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jueves, 8 de diciembre de 2016
Feudalismo Financiero
Feudalismo Financiero
Feudalismo Financiero
Érase una vez y lo fue por mucho tiempo: en la mayoría de los lugares densamente poblados del mundo se vivía un sistema llamado feudalismo.
Era una forma de organizar la sociedad jerárquicamente.
Por lo general, en la parte superior de la jerarquía había un soberano (rey, príncipe, emperador, faraón, junto con algunos sacerdotes de alta jerarquía).
Por debajo del soberano había varios rangos de nobles, con títulos hereditarios. Por debajo de los nobles estaban los plebeyos, que igualmente heredaban su situación en la vida, ya sea por estar atados a un pedazo de tierra en la que trabajaban, o se les concedía el derecho a participar en un determinado tipo de producción o de comercio, en el caso de los artesanos y comerciantes.
Todo el mundo estaba atado a su posición a través de relaciones permanentes de lealtad, tributos y deberes habituales: los tributos y obligaciones habituales fluían hacia arriba en la jerarquía, mientras los favores, privilegios y la protección lo hacían hacia abajo.
Fue un sistema muy resistente, que se auto perpetúa, basado principalmente en el uso de la tierra y otros recursos renovables, en última instancia, todos potenciados por la luz solar.
La riqueza se deriva principalmente de la tierra y sus diversos usos.
Aquí se muestra un organigrama simplificado de la jerarquía de una sociedad medieval.
El feudalismo era esencialmente un sistema en estado estacionario.
Las presiones demográficas eran aliviadas principalmente por medio de la emigración, la guerra, la peste y a falta de todas las anteriores, la hambruna periódica.
Las guerras de conquista a veces abrían el paso a nuevos lugares temporales para el crecimiento económico, pero como la tierra y la luz del sol son finitas, esto equivalía a un juego de suma cero.
Pero todo eso cambió cuando el feudalismo fue sustituido por el capitalismo. Lo que hizo posible el cambio fue la explotación de recursos no renovables, el más importante de los cuales fue la energía de la combustión de hidrocarburos fósiles: primero turba y carbón, luego el petróleo y el gas natural.
De repente, la capacidad productiva se desacopla de la disponibilidad de la tierra y la luz del sol y podría ser intensificada casi, pero no del todo, hasta el infinito, simplemente con la quema de más hidrocarburos.
Con el uso de la energía, algunos factores como la producción industrial y la población comenzaron a subir de manera exponencial.
Apareció un nuevo sistema de relaciones económicas, basado en el dinero que se podría generar a voluntad, en forma de deuda, la que podría ser devuelta con intereses utilizando los productos de la siempre creciente producción futura.
En comparación con el sistema anterior, en estado estacionario, el cambio produjo una nueva premisa: que el futuro siempre será más grande y más rico- lo suficiente como para podernos dar el lujo de pagar tanto el capital como los intereses.
Con este nuevo acuerdo capitalista, las viejas relaciones feudales y sus costumbres cayeron en desuso, sustituidas por un nuevo sistema en el que los propietarios cada vez más ricos del capital se enfrentaron contra los trabajadores cada vez más desposeídos.
El movimiento sindical y la negociación colectiva ha permitido a los trabajadores mantener su riqueza durante un tiempo, pero eventualmente una serie de factores, tales como la automatización y la globalización han socavado el movimiento obrero, dejando a los dueños del capital con toda la influencia que se pueda desear con un desmoralizado exceso de población de los ex trabajadores de la industria.
Mientras tanto, los dueños del capital formaron su propio pseudo-aristocracia, pero sin los títulos o los deberes y privilegios hereditarios. Su nueva ley del más fuerte se basa en una sola cosa: el valor monetario neto.
El signo de dólar que tenga la gente al lado de su nombre es todo lo que es necesario para determinar su posición en la sociedad.
Pero eventualmente casi todas las buenas fuentes locales de energía a base de hidrocarburos se agotaron y tuvieron que ser reemplazadas por otras de menor calidad, más difíciles de producir, más remotas, más costosas.
Esto hizo una gran mella al crecimiento económico, ya que con cada año que pasa, más y más de los hidrocarburos que tenían que ser usados de nuevo para producir energía se necesitan simplemente para sostener el sistema, sin que sea posible que crezca.
