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La decisión del presidente electo Enrique
Peña Nieto es una decisión que nos tiene que llamar a una reflexión de
mucho más cuidadosa de cómo va a manejar un control y un equilibrio en
un espacio político tan fuerte como el que puede ser la Secretaría de
Gobernación, indicó Ernesto López Portillo, presidente del Instituto
para la Seguridad y la Democracia A.C
Ernesto López Portillo Vargas, presidente del Instituto para la Seguridad y la Democracia A.C., señaló en entrevista con Enrique Muñoz, que la fusión de la Policía Federal con la Secretaría de Gobernación, anunciada por el presidente electo Enrique Peña Nieto, que solamente regresa la policía a donde estaba.
Explicó que la policía salió de la Secretaría de Gobernación porque los diagnósticos a finales de los 90 mostraban una enorme contaminación política en el uso de la policía.
"Esto quiere decir que los gobiernos en este país han tenido una histórica tendencia de contaminar políticamente las agendas de seguridad, utilizando a la policía para resolver problemas a partir de intereses asociados a grupos políticos y a grupos partidistas."
Agregó que una parte de la utilización de las fuerzas policiacas, la utilizan para espiar y otra para intervenir contra el disenso social, para embestir en contra de los grupos políticos opositores, junto a otro gran problema que ha tenido la policía que es la enorme corrupción que ha acompañado a la policía en toda su historia.
"La decisión del presidente electo Enrique Peña Nieto es una decisión que nos tiene que llamar a una reflexión de mucho más cuidadosa de cómo va a manejar un control y un equilibrio en un espacio político tan fuerte como el que puede ser la Secretaría de Gobernación", indicó Ernesto López Portillo.
Enfatizó López Portillo que se debe entender que la inteligencia para la seguridad nacional es absolutamente necesaria, el problema es que se utilice esta inteligencia para ir sacando información, manipulando y aplastando las diferencias políticas, eso es distinto a la seguridad nacional.
"En esta subsecretaría, se van a concentrar poderes asociados a seguridad nacional y seguridad pública y la línea que las divide es muy delgada, en donde se necesitan crear otro tipo de controles."
Uno, estos mismos legisladores que hoy están alzando la voz y que ponen el grito en el cielo, ellos tendrían que asumir una responsabilidad de control democrático sobre el presidente Peña Nieto y su gobierno.
"Los legisladores tienen los poderes legales listos para fiscalizar y forzar al Poder Ejecutivo para rendir cuentas, pueden ir tan afondo como ellos quieran, hay una ley que promulgó el presidente Felipe Calderón que es la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas, entonces, que no pongan el grito en el cielo sin ponerse ellos como los primeros responsables de hacer una labor de vigilancia."
Como punto número dos, el analista recordó que se ha propuesto, y está en el Senado el auditor independiente de las policías federales. "Esta es una figura inspirada en un modelo que ya se conoce muy bien en el extranjero en donde se crea una autoridad externa a la policía que la vigila y que pueda intervenirla sobre lo que está haciendo bien y lo que está haciendo mal", indicó el presidente del Instituto para la Seguridad y la Democracia A.C.
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