"Monsanto Papers", los efectos Cancerígenos del Glifosato y su Alumno Predilecto; Argentina...
Infobae
En 2015 la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) de las Naciones Unidas contradijo a agencias europeas y estadounidense sobre los efectos nocivos del glifosato. Dijo que el herbicida utilizado por Monsanto es "genotóxico, cancerígeno para los animales y probable cancerígeno para el hombre".
Durante cuarenta años los organismos internacionales repitieron el mantra de Monsanto: el glifosato no era cancerígeno.
Las principales agencias reguladoras responsables de evaluar la
peligrosidad de un producto antes y después de su comercialización
coincidían con el mismo criterio: la Agencia de Protección Ambiental de
los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) en Europa, la
Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Agencia Europea
de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA) aprobaban su uso.
Hasta que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) de las Naciones Unidas
contradijo la norma: el herbicida –el producto estrella de Monsanto y
el plaguicida más utilizado en el mundo– es genotóxico, cancerígeno para
los animales y "probable cancerígeno para el hombre". La divergencia se
explica por una simple razón: las agencias que habilitaban el glifosato
recababan información proporcionada por Monsanto, mientras que la IARC
carecía del acceso a sus datos confidenciales. Las observaciones
científicas eran materia de interés para la firma implicada.
Así nacieron los "Monsanto Papers". A lo largo de miles de documentos internos indagados por el medio francés Le Monde
y desclasificados por un juez de San Francisco, Estados Unidos, se
comprobó que la multinacional semillera manipuló los informes de
expertos presuntamente independientes que evaluaban el glifosato. Los
empleados de Monsanto eran los escritores fantasmas de los organismos
que debían controlarlos. Ahora Francia y otros países europeos reclaman
la prohibición del glifosato.
En simultáneo, hay especialistas que afirman que Argentina es el laboratorio de Monsanto. Con el consabido silencio cómplice,
según la periodista francesa Marie Monique Robin, autora de "El mundo
según Monsanto", el país "es el alumno predilecto de la multinacional
semillera".
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