Una
nueva regulación europea pretende evitar quiebras de bancos como la de
Lehman Brothers. Nuevas medidas a aplicar cuando un banco amenace
hundirse en el futuro próximo. Por supuesto, y por interés público
(¡faltaría más!), se evitará liquidar un banco con problemas: hay que
salvarlo. Y continúa la fábula de que hay bancos demasiado grandes para
dejarlos caer. Gana la banca. Y, por si fuera poco, ahora gana también
al despedir a decenas de miles de empleados en la eurozona.
Obsesionada por conseguir más beneficios, que no logra ni en sueños, la
banca europea, que no limpió de verdad sus cuentas ni es realmente
solvente, reestructura plantillas. Fácil, porque los bancos no tienen
gran problema para echar gente. Grandes bancos y no tan grandes han
despedido ya a 175 mil empleados en Europa en menos de 1 año, mientras
la acelerada digitalización bancaria deviene fácil pretexto para
despedir aún más.
En despedir trabajadores, los banqueros españoles se adelantaron a la Unión Europea. Utilizaron las impuestas fusiones de cajas de ahorros hace unos años para cerrar muchas sucursales y echar a 70 mil empleados, la cuarta parte del total.
Ahora están entusiasmados con las fusiones de bancos que se avecinan por orden europea. Más la susodicha digitalización de la banca. Y así, en el Reino de España habrá muchísimos menos bancarios, pero sí tres megabancos. Bancos enormes para competir - dicen - con los superbancos que también se perpetran en Europa.
Fusiones y digitalización significan más cierre de oficinas bancarias y más gente a la calle. Para especular, que es lo suyo (y fomentar burbujas), no necesitan tanto empleado. Pero ese negro panorama laboral no se dará a conocer... hasta después de las elecciones generales. Para no disminuir los votos al Partido Popular. Así lo ha pedido el gobierno a quienes mangonean el sector financiero. Que esperen dar a conocer esos planes. Y así será. Porque el macroplan de fusión bancaria española significará, para empezar, que 35 mil trabajadores de banca más irán al desempleo.
Otra consecuencia es que muchos pueblos no tendrán ninguna oficina bancaria, porque las cerrarán.
Ángel Ron, presidente del Banco Popular, ha reconocido que la concentración bancaria está en marcha. Con las bendiciones del Banco de España, por supuesto.
Con las macrofusiones en el Reino de España, la concentración de banca europea busca que sólo haya 10 grandes bancos en la eurozona. Euroburócratas y directivos bancarios arguyen que, si se quiere avanzar en armonización fiscal, no puede haber tantos bancos. Pero, aparte de que la armonización fiscal está muy lejos (tan lejana que ni se vislumbra), ¿de verdad crear entidades financieras privadas con tanto poder beneficiará al pueblo trabajador europeo?
Lo que sabemos es que las ayudas billonarias no han beneficiado a la gente común, el pueblo trabajador, ni indirectamente.
El Banco Central Europeo (BCE), por ejemplo, inyectó, a final de 2011, casi medio billón de euros a 500 bancos, y unos meses después prestó otro medio billón a más de 800 instituciones. Más de 1 billón prestado a largo plazo al 1 por ciento de interés.
Esas y otras generosas ayudas, que no han cesado, hacen decir al economista Marco Antonio Moreno que la banca de occidente es muy dependiente de la inyección de dinero barato, una auténtica yonqui del dinero fácil. Sin embargo, la banca no reactiva la economía como debería tras tanta generosidad con ella. El dinero, para especular. Aunque produzca burbujas y caiga quien caiga. Menos ellos, por supuesto.
De no remediarse, habrá 10 superbancos en la eurozona. ¿Fluirá el financiamiento? ¿La razón de ser de tales megabancos será activar la economía con sus créditos e inversiones en economía productiva? No caerá esa breva. Las billonarias ayudas estatales al sector financiero (el sector que provocó la crisis) no son ni han sido condición para financiar la economía real. Ni lo será por muy megabancos que monten. Y la economía real continuará lánguida o estallará otra burbuja.
