México invierte en literatura el 0.1% de lo que dedica al futbol: José Emilio Pacheco
José
Emilio Pacheco, fallecido ayer domingo, expresó hace poco su pesar por
el escaso aprecio en nuestro país hacia su propia literatura y cómo "los
escritores siempre dejan bien a México fuera de México".
La agencia de noticias Efe relata que hace varias semanas, el autor mexicano José Emilio Pacheco,
fallecido este domingo, se quejaba de lo poco que era apreciada la
literatura en México, un arte en el que se invierte, según dijo, el 0,1%
de lo que se dedica al futbol.
Fue el pasado 19 de noviembre, cuando, consultado acerca de la concesión del Premio Cervantes a su compatriota Elena Poniatowska, el quinto mexicano, incluido Pacheco, en recibir ese galardón, dijo:
"Me da mucho gusto, porque en México es poco apreciada la literatura mexicana. Los escritores siempre dejan bien a México fuera de México", dijo el autor a la agencia española.
Ese fue un momento de alegría para las
letras mexicanas, pero duró poco, porque dos meses después murió uno de
los mejores amigos de Pacheco, el escritor argentino Juan Gelman, que residía en esta ciudad después de muchos años de exilio, y que, precisamente, fue de quien escribiera por última vez.
Pocos días después le ha tocado el turno a Pacheco, de 74 años,
quien pereció en un hospital del sur del DF, donde había sido ingresado
la víspera, después de que se quedara dormido el viernes pasado, sin
que se despertara desde entonces.
Ya sólo quedan con vida dos Premios
Cervantes mexicanos: la recién galardonada Elena Poniatowska y Sergio
Pitol, de 80 años y muy alejado de la vida pública, que recibió el
premio en 2005.
Además de ellos han recibido el mismo premio Carlos Fuentes (1987) y Octavio Paz (1981).
Nacido en la capital mexicana el 30 de junio de 1939, Pacheco estaba considerado como uno de los integrantes de la Generación de los años 50, que incluye, entre otros, a Pitol, y a otras figuras ya fallecidas, como Carlos Monsiváis.
El mismo Monsiváis dijo de Pacheco que
era como "un escritor sin protagonismos" que sostuvo "por más de medio
siglo su compromiso con la literatura mexicana".
Entre sus obras se encuentra las novelas "Morirás lejos" (1967), "El principio del placer"
(1972) y "Las batallas en el desierto" (1981), así como de los libros
de poesía "Miro la tierra" (1987), "Siglo pasado" (2000) y "Como la
lluvia" (2009).
La obra de Pacheco se ampliaba a varios campos. Se destaca su labor como narrador, traductor, ensayista, poeta y periodista.
Tradujo a Tennesse Williams y a T.S
Eliot. Escribió en varios medios de comunicación y hasta irrumpió en el
cine al compartir con Arturo Ripstein la historia de la cinta "El Castillo de la Pureza" (1973).
Aparte del Premio Cervantes, Pacheco
había recibido el Premio Nacional de Periodismo por Divulgación Cultural
(1980), el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso (2001), el
Premio Internacional Octavio Paz de Poesía y Ensayo (2003) y el Premio
Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2009).
Pacheco estaba convencido de que la creación literaria era una labor recíproca, según recordó el INBA:
"Son ustedes los que con su bondad han
inventado mis libros a partir de esas mitades que están en la página a
la espera de ser concluidos por la inteligencia y la imaginación de
quien los lee".
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