció las aglomeraciones de edificios de viviendas de alemanes como objetivo militar.
La historiografía comete un intencionado error al describir este punto de la historia: no fue Hitler quien ordenó atacar civiles en Londres mediante bombardeos terroristas, fue Churchill el primero en tomar esas decisiones. El bombardeo de Londres por parte de la Luftwaffe alemana se centró en objetivos de interés industrial para el Reino Unido, y únicamente un bombardero perdió la ubicación del objetivo y atacó unas viviendas el cual fallecieron unos 6 o 9 civiles. El gobierno alemán ofreció explicaciones, razonables, a lo cual Churchill respondió ordenando el bombardeo de las viviendas de civiles en Friburgo y posteriormente en Berlin. Éste constituye uno de los crímenes mas flagrantes de Winston Churchill, también es el mas conocido y tristemente, el mas aceptado como decisión correcta por la errónea interpretación de los hechos, creyéndose que eran asesinatos masivos de civiles realizados en “legítima defensa”.

Churchill fue el inventor práctico del término “bombardeos de terror”, cuyo efecto buscaba atormentar a la población civil y destruir su equilibrio psicológico, con una planificada subversión social contra el gobierno alemán como resultado de ese estrés insoportable para la población. Ésta es la definición de libro del terrorismo islamista que hemos padecido cuando atacaron las torres gemelas de Nueva York o destruyeron vagones de ferrocarriles en Madrid. Es tan patente la conducta criminal y genocida de Churchill, que Adolf Hitler esperó 3 meses desde el primer ataque contra civiles alemanes hasta que decidió atacar a los civiles londinenses con la misma táctica que utilizó Churchill. Llegados a este punto, Churchill consiguió forzar la guerra entre Reino Unido y Alemania hacia un nivel superior de vesania y crueldad. Posteriormente, se diseñarían bombas especiales (incendiarias), creadas específicamente para crear tormentas ígneas en los grandes centros demográficos de Alemania. Un millón de civiles alemanes murieron por la inútil y vengativa política de Churchill de atacar civiles como castigo por las decisiones de sus líderes políticos.

En su atroz pragmatismo, el premier británico recomendó el gaseamiento constante de los núcleos de población germanos en un memorando en el que, entre otras "perlas", escribe: "Es absurdo considerar la moralidad sobre este tema, cuando todo el mundo utilizó armas químicas durante la primera guerra mundial, sin una palabra de queja de los moralistas o de la Iglesia. Por otro lado, durante última guerra el bombardeo de ciudades abiertas fue considerado como prohibido. Ahora todo el mundo lo hace como algo natural. Es simplemente una cuestión de cambio de modas, como sucede con el cambio de faldas largas y cortas para las mujeres."
Al general Ismay le solicita fríamente:
"Puede que tenga que pedirle que me apoye en el uso de gas venenoso. Podríamos gasear las ciudades de la Cuenca del Ruhr y muchas otras ciudades en Alemania, de tal manera que la mayoría de la población requiriese atención médica constante. (...) . No veo por qué deberíamos tener las desventajas por ser nosotros unos caballeros , mientras que ellos tienen todas las ventajas por ser los malos. "


"Puede ser varias semanas o incluso meses antes de que yo le pida que empape Alemania con gases venenoso, y si lo hacemos, vamos a hacerlo al cien por cien. Mientras tanto, quiero que la materia sea estudiada a sangre fría por personas sensatas y no por un conjunto de derrotistas uniformados. La política de utilizar armas químicas es un gran recurso, y sólo puede ser descartado por una gran razón
(....)

5º Capítulo. El Holocausto bengalí. No es un episodio extraordinario ni atípico el hecho de que el genocidio moderno de millones de seres humanos sea totalmente desconocido para el gran público. Es la sistemática habitual de los poderes fácticos que controlan Hollywood y las productoras de televisión: hablarnos del holocausto judío como el mayor genocido jamás cometido y el único en crueldad. Lo que si puede ser sorprendente es constatar la total inexistencia de fuentes de información para estudiar el genocidio de entre 6 y 7 millones de indios bengalíes por influencia de Winston Churchill entre 1943 y 1945. Hablar de este hecho histórico aportando datos objetivos y pruebas objetivas resulta difícil.
El Secretario de Estado para la India Leo Amery, exigió al Gabinete de Guerra británico tomar medidas para paliar la hambruna que se estaba produciendo en la India por la decisión de suspender el envío de convoyes y transportes hacia la colonia británica. No podemos considerar a Leo Amery un hombre excesivamente preocupado por los derechos mas básicos de los indios. Ademas, él mismo llegó a declarar que “el problema de la crisis India reside en su superpoblación” como consolación por los primeros efectos de la hambruna , pero pasados varios meses del cambio de política del imperio británico hacia la India, el propio Amery instó al gabinete de guerra dirigido por Churchill a tomar cartas en el asunto para resolver una catástrofe humanitaria de proporciones endémicas.

Pero Churchill se mostró cruelmente indiferente. A partir de la rápida popularización de Gandhi, su estado de ánimo en relación a la política imperial hacia la India se había oscurecido progresivamente … se opuso firmemente a cualquier envío de alimentos. Declaraba que los barcos se necesitaban desesperadamente para el desembarco en Italia. Además, Churchill sentía que no serviría de nada y dijo: “Con hambre o sin hambre, los indios se reproducen como conejos”. Amery insistió y suplicó para conseguir al menos una cuarta parte de suministros. Churchill diría mas tarde: “Nosotros esperábamos apoyo de la India en la guerra contra Hitler” El castigo que tuvieron que pagar los indios por su simpatía por la Alemania nazi fue la vida de un mínimo de 6 millones de compatriotas bengalíes que fallecieron por la voluntad británica de aislar las zonas mas sensibles de la India.
(Fuente: http://leshowdetruman.blogspot.com.es/)

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