El Pentágono amenaza con atacar a Siria y lanzar la guerra en el golfo Pérsico
Salvador
González Briceño ha publicado un reportaje en las páginas virtuales de
geopolítica.ru en el que asegura, como lo hace World Socialist Web Site
(23.05.19) que *En apoyo a Israel y Arabia Saudita, los halcones Pompeo y
Bolton amenazan" mientras Trump califica de falso el anuncio del New
York Times sobre el envío de tropas estadounidenses al golfo Pérsico.
Algunos quieren la guerra, otros la reelección.
Donald Trump, el presidente de los Estados Unidos de América (EEUU) no
mete las manos al fuego por sus halcones Mike Pompeo y John Bolton,
quienes atizan la guerra contra Irán, pero tampoco se retracta. Al
contrario, dice que si Irán quiere guerra, la tendrá y “con gran
fuerza”, como lo califica, entre otra de sus expresiones últimas.
No recula, dice González Briceño,
porque, si bien no apuesta por la guerra, el propio Trump sabe que desde
su campaña construyó el discurso, si no para el rompimiento con el país
persa, sí para desarticular el acuerdo nuclear de Barack Obama, como lo
hizo hace un año, el 8 de mayo de 2018.
Desoyó la opinión del Organismo Internacional de
Energía Atómica (OIEA), que le ha dado seguimiento puntual al Plan de
Acción Conjunto y Completo de 2015, como se conoce al acuerdo nuclear
suscrito con Irán, avalado por los países miembros del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas: Francia, Alemania, Reino Unido, Rusia y
China. No escucha tampoco a la Unión Europea, que sostiene el acuerdo,
atendiendo a su propia seguridad energética.
Preparativos de guerra
Era “defectuoso”, dijo Trump refiriéndose al plan,
e Irán “es el mayor exportador de terrorismo”; así como “el mayor
patrocinador del terrorismo (que) podría adquirir las armas más
poderosas en el mundo. Por eso, anuncio que EEUU se retirará del
acuerdo”. En fin, porque el acuerdo era un “mal negocio” de Obama.
Pocos días después de que el presidente Donald
Trump amenazara con el "final oficial" de Irán, Washington advirtió con
que reanudaría las agresiones militares a Siria, alegando, sin
fundamento, que Damasco empleó armas químicas en la campaña militar
contra las milicias vinculadas a Al Qaeda en la provincia noroeste de
Idlib.
Las nuevas amenazas de Estados Unidos siguieron
las reuniones informativas a puerta cerrada sobre la campaña de guerra
contra Irán ante los miembros de la Cámara de Representantes y el Senado
de EEUU el martes por el secretario de Estado Mike Pompeo, el
secretario de Defensa en funciones Patrick Shanahan, y el titular del
Estado Mayor Conjunto, el general Joseph Dunford.
Se informó de que el objetivo de estas
presentaciones fue defender la "inteligencia" inventada sobre amenazas
iraníes de llevar a cabo ataques contra "intereses estadounidenses" o de
sus aliados en la región del golfo Pérsico, además de afirmar que el
masivo y amenazante despliegue militar de EEUU en la región había
frustrado los supuestos planes de Teherán.
Incluso mientras se llevaba a cabo esto, el
Departamento de Estado de EEUU emitió una declaración en la que afirmaba
que estaba recopilando información sobre un presunto ataque con gas de
cloro el 19 de mayo en Idlib, combinado con la amenaza de que "Estados
Unidos y nuestros aliados responderán de manera rápida y apropiada”.
La misiva del Departamento de Estado incluyó una
denuncia de una "campaña de desinformación continua por parte del
régimen de Asad y Rusia para crear la falsa narrativa de que son otros
los responsables de los ataques con armas químicas que el propio régimen
de Asad está llevando a cabo".
La cortina de humo informativa
Este pasaje se agregó sin duda en respuesta a la
filtración de un documento condenatorio preparado por un destacado
investigador de la Organización para la Prohibición de las Armas
Químicas (OPAQ) sobre un presunto ataque químico en abril de 2018 en
Duma, un suburbio de Damasco, que se usó como pretexto para ataques
estadounidenses con misiles dirigidos contra Siria.
El análisis estableció que los cilindros de gas
encontrados en la parte superior de un bloque de apartamentos y que
fueron culpados por la muerte de 49 personas no pudieron haberse caído
del aire, como se alega al culpar al Gobierno sirio.
La fabricación de nuevos incidentes de armas
químicas por parte de Washington y sus aliados en Siria serviría como
medio para proseguir la campaña de Estados Unidos contra Irán en otro
frente.
La amenaza contra Siria pisa los
talones del despliegue estadounidense en Oriente Próximo de un grupo de
navíos de batalla encabezado por el portaaviones USS Abraham Lincoln, un
grupo de batalla de bombarderos, incluyendo B-52 con capacidad nuclear y
una batería de misiles Patriot.
