Mencionando
unos números, tomados del Plan Nacional de Desarrollo (PND) que impulsa
Andrés Manuel López Obrador, hay más de 12 millones de mexicanos en
EEUU; hay más de 120 mil mexicanos en Canadá y, al mismo tiempo, hay
alrededor de 1 millón de estadounidenses en México.
Como ha quedado plasmado perfectamente en el PND, “en julio de 2018 el pueblo mexicano expresó de manera contundente en las urnas su anhelo de construir un México justo, pacífico, libre, solidario, democrático, próspero y feliz”. Es por ello que, en el PND también se establece que ésta “será una construcción colectiva, que incluya la vasta diversidad de posturas políticas, condiciones socioeconómicas, espiritualidades, culturas, regiones e idiomas, ocupaciones y oficios, edades e identidades y preferencias sexuales que confluye en la población actual de México”.
En materia internacional, teniendo claro de que tanto Estados Unidos como Canadá son prioritarios para la política exterior de México, en la política exterior de la región, con la Cuarta Transformación México hoy le apuesta a la “integración latinoamericana”, con un mayor énfasis en Centroamérica.
Para la Cuarta Transformación lo más importante no es hacerle a los centroamericanos lo que el gobierno estadounidense le hace a los mexicanos al etiquetarlos como “ilegales”, sino que la Cuarta Transformación está buscando soluciones de raíz, en otras palabras, “garantizarles a éstos los derechos al trabajo, la vivienda, la seguridad, la educación y la salud que el país les ha negado por décadas”.
En México los antiguos gobiernos no tenían autoridad moral para exigir respeto para los mexicanos in/migrantes en Estados Unidos, cuando en México se trataba con brutalidad a los centroamericanos (problema que a la fecha persiste por ser uno de los varios problemas tan arraigados). Hoy, la Cuarta Transformación ha llegado para combatir el fondo de dicho problema, y a nadie debe quedarle duda de que “México ha retomado su tradición de país hospitalario, tierra de asilo e integrador de migraciones”.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Como ha quedado plasmado perfectamente en el PND, “en julio de 2018 el pueblo mexicano expresó de manera contundente en las urnas su anhelo de construir un México justo, pacífico, libre, solidario, democrático, próspero y feliz”. Es por ello que, en el PND también se establece que ésta “será una construcción colectiva, que incluya la vasta diversidad de posturas políticas, condiciones socioeconómicas, espiritualidades, culturas, regiones e idiomas, ocupaciones y oficios, edades e identidades y preferencias sexuales que confluye en la población actual de México”.
En materia internacional, teniendo claro de que tanto Estados Unidos como Canadá son prioritarios para la política exterior de México, en la política exterior de la región, con la Cuarta Transformación México hoy le apuesta a la “integración latinoamericana”, con un mayor énfasis en Centroamérica.
Para la Cuarta Transformación lo más importante no es hacerle a los centroamericanos lo que el gobierno estadounidense le hace a los mexicanos al etiquetarlos como “ilegales”, sino que la Cuarta Transformación está buscando soluciones de raíz, en otras palabras, “garantizarles a éstos los derechos al trabajo, la vivienda, la seguridad, la educación y la salud que el país les ha negado por décadas”.
En México los antiguos gobiernos no tenían autoridad moral para exigir respeto para los mexicanos in/migrantes en Estados Unidos, cuando en México se trataba con brutalidad a los centroamericanos (problema que a la fecha persiste por ser uno de los varios problemas tan arraigados). Hoy, la Cuarta Transformación ha llegado para combatir el fondo de dicho problema, y a nadie debe quedarle duda de que “México ha retomado su tradición de país hospitalario, tierra de asilo e integrador de migraciones”.
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