Calderón, el homicida apestado, ya no quiere queso…
Sin deslindarle responsabilidades por las miles de desgracias
que dejó su mal gobierno, a través de sus colaboradores, Peña acusa que
Calderón aumentó la pobreza, el desempleo y la inseguridad, manteniendo
la tensión social por todo el país. Calderón huyó a esconderse a la
Universidad de Harvard, no como profesor, sino gozando de una beca por 1
año, para dizque exponer en seminarios su experiencia como matón igual
que el narcotraficante apodado el Mencho. Su militarismo anuló el
crecimiento económico y dejó la economía en manos de banqueros,
empresarios y las oleadas del neoliberalismo de mercados sin controles
ni aduanas.
Calderón fue el segundo Victoriano Huerta: homicida y borrachín
que hizo del poder presidencial un botín para sus amigos, cómplices y
depredadores. Transó su impunidad con Peña. Pero ya debería estar
sometido a juicio político, penal y civil, pues los daños que dejó son
alarmantes. Fue un sexenio de sangre. Destruyó al Partido Acción
Nacional. Traficó con el Instituto Federal Electoral y con el Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación para impedir una
competencia imparcial en las elecciones presidenciales. Lo que resta del
panismo se ha sometido al peñismo como salvavidas en el corto plazo,
para ser llevados a la playa del colaboracionismo.
Calderón ya es un desprestigio. Apesta. Con todo y los 74
militares que lo cuidan, pagados con dinero de los impuestos mexicanos,
dondequiera que esté sabe que no es aceptado. La reportera Esther Díaz (Reforma,
10 de enero de 2013) y los noticieros en la radio (Televisa y Tv Azteca
nada dicen) informan que son miles los estudiantes, maestros e
investigadores de esa prestigiosa universidad los que solicitan a su
órgano directivo no aceptar ni como becado a Calderón por lo que
representa. Es un criminal, ya que abusó del poder militar para matar a
más de 100 mil mexicanos entre narcos, policías e inocentes calificados como daños colaterales.
Y con su fallida y estúpida “estrategia” provocó que narcotraficantes,
policías, soldados y marinos se comportaran como sicarios contra la
población civil.
Ahora que Calderón está siendo más criticado, denunciado e incluso
cercado por cientos de miles de firmantes demandando a la Universidad de
Harvard que no lo admita ni como becario, ya no quiere queso sino salir de en la ratonera
de todos los males que le causó a la nación. Con Salinas y Zedillo,
Calderón integra el trío de malvados que asaltaron el poder presidencial
con trampas (Zedillo tras el asesinato de Colosio… ¿También estuvo
involucrado?), y son odiados hasta por quienes recibieron sus favores,
pues no sacan la cara por ellos. Y cuando ellos asoman la suya
reciben insultos y recriminaciones. Quisiéramos verlos en la cárcel,
despojados de su riqueza y privilegios. Salinas se fue al ostracismo a
Irlanda. A Zedillo lo cobijó la Universidad de Yale. Y ahora, Calderón
es protegido por la Universidad de Harvard. Con su carga de abusos, los
tres permanecerán atrapados en la ratonera de sus crímenes, robos y abusos.
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