El grupo naval participó con un grupo de batalla
de buques anfibios que transportaban a infantes de la marina, aviones de
combate y buques de desembarco de Estados Unidos en una serie de
ensayos militares provocadores frente a las costas iraníes. Un
comandante naval de Estados Unidos dijo que tenían como objetivo
"aumentar nuestra letalidad y agilidad para responder a las amenazas".
Mientras tanto, el Pentágono ha elaborado planes
de guerra que requieren el envío de hasta 120 mil soldados
estadounidenses a la región, un número similar al que se desplegó en la
región antes de la invasión de Irak, en aparente preparación para un
ataque total contra Irán.
Esta concentración militar ha puesto a Oriente
Próximo una vez más al borde del precipicio, con la posibilidad de que
cualquier incidente en la región, ya sea real o ficticio, pueda
desencadenar un conflicto bélico devastador, que podría eclipsar la
carnicería de la guerra de Estados Unidos en Irak.
El ministro de Relaciones Exteriores de Irán,
Javad Zarif, advirtió el martes que Washington está "jugando un juego
peligroso" con su acumulación militar en el golfo. Dice wsws.
“Tener todos estos recursos militares
en una pequeña vía fluvial es en sí mismo propicio de accidentes,
especialmente cuando hay personas interesadas en accidentes. Por lo
tanto, se requiere extrema prudencia y creemos que Estados Unidos está
jugando un juego muy, muy peligroso", dijo Zarif.
Sin ninguna prueba, Washington ha intentado culpar
a Irán por el presunto sabotaje de cuatro embarcaciones, entre ellas
dos barcos petroleros de propiedad saudí, frente a las costas de los
Emiratos Árabes Unidos la semana pasada, así como el lanzamiento de un
cohete Katyusha en la zona verde de Bagdad, un área fuertemente
fortificado, aproximadamente a medio kilómetro de la embajada de Estados
Unidos.
Un grupo antes desconocido el martes se atribuyó
el lanzamiento del cohete, diciendo que fue en represalia por el hecho
de que Trump emitió un indulto completo a un exteniente del Ejército de
EEUU que había sido condenado y sentenciado a 25 años de prisión por la
ejecución extrajudicial de un prisionero, Alí Mansur Mohamed, en 2008 en
Irak.
Otro posible detonante de una guerra a gran escala
es la guerra cuasigenocida contra Yemen, la cual se ha prolongado por
cuatro años y es liderada por Arabia Saudí con el apoyo de Estados
Unidos. Han muerto unos 80 mil civiles, y ha empujado a unos 10 millones
al borde de la inanición.
Una carta fulminante
En medio de las provocativas amenazas militares
contra Siria e Irán, un grupo bipartidista del Congreso que comprende a
integrantes de la mayoría de la Cámara de Representantes y el Senado
firmó una carta al Presidente Trump instando a adoptar una política aún
más agresiva en la región y en particular en Siria.
La carta equivale a una demanda de que el Gobierno
de Trump mantenga una fuerte presencia militar en Siria, intensificando
la confrontación con el Gobierno del presidente Bashar al Asad, así
como con Irán y Rusia, y apoyando los ataques israelíes contra el país.
La carta terminó sindo firmada por casi 400
miembros del Congreso, incluidos los principales demócratas en la Cámara
de Representantes y el Senado. La carta fue emitida a nombre de los
representantes Eliot Engel y Michael McCaul, el presidente y miembro de
rango del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, y
los senadores James Risch y Bob Menéndez, presidente y miembro de alto
rango del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
Al referirse a la presencia recurrente
de Al Qaeda y el Estado Islámico en Siria, la carta se centró en los
cargos relacionados con el "comportamiento amenazador del régimen iraní"
y el "papel desestabilizador de Rusia" en el país". Exigió a la vez que
la Administración "aumente la presión sobre Irán y Rusia respecto a las
actividades en Siria" para "detener las crecientes amenazas a los
intereses de Estados Unidos, Israel y la seguridad y estabilidad
regional".
La carta es, en suma, una demanda bipartidista de
que el Gobierno de Trump mantenga la presencia de tropas de EEUU en
Siria, cuya cifra oficial es de 2 mil, pero sin duda es mucho mayor.
Pese a que, en diciembre último, Trump anunció que retiraría las fuerzas
estadounidenses del país, en pocas semanas el Gobierno infringió esta
posición e indicó que permanecerían in situ varios cientos de soldados.
Fuera de las críticas formuladas por los
demócratas sobre los temerarios tuits de Trump, la carta del Congreso
confirma que el impulso de guerra contra Irán es resultado de una
política bipartidista que ha sido proseguida durante décadas por
sucesivas Administraciones, así demócratas como republicanas, para
garantizar militarmente la hegemonía estadounidense sobre el golfo
Pérsico y sus vastos recursos energéticos a costa de millones de vidas.
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