Al mismo tiempo, la industria produce una gran cantidad de subproductos muy desagradables: la contaminación ambiental y la degradación y desestabilización del clima entre otros.
Eventualmente estos factores empiezan a generar primas tan altas en los seguros y costos de reconstrucción en caso de catástrofes naturales y de origen humano que también ponen un nuevo obstáculo en el crecimiento económico.
El crecimiento demográfico también ha causado penalidades.
Se puede ver que las poblaciones se trasladan a centros urbanos más grandes y, a la luz de las investigaciones mientras más grande sea una ciudad, mayor es su consumo de energía per cápita.
A diferencia de los organismos biológicos en donde, cuanto mayor sea el animal, más lento es su metabolismo, la intensidad de la actividad necesaria para sostener un centro de población aumenta junto con su tamaño.
Observamos que en las grandes ciudades la gente habla más rápido, camina más rápido y por lo general tienen que vivir más intensamente y operar en un horario más estricto solamente para mantenerse con vida.
Toda esta actividad frenética conduce a que el uso de la energía este lejos de la construcción de un futuro promisorio y más rico.
Sí, en el futuro puede haber más población (por ahora), pero el tipo de asentamiento humano de más rápido crecimiento en el planeta es la barriada urbana -carente de servicios sociales y sanitarios, plagada de crímenes y generalmente insegura.
Lo que todo esto significa es que el crecimiento es auto limitante.
Observe que ya hemos llegado a los límites y en algunos casos se ha ido mucho más allá de éstos.
Las prácticas actuales en fracturación hidráulica de los depósitos de esquisto (fracking) y la extracción humeante del petróleo de arenas bituminosas son indicativas del avanzado estado de agotamiento de las fuentes de combustibles fósiles.
La desestabilización climática está produciendo tormentas cada vez más violentas, sequías más severas que nunca.
Igualmente, la contaminación ha llegado a su límite en muchas áreas: el esmogurbano ha llegado a ser tan malo que las actividades industriales son reducidas simplemente para que la gente pueda respirar y esto puede ocurrir tanto en París, Pekín, Moscú como en Teherán.
La radiactividad de los reactores nucleares de Fukushima en Japón está apareciendo en los peces capturados en el otro lado del Océano Pacífico.
Todos estos problemas están causando que suceda algo muy extraño con el dinero.
En la fase de crecimiento previo del capitalismo, el dinero era generado con el fin de incentivar el consumo y al hacerlo, estimular el crecimiento económico.
Pero hace algunos años se llegó a un umbral en los EE.UU., que en este momento sigue siendo el epicentro de la actividad económica mundial (siendo ya eclipsado por China), donde una unidad de nueva deuda produjo menos de una unidad de crecimiento económico. Esto hizo que los préstamos con tasas de interés ya no sean posibles.
Mientras que antes el dinero era prestado para producir crecimiento económico, ahora tiene que ser prestado, en cantidades cada vez más grandes, simplemente para evitar el colapso financiero e industrial.
En consecuencia, las tasas de interés de las nuevas deudas se reducen hasta llegar a cero, en algo que viene a ser conocido como ZIRP ( Zero Interest Rate Policy-Política de Tasa de Interés Cero).
Para hacerlo aún más dulce, los bancos centrales aceptan el dinero que prestaron a 0% de interés como depósitos, que gana un poco de interés, lo que permite a los bancos obtener un beneficio por no hacer absolutamente nada.
Como era de esperar, no hacer absolutamente nada resulta ser bastante ineficaz, y en todo el mundo las economías comienzan a encogerse.
Muchos países recurren a forjar sus propias estadísticas para pintar un panorama más alentador, pero una estadística que no miente es el consumo de energía. Es indicativo del nivel general de la actividad económica y ha bajado en el mundo entero.
Un exceso de petróleo y a un precio mucho más bajo, es lo que estamos presenciando como resultado.
Otro indicador que no miente es el Baltic Dry Index, que rastrea el nivel de actividades de transporte y se ha desplomado también.
Y así el ZIRP preparó el escenario para el último acontecimiento y de desarrollo más raro: las tasas de interés han comenzado a ser negativas, tanto en préstamos y depósitos.
Adiós, ZIRP, bienvenido, NIRP (Negative Interest Rate Police- Política de Tasa de Interés Negativa).
