La impunidad histórica de la actual sociedad
Por Vladimir Rebato
Ayer,
cinco de mayo, recuerdo con algunos compañeros el 71º Aniversario de la
liberación del campo de Mauthausen de los camaradas y antifascistas
españoles que sobrevivieron al exterminio nazi.
Hoy,
como ayer, vuelve a ser cinco de mayo, porque al igual que los
republicanos, la sociedad que esperaban encontrar no existe. Sigue
perviviendo la hidra del fascismo, en las entrañas de su paridora, el
imperialismo.
Hoy,
como ayer, la mayoría de los españoles sufren una persistente migraña
paralizante, que les impide pensar por ellos mismos. Tan fuerte es su
enfermedad que han olvidado de donde proceden los pocos derechos
sociales que disfrutan. Fue con la lucha de decenas de años de
trabajadores, desde que Carlos Marx, predijo que será la clase obrera la
que creará su propia libertad, pues lo único que perderán serán sus
cadenas.
Mañana,
surgirá el sol, de ello estoy seguro. Pues la ciencia, la sociedad, la
juventud de los hechos y las ideas, van hacia adelante, hacia la
colectivación social, no hacia atrás. Por muchos psicópatas tipo Aznar,
por muchos criminales tipo Franco, siempre emerge la Unidad de los
trabajadores, para abrir las puertas de este campo de exterminio llamado
Régimen de Esclavitud Asalariada.
Dejo un poema de Francisco Ortiz, antifascista que sufrió este campo de exterminio:
Tuve que salir de Españapor la sencilla razón,defender la libertady que haya un mundo mejor.En ese duro combateel destino me llevóal campo de Mauthausen,hoy cementerio español.Allí está el Danubio Azulque un día cambió de color,con sangre republicanadel guerrillero español.¡Campo de Mauthausen!tus muros bañan en sangreunos matados a palos,otros murieron de hambre.Esa es la sangre española,derramada en el combate.Y para que el mundo sepay le quede en su memoria,el español no fue vencidonunca jamás en su historia.Y aquí dejo por escritopara cada ciudadano:Más vale morir de piecon las armas en la mano.¡Más vale morir de piecon las armas en la mano!
Añado.
Un enlace aparecido en el diario Público, que habla de aquel 5.05.45:
El
5 de mayo de 1971, hace hoy 71 años, las tropas estadounidenses
liberaban la red de campos de concentración nazis Mauthausen-Gusen, por
donde habían pasado cerca de 10.000 republicanos españoles. Los presos
recibieron al ejército norteamericano con una enorme pancarta que
rezaba: "Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras". Sin embargo, no habría liberación para los republicanos.
El preso José Alcubierre relató la experiencia que vivió durante los días que siguieron a la liberación: "Los
soviéticos se iban a Rusia, los franceses a Francia y los españoles
nos quedamos allí, solos. Nadie nos quería, así que nos quedamos un mes
en Mauthausen".
De esta manera, la liberación del campo, sin embargo, no significó
para los republicanos el final de la guerra comenzada en 1936. Muchos
no pudieron volver a la España del franquismo y habrían de encontrar
asilo en otros países, sobre todo en Francia, tras una etapa en la que
fueron convertidos en rehenes de las tropas estadounidenses.
La geopolítica dejó, por tanto, a los liberados sin un hogar a la que
regresar. Habían salido de los campos nazis con vida, pero eran
apátridas.
De hecho, el soldado estadounidense Álvaro Rodríguez se refiere de esta manera a la suerte que corrieron los republicanos : "Algunos
españoles empezaron a trabajar para nuestro ejército. Hacían de
traductores, de conductores o, simplemente, limpiando las
instalaciones. Sin embargo, poco después, les echaron porque decían que
eran comunistas".
La mayoría de los republicanos españoles presos en los campos nazis
habían combatido con Francia en la II Guerra Mundial y esperaban que
los aliados les ayudaran a acabar con la última dictadura fascista de
Europa, la del general Franco. Pero nada más lejos de la realidad. Los
aliados determinaron que Franco ya sólo era un problema para los
españoles y prefirieron no intervenir en España. Estados Unidos y Gran
Bretaña ya solo pensaban en su siguiente enemigo, Stalin. La
geopolítica dejó, por tanto, a los liberados sin un hogar a la que
regresar. Habían salido de los campos nazis con vida, pero eran
apátridas.
Traicionados por la España del general Franco, que les había negado la
condición de españoles y los había abandonado a su suerte;
traicionados después por los aliados, que renunciaron a derrocar a
Franco; y traicionados también por la España democrática, que fue
incapaz de honrar y rendir homenaje a los miles de españoles que
sufrieron la barbarie nazi.
El cordobés Virgilio recordó en declaración a Carlos Hernández en el libro Los últimos españoles: "La
muerte de Franco y la llegada de la democracia fue una enorme alegría
para todos nosotros. Pero, poco después, nos dimos cuenta de que nos
habían dejado abandonados. Por eso nos llaman 'los olvidados', porque
nadie se ha ocupado de nosotros. No le hemos interesado a nadie". Así fue y así sigue siendo. Los deportados españoles fueron víctimas del llamado "espíritu de la Transición", que más bien puede denominarse como la amnesia, la impunidad y el olvido de la misma.
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