Ante tan poco esperanzador panorama, la gente ya sabe que no ha de esperar mucho ni poco de la banca privada. Porque utilizó el dinero público casi regalado para especular y montar una economía de humo mientras el desempleo se afianza y crecen la desigualdad y la pobreza. Y, si encima, resulta que los bancos privados se sostienen gracias a las ayudas públicas del BCE, de la Reserva Federal o los ministerios de economía, entonces la gente común...
En despedir trabajadores, los banqueros españoles se adelantaron a la Unión Europea. Utilizaron las impuestas fusiones de cajas de ahorros hace unos años para cerrar muchas sucursales y echar a 70 mil empleados, la cuarta parte del total.
Ahora están entusiasmados con las fusiones de bancos que se avecinan por orden europea. Más la susodicha digitalización de la banca. Y así, en el Reino de España habrá muchísimos menos bancarios, pero sí tres megabancos. Bancos enormes para competir - dicen - con los superbancos que también se perpetran en Europa.
Fusiones y digitalización significan más cierre de oficinas bancarias y más gente a la calle. Para especular, que es lo suyo (y fomentar burbujas), no necesitan tanto empleado. Pero ese negro panorama laboral no se dará a conocer... hasta después de las elecciones generales. Para no disminuir los votos al Partido Popular. Así lo ha pedido el gobierno a quienes mangonean el sector financiero. Que esperen dar a conocer esos planes. Y así será. Porque el macroplan de fusión bancaria española significará, para empezar, que 35 mil trabajadores de banca más irán al desempleo.
Otra consecuencia es que muchos pueblos no tendrán ninguna oficina bancaria, porque las cerrarán.
Ángel Ron, presidente del Banco Popular, ha reconocido que la concentración bancaria está en marcha. Con las bendiciones del Banco de España, por supuesto.
Con las macrofusiones en el Reino de España, la concentración de banca europea busca que sólo haya 10 grandes bancos en la eurozona. Euroburócratas y directivos bancarios arguyen que, si se quiere avanzar en armonización fiscal, no puede haber tantos bancos. Pero, aparte de que la armonización fiscal está muy lejos (tan lejana que ni se vislumbra), ¿de verdad crear entidades financieras privadas con tanto poder beneficiará al pueblo trabajador europeo?
Lo que sabemos es que las ayudas billonarias no han beneficiado a la gente común, el pueblo trabajador, ni indirectamente.
El Banco Central Europeo (BCE), por ejemplo, inyectó, a final de 2011, casi medio billón de euros a 500 bancos, y unos meses después prestó otro medio billón a más de 800 instituciones. Más de 1 billón prestado a largo plazo al 1 por ciento de interés.
Esas y otras generosas ayudas, que no han cesado, hacen decir al economista Marco Antonio Moreno que la banca de occidente es muy dependiente de la inyección de dinero barato, una auténtica yonqui del dinero fácil. Sin embargo, la banca no reactiva la economía como debería tras tanta generosidad con ella. El dinero, para especular. Aunque produzca burbujas y caiga quien caiga. Menos ellos, por supuesto.
De no remediarse, habrá 10 superbancos en la eurozona. ¿Fluirá el financiamiento? ¿La razón de ser de tales megabancos será activar la economía con sus créditos e inversiones en economía productiva? No caerá esa breva. Las billonarias ayudas estatales al sector financiero (el sector que provocó la crisis) no son ni han sido condición para financiar la economía real. Ni lo será por muy megabancos que monten. Y la economía real continuará lánguida o estallará otra burbuja.
Ante tan poco esperanzador panorama, la gente ya sabe que no ha de esperar mucho ni poco de la banca privada. Porque utilizó el dinero público casi regalado para especular y montar una economía de humo mientras el desempleo se afianza y crecen la desigualdad y la pobreza. Y, si encima, resulta que los bancos privados se sostienen gracias a las ayudas públicas del BCE, de la Reserva Federal o los ministerios de economía, entonces la gente común...
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