Preparándonos para la guerra
El novelista británico George Orwell, en su novela distópica
1984, concebida en el año de su publicación como una dura crítica al
régimen estalinista, nos muestra una sociedad dominada por el control de
los medios de comunicación y del lenguaje y sometida a la voluntad de
instancias superiores que anulan la individualidad y que utilizan como
herramientas el lavado de cerebro, la supresión del pensamiento y la
manipulación. Esta situación tiene muchos paralelismos con la situación
actual, al decir de muchos analistas.
El lingüista y politólogo norteamericano Noam Chomsky, en sus conocidas Diez estrategias de manipulación mediática, alude, entre otros, a hechos como la maniobra de distracción, consistente en desviar la atención pública con información insignificante; la gradualidad en la imposición de medidas radicales e inaceptables para evitar la rebelión social, y el predominio del pensamiento emocional sobre el pensamiento crítico, con lo que la población queda a merced de ideas, miedos, deseos y comportamientos impulsivos y sin fundamento.
Todas estas reflexiones me vienen a la mente estos días tras los recientes y brutales atentados de París y el tratamiento informativo de los mismos. Lo primero que salta a la vista es la machacona repetición de imágenes que tratan de apelar, precisamente, a esa dimensión emocional a que hace referencia Chomsky, pero alejada del pensamiento crítico y de un análisis de la situación que cuestionaría las causas reales de esa masacre. Causas que hay que buscarlas estos días fuera de los circuitos informativos convencionales. A título de ejemplo, voy a exponer algunas.
1. El ISIS (o Daesh) ha aludido en un vídeo que Sykes-Picot se ha acabado. Según nos recuerda la periodista Olga Rodríguez, ese acuerdo fue suscrito de forma secreta en 1916, durante la Primera Guerra Mundial, entre Francia y Reino Unido, para repartirse el control del Oriente Próximo en caso de victoria militar: Francia ejercería el control sobre los actuales Siria y Líbano, y Reino Unido sobre la Transjordania (actuales Jordania y Cisjordania), Palestina e Irak. Primer dato: hay una evidente presencia colonial europea en esa región, que está en el origen de los problemas actuales. 2. Tras el nacimiento del Estado de Israel (1948), Occidente ahogó la posibilidad de que se consolidasen regímenes árabes moderados (v. gr., el panarabismo de Nasser) dando alas, por el contrario, al nacimiento de lo que hoy llaman grupos terroristas (Hamás y Hezbollah), precisamente para frenar a aquéllos. Además, Israel ´amparó´ en los años 70 y 80 a Hamás como contrapeso a los palestinos de Al-Fatah. 3. El apoyo de la CIA, a través de Pakistán, a los grupos de muyaidines (luego, Al Qaeda) que lucharon en Afganistán contra la ocupación soviética fue posible por el dinero procedente de Peshawar, canalizado a través de los jeques saudíes. 4. El nacimiento del ISIS es una reacción de los sunitas iraquíes tras la intervención militar del ´Trío de las Azores´ (Bush, Blair, Aznar) que derribó a Sadam Husein, desmantelando el partido Baaz. Diez años después, los yihadistas del ISIS han establecido su base precisamente en Tikrit, lugar de nacimiento de Sadam Husein. 5. En el derrocamiento de Gadafi, a cargo de la OTAN, tuvo una destacada participación Francia, que vio la oportunidad de ampliar su área de influencia hacia un espacio geográfico de tradicional presencia británica e italiana y con importantes recursos energéticos. Francia y la OTAN no tuvieron inconveniente en apoyar en Libia a organizaciones yihadistas. 6. Es sabido que, a partir de ese momento, hay un flujo de armamento desde Libia hacia Siria, con dinero procedente de Arabia Saudí y Qatar, con entrada por Turquía (país miembro de la OTAN). 7. La crisis de Ucrania ha escenificado el enfrentamiento entre EE UU-UE y Rusia, con el apoyo de Putin al régimen de Al Assad en Siria. 8. Es conocido también el apoyo occidental a los combatientes del Ejército Libre Sirio (FSA) y al Frente de la Victoria para el Pueblo de la Gran Siria (NUSRA), que coinciden con el ISIS en su deseo de derribar del poder al presidente sirio. 9. Con todo, destacados analistas dudan de que los bombardeos franceses y norteamericanos vayan dirigidos a las posiciones del ISIS, sino a debilitar la infraestructura económica de Irak y Siria, incluyendo fábricas y refinerías de petróleo. 10. Francia, a través de su titular de Defensa, invocó el artículo 42.7 de la UE para pedir apoyo a los demás países en la lucha contra el ISIS no sólo en Irak y Siria, sino también en operaciones militares exteriores, sobre todo en África. Ello nos introduce en una espiral bélica de impredecibles consecuencias. Como dijo hace unos días Íñigo Sáez de Uriarte, no necesitamos un George Bush francés.
