Rusia
y China ya han acordado la entrada de Irán. Incluso la India y
Pakistán, que oficialmente no eran miembros antes de la reunión en
Taskent el 23 y 24 de junio, dan también la bienvenida a Irán. Es
interesante analizar las opiniones dentro de Irán con respecto a la
percepción acerca de la OCS y de sus miembros. En realidad, el interés
en Irán por unirse a la OCS es muy alto. Los funcionarios con frecuencia
han hablado sobre nuevas oportunidades para la República Islámica de
Irán. Pero también hay grupos de presión liberales pro-occidentales
centrados en objetivos diferentes. Esta dicotomía puede ser vista a
través de las discusiones académicas.
El Profesor Asociado de Relaciones Internacionales en la Universidad de Teherán, Jahangir Karami, en su artículo, «Why Iran Should Become a Member of the Shanghai Cooperation Organization?», escribe que:
«Irán debe deshacerse de su aislamiento estratégico con respecto a las ecuaciones globales y regionales, y ya que en este momento no es posible para Irán crear y jugar un papel axial en una institución eficaz, u obtener una pertenencia equitativa en una alianza estratégica, otras opciones tales como esta organización regional pueden considerarse como un camino intermedio para Teherán. El aislamiento de Irán fue especialmente evidente en los últimos meses, a la luz de las decisiones tomadas y de las declaraciones emitidas por el Consejo (persa) de Cooperación del Golfo, la Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica. La pertenencia a esta organización no estaría en desacuerdo con ninguno de los principios legales y políticos del país. Por el contrario, la experiencia de los últimos años, sobre todo las presiones sobre Irán por parte de Arabia Saudí y Turquía dentro de las tres instituciones, a saber, el Consejo (persa) de Cooperación del Golfo, la Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica, muestran claramente cómo las herramientas institucionales pueden desempeñar un papel eficaz en la diplomacia multilateral».
También sostiene que la
estabilización de Irán y el papel de la consolidación del Estado, así
como sus importantes experiencias ayudando a la paz, la estabilidad y la
seguridad regionales, así como en la lucha contra el terrorismo durante
las últimas décadas, regala a la OCS una buena oportunidad, ya que
puede potenciar las capacidades de esta organización sobre una vasta
extensión geográfica de Oriente Medio a Asia del Sur y Asia central. Las
capacidades geográficas, culturales, económicas y políticas de Irán son
tales que puede aumentar las posibilidades y capacidades de esta
organización para la cooperación y la convergencia regionales. Al
hacerlo, puede ayudar a revivir el eje asiático del comercio, las
interacciones cuturales y la cooperación, que ha estado inactivo desde
hace unos dos siglos.
De otro lado, los
reformistas y los liberales miran hacia Occidente y, al mismo tiempo
utilizan la retórica de la independencia y de los valores tradicionales
de Irán.
Durante las elecciones, los liberales
que controlaban las comisiones electorales en algunas ciudades filtraron
las tentativas de los no liberales para ser elegidos. El motivo del
rechazo fue sobre todo la «religiosidad insuficiente» de los candidatos.
Un tipo de paraguas similar también se utilizó para desacreditar la idea de la OCS y de la multipolaridad.
El ejemplo de la opinión de Hassan Beheshtipour es obvio para el caso de la OCS.
En su blog,
argumenta que debido a la Constitución de Irán, éste debe cooperar
mayormente con los países musulmanes. Ya que los principales actores de
la OCS - China y Rusia - no son países musulmanes, es mejor evitar la
OCS.
Pero no mencionó la cooperación con Corea
del Norte y Venezuela (también para el sector militar) o los países
africanos. ¿Y por qué Irán es tanto para la estrategia europea? También
teme que Irán vaya a perder parte de su soberanía después de unirse a la
OCS. Sin embargo, Rusia o los nuevos miembros como la India no la han
perdido.
El siguiente error que comete
Beheshtipour es malinterpretar la estrategia antiterrorista de Rusia y
China. Señala que «lo que Irán considera como extremismo religioso se
relaciona principalmente con grupos wahabíes y Takfiris, lo cual es
bastante diferente de lo que chinos y rusos, y la mayoría de los otros
miembros de la OCS, creen a este respecto, considerando a todos los
grupos islamistas como extremistas». Esto no es cierto, porque Rusia
trabaja con Hezbollah y altos funcionarios de Hamas se han reunido en
Moscú con los líderes rusos. En Rusia hay una diferencia muy clara entre
las organizaciones terroristas/exremistas y los grupos religiosos o
políticos. El autor también prefiere trabajar con el Consejo de
Cooperación del Golfo, pero su intención difiere con la realidad. Los
países suníes ven a Irán como un posible rival, y no les gustaría darle
ninguna oportunidad más de las que tiene ahora. Esta es también la razón
de las guerras subsidiarias a través de otros medios de Arabia Saudita y
Qatar contra Irán.
En conclusión, de su
artículo se verá que el autor prefiere el multilateralismo (el mismo
término utilizado por Hillary Clinton) que la multipolaridad.
Pero
para Eurasia, de la cual Irán es parte, el multilateralismo significa
desunión y fragmentación en beneficio de actores externos (USA). Algunos
países, especialmente de la zona del Rimland, pueden obtener algún provecho de este enfoque, pero no funcionará durante mucho tiempo.
La
multipolaridad es más preferible en el sentido estratégico y la OCS
será una especie de pegamento para unir a diferentes estados con
diferentes ideologías políticas hacia una base geopolítica.
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