Los bancos centrales de todo el mundo están empezando a hacer préstamos a pequeñas tasas de interés negativas.
Así es, algunos bancos centrales ahora pagan a ciertas instituciones financieras por pedir dinero prestado.
Mientras tanto, las tasas de interés de los depósitos bancarios se han ido al lado negativo también: mantener su dinero en el banco es ahora un privilegio, por el que se debe pagar.
Pero las tasas de interés no son ciertamente negativas para todos.
El acceso a dinero gratis es un privilegio y los que lo tienen son los banqueros e industriales que los financian.
Los que tienen que pedir prestado para financiar viviendas son menos privilegiados; aquellos que pidan prestado para pagar la educación, aún menos.
Los que no son privilegiados en absoluto son los que se ven obligados a comprar alimentos con tarjetas de crédito, o pedir préstamos para pagar el alquiler de viviendas.
Las funciones que alguna vez jugaban los créditos en las economías capitalistas casi han sido abandonadas. Érase una vez un mundo en el cual el acceso al capital podía obtenerse sobre la base de un buen plan de negocios y esto permitió que la iniciativa empresarial florezca y que muchas nuevas empresas se formen.
Cualquiera y no sólo los privilegiados podían sacar un préstamo y empezar un negocio, esto significaba que el éxito económico dependía, al menos en cierta medida, en el mérito.
Pero ahora, la creación de empresas se ha ido a la inversa, con muchas más empresas saliendo de los negocios que las se están formando, y la movilidad social se ha convertido en gran parte en una cosa del pasado.
Lo que queda es una sociedad rígidamente estratificada, con privilegios basados en la riqueza hereditaria: a los de arriba se les paga para pedir prestado y llegan a surfear en una ola de dinero gratis mientras que los de abajo son impulsados cada vez más en la servidumbre por deudas e indigencia.
¿Puede el NIRP apuntalar un nuevo feudalismo?
Ciertamente, no puede revertir la tendencia a la baja, debido a que los factores que están poniendo límites en el crecimiento no son susceptibles a la manipulación financiera, al ser de naturaleza física.
Se puede evidenciar que ninguna cantidad de dinero gratis puede hacer aparecer una nueva primavera de los recursos naturales. Lo que puede hacer, sin embargo, es congelar la jerarquía social entre los propietarios del capital por un tiempo, pero no para siempre.
Por donde se mire, la reducción del tamaño de las economías puede eventualmente resultar en revueltas populares, guerras y bancarrotas nacionales y éstas pueden causar que el dinero deje de funcionar de muchas maneras.
Las consecuencias usuales serán la devaluación, las quiebras bancarias, la incapacidad para financiar las importaciones y la desaparición de las pensiones y del sector público.
El deseo de sobrevivir causará que las personas se enfoquen en conseguir el acceso directo a los recursos físicos para, distribuirlos entre amigos y familiares.
A su vez, esto hace que los mecanismos de mercado se vuelvan extremadamente opacos y distorsionados y a menudo dejen de funcionar por completo.
Bajo estas circunstancias, cuantos más signos de dólar alguien tenga al lado de su nombre se convierte más bien en un punto discutible, y debemos esperar que la jerarquía social entre los propietarios del capital se vuelva inestable y zozobre.
Algunos de ellos tendrán el talento para convertirse en señores de la guerra y estos pocos florecerán el resto de su existencia.
Pero, en general, en una situación donde las instituciones financieras han fracasado, donde las fábricas y otras empresas ya no funcionan y donde las propiedades inmobiliarias han sido invadidas por turbas u ocupantes ilegales, el patrimonio neto de una persona se convierte en algo difícil de calcular.
Y así debemos esperar que el organigrama de la sociedad post-capitalista, en términos de hojas de cálculo se pareciera a esto: "# Ref!" (es lo que Excel muestra cuando no se encuentra con una referencia de celda válida en una fórmula.)
Un término preciso y adecuado para este estado es " anarquía".
Una vez que se alcanza un nuevo mínimo nivel de subsistencia en estado estacionario el proceso de formación aristocrática puede comenzar de nuevo.
Pero a menos que una nueva fuente de combustibles fósiles baratos se descubra de alguna manera mágica, este proceso tendría que proceder a lo largo de las líneas tradicionales, es decir, el feudalismo.
Fuente: ClubOrlov
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