“Los únicos derrotados son los que dejan de luchar”: José Mujica
El presidente de Uruguay
visitó la FIL de Guadalajara, donde defendió su política de legalización
de la mariguana y señaló que, ante la adversidad, lo mejor es estar
unidos.
(Foto: Pedro Andrés/FIL Guadalajara).
El mandatario del país sudamericano, famoso entre otras cosas por su austero modo de ejercer la presidencia de Uruguay, sostuvo un diálogo abierto con el periodista Ricardo Rocha, en el auditorio Juan Rulfo de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
El encargado de dar la bienvenida a Mujica fue Raúl Padilla López, presidente de la FIL, quien describió al presidente uruguayo como la “figura de la política latinoamericana con mayor reconocimiento mundial, por su calidad humana y la sencillez con la que ejerce el más alto cargo del gobierno”, cualidades que, añadió, han sentado un precedente único en la política internacional y han hecho de esa presidencia “atípica”, un anhelo de muchas personas del mundo.
Rocha puso sobre la mesa algunas de las reformas más importantes que ha encabezado el primer mandatario de Uruguay: la Ley de Matrimonio Igualitario y la ley que regula la producción y consumo de la mariguana. Mujica tomó la palabra y explicó que lo que se está haciendo en Uruguay es apenas un ensayo por hacer las cosas de manera distinta. “Esta [el combate al narcotráfico] es una batalla que nos obliga a revisarlo todo. Hemos seguido un camino que no da resultado. Recordemos lo que pasó en Estados Unidos con la prohibición del alcohol, qué pasa con todo lo prohibido. Peor que la droga, que es un veneno, es el narcotráfico que nos envenena a todo, al Estado”, dijo Mujica, quien añadió que este tema, al igual que en el matrimonio homosexual o el aborto, “hay que combatir el mundo del prejuicio del gobernador, que quiere tapar las culpas escondiéndolas, metiéndolas debajo de la alfombra. Debemos discutir públicamente estas cosas. No vamos a combatir este flagelo igual, hay que usar un poco el balero [la cabeza] y buscarle otros caminos”.
Uno de los grandes problemas de Latinoamérica, indicó Mujica, es que a pesar de su riqueza, la distribución de esta es inequitativa, y en esta falta de igualdad es donde tienen su raíz muchos problemas, entre ellos la inseguridad. “Es un tema que no podemos eludir, ni en México ni en Latinoamérica. Sí hay que encontrar a los responsables [de los crímenes], pero también a quienes generan las condiciones que hacen posible eso otro”. Conocedor de los tiempos que corren en México, también hizo un llamado a no perder la esperanza: “México no se va a pulverizar por esto, porque tiene el tesoro de su pueblo, su tradición y su cultura. Por eso les agradezco este momento para decir a rajatabla lo que uno piensa. No quiero que estén de acuerdo, les pido que lo piensen. Nada más”.
Interrogado sobre qué hará una vez que deje la presidencia –en febrero de 2015-, José Mujica señaló que “soy luchador social desde los catorce años y ya no puedo cambiar. A estas alturas no me voy a reformar. Seré militante mientras los huesos me respondan. No sé en qué, pero voy a seguir porque para mí vivir es militar. Ahora, eso de verme de personaje por el mundo, dando conferencias, posando en los hoteles, no lo veo”. Y tan no se ve viajando por el mundo, que confesó tener un dolor en el corazón. ¿La causa? “Estoy extrañando a mi perrita. Soy como cualquier hijo de vecino. Quiero volver a mi rancho por mi vieja y por la perrita. Porque son cosas chicas para el mundo, pero grandes para uno”.
En relación a los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, el presidente uruguayo quien desde la polémica que generó su declaración de que México era un Estado fallido se ha mostrado más moderado, comentó: “Llévenlos en su corazón y el día que los encuentren tendrán muchos otros, que están olvidados”. Y para finalizar, dirigió una palabra a los jóvenes mexicanos: “Les voy a dar un consejo como veterano, a ver cuándo les dan pelota. La vida nos puede hacer muchas trampas, vamos a perder mucho en la vida, en el amor, en la lucha social. Tenemos que levantarnos y volver a empezar. Lo más lindo del día es que amanece: siempre está amaneciendo después de que ha pasado la noche. No lo olviden, muchachos. Y recuerden que los únicos derrotados son los que dejan de luchar”.
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