En resumen, manipulando y ocultando la información se nos está preparando para aceptar como un mal menor la guerra. Nos han dicho que el esfuerzo bélico justificaría el incumplimiento de los techos del déficit público. Lo que no han dicho tan claramente es que el sacrificio que se pide a la población se traduciría claramente en más recortes, en libertades y en gastos sociales.
El lingüista y politólogo norteamericano Noam Chomsky, en sus conocidas Diez estrategias de manipulación mediática, alude, entre otros, a hechos como la maniobra de distracción, consistente en desviar la atención pública con información insignificante; la gradualidad en la imposición de medidas radicales e inaceptables para evitar la rebelión social, y el predominio del pensamiento emocional sobre el pensamiento crítico, con lo que la población queda a merced de ideas, miedos, deseos y comportamientos impulsivos y sin fundamento.
Todas estas reflexiones me vienen a la mente estos días tras los recientes y brutales atentados de París y el tratamiento informativo de los mismos. Lo primero que salta a la vista es la machacona repetición de imágenes que tratan de apelar, precisamente, a esa dimensión emocional a que hace referencia Chomsky, pero alejada del pensamiento crítico y de un análisis de la situación que cuestionaría las causas reales de esa masacre. Causas que hay que buscarlas estos días fuera de los circuitos informativos convencionales. A título de ejemplo, voy a exponer algunas.
1. El ISIS (o Daesh) ha aludido en un vídeo que Sykes-Picot se ha acabado. Según nos recuerda la periodista Olga Rodríguez, ese acuerdo fue suscrito de forma secreta en 1916, durante la Primera Guerra Mundial, entre Francia y Reino Unido, para repartirse el control del Oriente Próximo en caso de victoria militar: Francia ejercería el control sobre los actuales Siria y Líbano, y Reino Unido sobre la Transjordania (actuales Jordania y Cisjordania), Palestina e Irak. Primer dato: hay una evidente presencia colonial europea en esa región, que está en el origen de los problemas actuales. 2. Tras el nacimiento del Estado de Israel (1948), Occidente ahogó la posibilidad de que se consolidasen regímenes árabes moderados (v. gr., el panarabismo de Nasser) dando alas, por el contrario, al nacimiento de lo que hoy llaman grupos terroristas (Hamás y Hezbollah), precisamente para frenar a aquéllos. Además, Israel ´amparó´ en los años 70 y 80 a Hamás como contrapeso a los palestinos de Al-Fatah. 3. El apoyo de la CIA, a través de Pakistán, a los grupos de muyaidines (luego, Al Qaeda) que lucharon en Afganistán contra la ocupación soviética fue posible por el dinero procedente de Peshawar, canalizado a través de los jeques saudíes. 4. El nacimiento del ISIS es una reacción de los sunitas iraquíes tras la intervención militar del ´Trío de las Azores´ (Bush, Blair, Aznar) que derribó a Sadam Husein, desmantelando el partido Baaz. Diez años después, los yihadistas del ISIS han establecido su base precisamente en Tikrit, lugar de nacimiento de Sadam Husein. 5. En el derrocamiento de Gadafi, a cargo de la OTAN, tuvo una destacada participación Francia, que vio la oportunidad de ampliar su área de influencia hacia un espacio geográfico de tradicional presencia británica e italiana y con importantes recursos energéticos. Francia y la OTAN no tuvieron inconveniente en apoyar en Libia a organizaciones yihadistas. 6. Es sabido que, a partir de ese momento, hay un flujo de armamento desde Libia hacia Siria, con dinero procedente de Arabia Saudí y Qatar, con entrada por Turquía (país miembro de la OTAN). 7. La crisis de Ucrania ha escenificado el enfrentamiento entre EE UU-UE y Rusia, con el apoyo de Putin al régimen de Al Assad en Siria. 8. Es conocido también el apoyo occidental a los combatientes del Ejército Libre Sirio (FSA) y al Frente de la Victoria para el Pueblo de la Gran Siria (NUSRA), que coinciden con el ISIS en su deseo de derribar del poder al presidente sirio. 9. Con todo, destacados analistas dudan de que los bombardeos franceses y norteamericanos vayan dirigidos a las posiciones del ISIS, sino a debilitar la infraestructura económica de Irak y Siria, incluyendo fábricas y refinerías de petróleo. 10. Francia, a través de su titular de Defensa, invocó el artículo 42.7 de la UE para pedir apoyo a los demás países en la lucha contra el ISIS no sólo en Irak y Siria, sino también en operaciones militares exteriores, sobre todo en África. Ello nos introduce en una espiral bélica de impredecibles consecuencias. Como dijo hace unos días Íñigo Sáez de Uriarte, no necesitamos un George Bush francés.
En resumen, manipulando y ocultando la información se nos está preparando para aceptar como un mal menor la guerra. Nos han dicho que el esfuerzo bélico justificaría el incumplimiento de los techos del déficit público. Lo que no han dicho tan claramente es que el sacrificio que se pide a la población se traduciría claramente en más recortes, en libertades y en gastos sociales.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario