Ante el avance del fascismo; ni un paso atrás
https://www.lahaine.org/est_espanol.php/ante-el-avance-del-fascismo
Manifestamos con rotundidad que ninguna trabajadora, ni nativa ni extranjera, es nuestra enemiga.
Escribimos
con la convicción de que este texto no solo sea un llamamiento a que
participéis con vuestra asistencia en la manifestación contra el racismo
y la xenofobia, que recorrerá el tramo comprendido entre la Plaza
Porticada y la Plaza de la Esperanza de la ciudad de Santander el
próximo sábado día 9, sino un llamamiento a crear conciencia, al tiempo
que aprovechamos para exponer una vez más nuestra más enérgica repulsa
contra todo comportamiento de carácter fascista que se produzca en
cualquier lugar del planeta.
Somos conocedoras que el fascismo es un arma utilizada por el sistema capitalista para perpetuar su posición dominante frente a las clases oprimidas a través de un movimiento de masas, y que es nuestro deber combatirlo en todas sus formas, con todas las herramientas a nuestro alcance , porque como decía Antonio Gramsci “la indiferencia es el peso muerto de la historia”.
Es por ello que nos hemos unido diversos particulares, colectivos y organizaciones sociopolíticas de Cantabria para defender la convivencia y la tolerancia como modelo a desarrollar en nuestra tierra, en contraposición al discurso racista y xenófobo del que hacen gala ciertos individuos y asociaciones.
Este sábado se pasearán impunemente por las calles de Santander, los miembros y simpatizantes de la organización Alfonso I, visibilizando públicamente su retrograda ideología con el consentimiento del Gobierno de Cantabria, que no son sino nuevos políticos, enquistados en los viejos hábitos del rédito parlamentario.
Los integrantes de la asociación Alfonso I provienen del Frente Nacional y otros grupos fascistas y neonazis que expanden sus violentas teorías contra los inmigrantes, la igualdad de género o las personas LGBT entre otros, y mantienen relaciones con grupos de idéntico proceder de otras ciudades.
Son los mismos que invaden los medios de información y nuestros espacios con su propaganda a fin de inculcarnos los valores de su patria, esa tan grande y libre en la que solo unos pocos tienen cabida. Son los que nos roban el terreno mientras encomendamos nuestras responsabilidades a terceros, los mismos que hoy solicitan prioridad nacional para quienes a su selecto criterio constituyen el grupo de españoles merecedores de su caridad.
No es casualidad que les moleste tanto que los llamemos fascistas, pues la nueva línea de trabajo de esta organización pretende lavarlos la cara estratégicamente, haciéndolos pasar por almas caritativas, por patriotas solidarios que ayudan a semejantes en apuros, utilizando la demagogia para engañar, para difundir su discurso de odio entre la clase trabajadora camuflándolo de amabilidad, sabedores que de expresarlo abiertamente recibirían un rechazo frontal desde la propia colectividad, que en general rehúye por tendencia cualquier posicionamiento extremista.
El lema de la manifestación que se desarrollará en paralelo a la nuestra es “Por España, por nuestra gente.
Prioridad Nacional”, y reclaman prioridad de las españolas en el empleo, en las ayudas sociales y servicios públicos. De ese modo, los reaccionarios anclados en las viejas políticas heredadas del fascismo aprovechan para culpar a las inmigrantes del paro, de la precariedad, de la pobreza, de los recortes en servicios públicos y ayudas sociales.
Pero no nos llevemos a engaño, no son las trabajadoras inmigrantes quienes nos bajan el sueldo, nos obligan a funcionar en la precariedad o durante jornadas que superan las diez horas; No son ellas quienes recortan o privatizan la sanidad y la educación, quienes aprueban reformas laborales y retrasan la edad de jubilación, quienes suben el IVA y rescatan a los bancos con dinero público, quienes se enriquecen con la corrupción, quienes reprimen y coartan nuestras libertades o quienes nos involucran en guerras de saqueo que salvaguarden la dominación imperialista.
Manifestamos con rotundidad que ninguna trabajadora, ni nativa ni extranjera, es nuestra enemiga. Quienes nos oprimen y nos explotan, quienes recortan nuestros derechos, son los grandes poderes económicos y sus lacayos políticos, que pretenden camuflar la mala praxis en las estrategias utilizadas para con este tema, y eludir así sus responsabilidades, dirigiendo el dedo acusador hacia las inocentes víctimas de esta crisis económica derivada de la recesión que las propias potencias capitalistas han generado.
Contra ellos necesitamos estar unidas la clase obrera por encima de nuestra nacionalidad, nuestra raza o nuestra religión. Si no lo hacemos, caeremos en el perverso discurso del fascismo: odiarnos entre oprimidas y amar a los opresores.
Manifestamos también que queremos ser parte de una sociedad incluyente, decente, digna, humana, diversa, plural… Queremos una sociedad justa, que luche unida, que cuide y se cuide, que acoja y comparta.
Trabajamos, caminamos, y nos movilizamos para que no germine en esta tierra la semilla del fascismo, porque no debemos cederlos espacio ni en nuestros barrios, ni en nuestras casas, ni en nuestras escuelas, con lo que hemos de ser firmes para revertir la situación actual de desafección social, albergando un inquebrantable sentido de la justicia y la igualdad.
Es desde aquí, desde abajo, desde las calles donde nos encontramos y nos reconocemos, desde donde vamos a construir y a defender una sociedad de equivalentes, de personas sin categorías, sin explotadoras ni explotadas, sin paro ni pobreza, donde la prioridad sea la población y no los beneficios empresariales de unos pocos.
Creemos que los violentos se alimentan de la precariedad y del miedo a esa misma precariedad, de las tensiones geopolíticas, del fanatismo religioso y de la ignorancia.
Nosotras decimos hoy que no tenemos odio, que creemos en una sociedad abierta, que apostamos por un mundo por y para todas las personas, sea cual sea su color de piel, su condición sexual o su forma de entender la vida siempre que se base en la convivencia y en el respeto a los otros.
Exigimos una Cantabria libre.
Texto completo en: https://www.lahaine.org/ante-el-avance-del-fascismoSomos conocedoras que el fascismo es un arma utilizada por el sistema capitalista para perpetuar su posición dominante frente a las clases oprimidas a través de un movimiento de masas, y que es nuestro deber combatirlo en todas sus formas, con todas las herramientas a nuestro alcance , porque como decía Antonio Gramsci “la indiferencia es el peso muerto de la historia”.
Es por ello que nos hemos unido diversos particulares, colectivos y organizaciones sociopolíticas de Cantabria para defender la convivencia y la tolerancia como modelo a desarrollar en nuestra tierra, en contraposición al discurso racista y xenófobo del que hacen gala ciertos individuos y asociaciones.
Este sábado se pasearán impunemente por las calles de Santander, los miembros y simpatizantes de la organización Alfonso I, visibilizando públicamente su retrograda ideología con el consentimiento del Gobierno de Cantabria, que no son sino nuevos políticos, enquistados en los viejos hábitos del rédito parlamentario.
Los integrantes de la asociación Alfonso I provienen del Frente Nacional y otros grupos fascistas y neonazis que expanden sus violentas teorías contra los inmigrantes, la igualdad de género o las personas LGBT entre otros, y mantienen relaciones con grupos de idéntico proceder de otras ciudades.
Son los mismos que invaden los medios de información y nuestros espacios con su propaganda a fin de inculcarnos los valores de su patria, esa tan grande y libre en la que solo unos pocos tienen cabida. Son los que nos roban el terreno mientras encomendamos nuestras responsabilidades a terceros, los mismos que hoy solicitan prioridad nacional para quienes a su selecto criterio constituyen el grupo de españoles merecedores de su caridad.
No es casualidad que les moleste tanto que los llamemos fascistas, pues la nueva línea de trabajo de esta organización pretende lavarlos la cara estratégicamente, haciéndolos pasar por almas caritativas, por patriotas solidarios que ayudan a semejantes en apuros, utilizando la demagogia para engañar, para difundir su discurso de odio entre la clase trabajadora camuflándolo de amabilidad, sabedores que de expresarlo abiertamente recibirían un rechazo frontal desde la propia colectividad, que en general rehúye por tendencia cualquier posicionamiento extremista.
El lema de la manifestación que se desarrollará en paralelo a la nuestra es “Por España, por nuestra gente.
Prioridad Nacional”, y reclaman prioridad de las españolas en el empleo, en las ayudas sociales y servicios públicos. De ese modo, los reaccionarios anclados en las viejas políticas heredadas del fascismo aprovechan para culpar a las inmigrantes del paro, de la precariedad, de la pobreza, de los recortes en servicios públicos y ayudas sociales.
Pero no nos llevemos a engaño, no son las trabajadoras inmigrantes quienes nos bajan el sueldo, nos obligan a funcionar en la precariedad o durante jornadas que superan las diez horas; No son ellas quienes recortan o privatizan la sanidad y la educación, quienes aprueban reformas laborales y retrasan la edad de jubilación, quienes suben el IVA y rescatan a los bancos con dinero público, quienes se enriquecen con la corrupción, quienes reprimen y coartan nuestras libertades o quienes nos involucran en guerras de saqueo que salvaguarden la dominación imperialista.
Manifestamos con rotundidad que ninguna trabajadora, ni nativa ni extranjera, es nuestra enemiga. Quienes nos oprimen y nos explotan, quienes recortan nuestros derechos, son los grandes poderes económicos y sus lacayos políticos, que pretenden camuflar la mala praxis en las estrategias utilizadas para con este tema, y eludir así sus responsabilidades, dirigiendo el dedo acusador hacia las inocentes víctimas de esta crisis económica derivada de la recesión que las propias potencias capitalistas han generado.
Contra ellos necesitamos estar unidas la clase obrera por encima de nuestra nacionalidad, nuestra raza o nuestra religión. Si no lo hacemos, caeremos en el perverso discurso del fascismo: odiarnos entre oprimidas y amar a los opresores.
Manifestamos también que queremos ser parte de una sociedad incluyente, decente, digna, humana, diversa, plural… Queremos una sociedad justa, que luche unida, que cuide y se cuide, que acoja y comparta.
Trabajamos, caminamos, y nos movilizamos para que no germine en esta tierra la semilla del fascismo, porque no debemos cederlos espacio ni en nuestros barrios, ni en nuestras casas, ni en nuestras escuelas, con lo que hemos de ser firmes para revertir la situación actual de desafección social, albergando un inquebrantable sentido de la justicia y la igualdad.
Es desde aquí, desde abajo, desde las calles donde nos encontramos y nos reconocemos, desde donde vamos a construir y a defender una sociedad de equivalentes, de personas sin categorías, sin explotadoras ni explotadas, sin paro ni pobreza, donde la prioridad sea la población y no los beneficios empresariales de unos pocos.
Creemos que los violentos se alimentan de la precariedad y del miedo a esa misma precariedad, de las tensiones geopolíticas, del fanatismo religioso y de la ignorancia.
Nosotras decimos hoy que no tenemos odio, que creemos en una sociedad abierta, que apostamos por un mundo por y para todas las personas, sea cual sea su color de piel, su condición sexual o su forma de entender la vida siempre que se base en la convivencia y en el respeto a los otros.
Exigimos una Cantabria libre.
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