El guerrillero apunta su rifle de asalto al aire y dispara, gritando “Las FARC están vivas, la guerra continúa”. La paz está muy lejos de esta parte de la selva colombiana.
Aunque las FARC se convirtieron oficialmente en un partido político, “no han cambiado ni un ápice de nuestra ideología”, asegura el guerrillero.
“Seguimos siendo revolucionarios que están buscando poder para la gente a través de la ruta político-militar”, dijo el joven dirigente en una entrevista realizada bajo la lluvia torrencial en un banco del río Inírida (*).
Al igual que otros disidentes, ahora es un hombre querido muerto o vivo por las patrullas militares que peinan la selva.
Los disidentes están acusados de cometer al menos siete ataques en el último año, matando a cuatro personas e hiriendo a 18. Tres oficiales de policía murieron en una emboscada el sábado pasado.
“Nos traicionaron”, dijo Aldemar sobre la dirección de las FARC. “Pero incluso si son traidores, no los atacaremos hasta que se conviertan en agentes del Estado […] en nuestras zonas, los trataremos como una fiesta más”.
Aldemar se jactó de que los guerrilleros recuperarían lentamente el control del territorio perdido.
Mientras hablaba, hombres y mujeres bajo su mando podían ser vistos patrullando las orillas del río, con rifles colgados sobre sus hombros.
“Nos volveremos a convertir en un ejército de nuevo”, dijo, antes de listar una media docena de los 32 departamentos de Colombia, donde dice que sus hombres están presentes.
La dirección oficial de las FARC expulsó a varios comandantes disidentes en diciembre, cuando se firmó el acuerdo “de paz”.
Desde el inicio de las negociaciones, llamadas “de paz”, el gobierno calculó que por lo menos un 10 por ciento de las fuerza de las FARC terminarían al margen del proceso de paz.
Oficialmente, los capituladores aseguran que unos 60 combatientes se han separado del proceso “de paz”, una cifra que el ejército colombiano eleva a 200 guerrilleros, aunque unidades procedentes de varios frentes se están desligando de la líea oficial para continuar con la lucha.
Además de las FARC, los guerrilleros del ELN han iniciado el mismo derrotero y actualmente mantienen un alto el fuego para abrir otro proceso negociador con el gobierno.
Por su parte, el movimiento guerrillero EPL quiere sumarse a él. Aunque el EPL se desmovilizó formalmente en 1991, una facción disidente, que el gobierno llama “Los Pelusos”, permaneció activa en el noreste de Colombia, donde controla la región de Catatumbo.
(*) http://www.thesundaily.my/news/2017/10/04/dissident-farc-leader-says-war-goes
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