¿La sexta desaparición de las especies?
Podemos cuantificar las
extinciones masivas de especies en 5. La primera aconteció hace más de
440 millones de años y se conoce como la del Ordovícico-Silúrico, en la
que desaparecieron el 86% de las especies.
La del Pérmico-Triásico es considerada
la más grande de estas extinciones, puesto que fueron eliminadas el 95%
de las especies, hace más 250 millones de años.
La más reciente -y quizás la más
conocida- fue hace más de 65 millones de años (finales del Cretácico),
cuando los dinosaurios se extinguieron y se eliminaron más de la mitad
de las especies de flora y fauna mundiales por causas climáticas
extremas. El final de la era de los dinosaurios se tradujo en la
diversificación de los mamíferos, al no tener ni predadores ni
competidores en la cadena alimentaria, marcando su hegemonía dentro del
reino animal.
En la actualidad, la cifra de especies
faunísticas y florísticas está descendiendo a un ritmo alarmante, esta
vez por diferentes motivos, pero apuntando siempre al mismo culpable: el
ser humano.
Figura 1. La babosa rosada Kaputar (Triboniophorus).
¿Estamos ante la sexta desaparición
masiva de especies?; ¿van a seguir descendiendo a este ritmo?, ¿se
eliminará alguna clase faunística en concreto?
Pues las respuestas a estas preguntas
aún están por resolver. Sin embargo, lo que sí sabemos es lo que está
aconteciendo en la actualidad y es que, a las ya extintas especies como
el pájaro dodo, el tigre de Tasmania o el lobo de las Malvinas, hay que
sumar más de 22.000 las especies florísticas y faunísticas al borde de
la extinción de un total de 1,7 millones conocidas en el mundo. (Arthur
D. Chapman, 2005).
El Congreso de Sídney y La Lista Roja
Esta cifra se puso encima de la mesa en el último Congreso Mundial de Parques Nacionales celebrado en la ciudad australiana de Sidney. Se ha cuantificado, según la última actualización de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN),
un total de 76.199 especies y unas 22.408 que estarían al borde de la
extinción, esto es, el 41% de los anfibios, el 33% de los corales
formadores de arrecifes, el 25% de los mamíferos, el 13% de las aves y
el 30% de las coníferas. Algunas de las especies al borde la extinción
serían, por ejemplo, el atún rojo del Pacífico (Thunnus orientalis), la babosa rosada Kaputar (Triboniophorus) o el pez globo (Takifugu chinensis).
En nuestro país, la lista incluye 552
especies amenazadas –338 animales y 214 plantas– de un total de 2.827
especies evaluadas lo que supone casi el 20% del total.
Según el Índice Planeta Vivo
(IPV), un indicador elaborado por WWF y la Sociedad Zoológica de
Londres, el número de mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces en el
planeta se ha reducido un 52% en 40 años (entre 1.970 y 2.010), tanto en
las regiones templadas como en las tropicales.
Dos de las zonas más afectadas han sido
Latinoamérica y los reservorios de agua dulce. Las poblaciones de fauna
salvaje de Latinoamérica han descendido una media del 83% desde 1970 y
en las zonas de agua dulce han caído un 76% del total de las especies,
cuyas causas principales han sido la contaminación y las especies
invasoras.
El ser humano, el principal culpable
El cambio climático está siendo una de
las principales causas de la desaparición de muchas especies. Algunos
estudios muestran que podría conducir a la extinción de incluso una
cuarta parte de todos los animales y plantas en el año 2050. (Fuentes: Nature y New Scientist)
Desde la Revolución Industrial, el
modelo económico se ha basado en el consumo irresponsable de recursos
naturales y ha destruido los ecosistemas terrestres y marinos,
reduciendo el tamaño de los hábitats (selvas, bosques, océanos, ríos,
glaciares, etc.) de las especies. Además, el aumento de la población
mundial (en 2.050 llegaremos a 9.000 millones de habitantes) supondrá un
crecimiento exponencial del consumo de recursos no renovables como el
petróleo y el carbón; una creciente sobrexplotación (minería, madera,
pesca, caza, etc.) del planeta y presión sobre el recurso hídrico y el
suelo (aumento de los zonas cultivadas) en detrimento de los ecosistemas
y de las especies vivas, que verán desaparecer el tamaño de sus
hábitats y la calidad de los mismos.
Pasado
Presente
¿Futuro?
Fuentes:
Arthur D. Chapman (2005) Numbers of Living Species in Australia and the World,
Australian Government, Departament of the Environment and Heritage,
ISBN (printed) 978 0 642 56849 6, ISBN (online) 978 0 642 56850 2.
Informe Planeta Vivo 2014, publicado por WWF:
Imagen de portada: Iguana autóctona del valle de San Juan, Venezuela. Autor: Wilfredor, 2011.
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