La autonomía energética de EU cambia la alianza con Arabia Saudí |
2014-03-28 14:17:00 Visitas: 118 |
EVA SAIZ, El País
“Los roles están cambiando. La
geopolítica de la energía global está sufriendo una metamorfosis
enorme, como han puesto de manifiesto los últimos acontecimientos
políticos en la región. Después de todo, Washington ya no depende del
petróleo de Oriente Próximo con en años anteriores”. Así describía The
Saudi Gazette, hace unos meses, el contexto de la visita del presidente
Barack Obama a Arabia Saudí. La liberación del lastre de la sumisión al
crudo de la región, gracias a la revolución energética que ha
experimentado Estados Unidos de la mano del fracking, ha permitido a la
Casa Blanca reestructurar su estrategia y redefinir sus prioridades en
una zona que, sin embargo, no puede darse el privilegio de desatender.
Obama se reunió ayer con el
rey saudí Abdalá en unas circunstancias muy diferentes de las que
rodearon su primer encuentro hace cinco años. En 2013, por primera vez
desde 1995, EE UU produjo más petróleo del que importó. La Agencia
Internacional de la Energía (AIE) estima que, en 2015, superará a Arabia
Saudí en extracción de crudo y que, en 2020, será el mayor productor
del planeta. En la última década, Washington ha reducido de manera
drástica las importaciones petrolíferas de la OPEP. Para muchos
analistas, este nuevo escenario energético ha permitido a EE UU imponer
en la región sus políticas en torno a Irán, Siria o Egipto, sin tener
que contemporizar, como antes, con las demandas de Arabia Saudí.
“El boom de la producción de
petróleo ha extendido la creencia de que ahora ya podemos ignorar lo que
ocurre en Oriente Próximo, pero eso no es del todo cierto”, advierten
desde Securing America´s Energy Future (SAFE), una organización dedicada
a reducir la dependencia de EE UU del crudo, que en enero de este año
publicó un informe sobre los efectos de la autonomía energética del país
en su política exterior y de seguridad. Desde SAFE sostienen que el
hecho de que EE UU siga siendo uno de los países que más petróleo
consume, hace que continúe siendo vulnerable a los altibajos del mercado
y a las alteraciones políticas en países como Irán, Irak o la propia
Arabia Saudí.
El país que dirige Abdalá es
el que más petróleo suministra a EE UU, solo por detrás de Canadá, y es
uno de países que tiene todavía un importante margen para incrementar su
producción –puede aumentar su capacidad hasta tres millones de barriles
diarios-, volviéndolo indispensable para compensar potenciales
desabastecimientos en el mercado. Hasta ahora, Arabia Saudí ha accedido a
incrementar su producción para mantener los precios estables, pero la
posibilidad de que Irán pueda, en un futuro cercano, reavivar sus
exportaciones, podría determinar a su Gobierno a recortar el volumen de
extracciones, provocando una escalada en el precio del barril que
afectaría, especialmente, al crudo estadounidense, cuyos precios son de
los más bajos, después del de África (entre los 50 y los 100 dólares por
barril, frente a la media de 82 dólares que necesita Riad para mantener
su presupuesto y nivel de gasto social en el país).
La independencia energética de
EE UU y la reducción de sus importaciones ha convertido a China en el
principal importador de petróleo de Oriente Próximo, una presencia que
la Administración estadounidense, de acuerdo con SAFE, no debería
ignorar, teniendo en cuenta la importancia que supone garantizar la
seguridad de los envíos de crudo en esa región. “Podemos cambiar el
orden de las prioridades, pero no dar la espalda a Oriente Próximo”,
recalcan.
|
"BIENVENIDOS AL BLOG MAS IMPORTANTE DE INVESTIGACIÓN Y RECOPILACIÓN DE NOTICIAS"
Una revista de estudio, recopilación e investigación de noticias que impactan realmente al mundo..
sábado, 29 de marzo de 2014
La autonomía energética de EU cambia la alianza con Arabia Saudí
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario