jueves, 28 de febrero de 2013

“Quinazo” y “elbazo” no son sinónimos

“Quinazo” y “elbazo” no son sinónimos

Los dos principales sindicatos mexicanos, el de petroleros y el de maestros, han visto caer a sus líderes, aunque en condiciones distintas
QUIÉNES SON

Joaquín Hernández Galicia La Quina, líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM). Detenido el 10 de enero de 1989 en Ciudad Madero, Tamaulipas.

Elba Esther Gordillo La Maestra, lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), quien es detenida en el aeropuerto de la ciudad de Toluca por fuerzas federales


QUÉ REPRESENTABAN

La Quina representaba al entonces sindicato más poderoso de la República, el cual controlaba la producción petrolera, y por tanto la entrada financiera más importante del país.

La Maestra controla al SNTE -el sindicato más poderoso de Latinoamérica-, que tiene entre un millón y un millón 600 mil afiliados. Su fuerza no sólo venía de la continua amenaza de movilizaciones y paros de maestros, sino ante todo del poder electoral y económico que representaba.

QUÉ AMENAZAS SIGNIFICABAN

Antes de su detención, Hernández Galicia se ufanó ante 12 mil petroleros de haberle dicho al presidente Carlos Salinas de Gortari que no “permitiría que un solo milímetro de la industria petrolera se entregara a los particulares”. Amenazó con una huelga general del ramo petrolero si se intentaba entregar a la iniciativa privada las riquezas petroleras del país.

Elba Esther puso a disposición su cabeza: “Hagan de mí lo que quieran”, y pronosticó su epitafio ante la aprobación de la reforma educativa: “Aquí yace una guerrera, y como guerrera murió”. Tras la publicación de la reforma educativa se planeaban movilizaciones de sus agremiados por todo el país.

LAS ACUSACIONES

A Hernández Galicia se le acusó de homicidio calificado, acopio y almacenamiento de armas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, y atentar contra la seguridad nacional. En la puerta de su casa se colocó un agente del Ministerio Público que había muerto días antes de Ciudad Juárez.Tras su detención fue trasladado al Reclusorio Oriente de la Ciudad de México


A Gordillo se le acusó de enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y delincuencia organizada. Fue trasladada a Santa Martha Acatitla tras su detención.

LAS ACCIONES

El día de la detención se llevó a cabo un paro generalizado del sector petrolero en Veracruz, Tabasco, Tamaulipas e Hidalgo, en protesta por la detención de Hernández Galicia. “Ni gas ni gasolina, libertad para La Quina”, era el grito de más de 87 mil 500 petroleros en protesta.

El primer día de la detención de Elba Esther Gordillo transcurrió con tranquilidad. La clase política y la ciudadanía avaló unánimamente la aprehensión. El SNTE canceló las movilizaciones y guardó silencio. El Partido Nueva Alianza, que creó, también.

 QUÉ ESTABA EN JUEGO

Lo que estaba en juego era la parálisis de la producción petrolera del país, amago del sindicato ante la apertura a la inversión extranjera en diferentes áreas del gobierno del presidente Salinas.

Lo que estaba en juego era la parálisis en las escuelas públicas del país, ante las posibles protestas de docentes por causa de la aprobación y promulgación de la reforma educativa con un creciente desafío al gobierno.

EL PRESIDENTE EN TURNO

Salinas había llegado 41 días antes a la Presidencia cuando se detuvo a Hernández Galicia. El nuevo Presidente asumió el poder bajo sospechas de fraude electoral, que minaban su capital político.

Peña Nieto asumió el poder hace tres meses. Ganó por una clara mayoría la elección y no hubo protestas postelectorales. No tuvo ningún problema de legitimidad, y las denuncias de rebase de gastos de campaña, no fueron documentadas.

Las barbas a remojar


Elba Esther Gordillo no es, ni con mucho, la única líder sindical corrupta en el país. Numerosos líderes gremiales -desde hace al menos 80 años- han sido señalados por enriquecimiento ilícito, delincuencia organizada, amenazas, lesiones, secuestro y asesinato. Casi ninguno ha pisado la cárcel, puesto que, de hecho, buena parte del poder del PRI se fincó en este tipo de figuras. Fidel Velázquez o Leonardo Rodríguez Alcaine son algunos de los llamados “líderes charros”.

La mayor parte de ellos han fallecido; sin embargo, en la actualidad hay algunos dirigentes que han sido repetidamente señalados como corrompidos.

Carlos Romero Deschamps es quizá la figura más notoria. Líder del sindicato petrolero (STPRM) desde 1993 (y sucesor por lo tanto de Joaquín Hernández Galicia La Quina, encarcelado por Carlos Salinas de Gortari) es un botón de muestra de los liderazgos eternos en el sindicalismo mexicano. En 2002, se detectó que hubo anomalías por dos mil 338 millones de pesos en convenios entre Pemex y el sindicato, en el contexto del Pemexgate (un desvío de dinero a la campaña presidencial del priista Francisco Labastida, en el año 2000). Romero fue acusado de fraude electoral y ejercicio ilegal de un cargo público, pero no pisó la cárcel. Años después, le regaló a su hijo José Carlos Romero Durán un automóvil Enzo Ferrari con valor de 25 millones de pesos. Además, la hija de Romero Deschamps, Paulina, ha presumido de comprar bolsos de 150 mil pesos y de pasear a sus perros en avión privado y comercial. Y su padre, presuntamente, gana un salario de 25 mil pesos mensuales.

Otro polémico líder es Víctor Flores Morales, que dirige el sindicato de ferrocarrileros (STFRM) desde 1995. Sobre él pesan más de 15 mil denuncias por desvío de los fondos de liquidación de Ferrocarriles Nacionales, así como múltiples demandas penales de trabajadores que lo acusan de agresiones, hostigamiento y represión.

Un tercer líder es Napoleón Gómez Urrutia, quien heredó la jefatura del sindicato minero (SNTMMSSRM) tras la muerte de su padre en 2002.

Gómez Urrutia jamás ha sido minero, pero eso no es lo más escandaloso. En 2006, fue acusado por el desvío de 55 millones de dólares que la empresa Grupo México entregó al gremio. Huyó a Canadá por el temor de ser aprehendido, y desde allá siguió manejando el gremio. De hecho, ya en el exilio fue relecto. Hace apenas 17 días se le ordenó repartir ese dinero entre los trabajadores, con intereses.

En el grupo de los líderes sindicalistas cuestionados también está Martín Esparza, líder del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). En 2011, Bansefi lo acusó de intentar cobrar cheques por 21.5 millones de pesos con documentos falsos. Sin embargo, al final del gobierno calderonista, la PGR se desistió en esta investigación.

Algunos sindicalistas que han sido señalados por presuntas irregularidades o que han repetido periodos en el encargo:

Carlos Romero Deschamps, Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM).
Víctor Flores Morales, Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM)
Napoleón Gómez Urrutia, Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSSRM)
Martín Esparza, Sindicato Mexicano de Electricistas (SME)
Joaquín Gamboa Pascoe, Confederación de Trabajadores de México (CTM)
Joel Ayala Almeida, Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE)

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