domingo, 30 de diciembre de 2012

¿Para qué se inventaron las campanas?

¿Para qué se inventaron las campanas?

¿Para qué se inventaron las campanas?
  En los antiguos reinos de Asia, Egipto, Grecia y Roma las campanas de mano tenían un papel de carácter religioso y civil muy importante. Se usaban específicamente durante las ceremonias, para llamar a las personas a participar en los ritos.

Se creía también que su sonido servía para espantar a los demonios e incluso curar a los enfermos. Después las usaron vendedores callejeros a fin de llamar la atención de la gente, o los vigilantes nocturnos para anunciar su ronda, en procesiones fúnebres para llamar al duelo o por los heraldos para convocar a la gente a escuchar sus noticias.

En la antigua Grecia se empleaban para anunciar la apertura del mercado de mariscos, y en la época de los romanos indicaban la apertura del mercado y la hora de los baños; avisaban el paso de los criminales al suplicio, la aproximación de un eclipse y otros acontecimientos. Además, se colgaban en el cuello de las bestias como amuleto para ahuyentar a los lobos.

Durante los años 604 a 606, se mandó que en todas las iglesias católicas se colocaran campanas que tocaran en los oficios, misas y festividades. Al crecer su número y tamaño se construyeron torres para colocarlas y aumentar su sonoridad. Las catedrales deben tener cinco o más campanas; las parroquias, dos o tres; y las iglesias de órdenes mendicantes u oratorios particulares, una. Cuando han recibido la consagración episcopal se vuelven propiedad de las iglesias, y antes de dedicarlas al culto, se acostumbra bendecirlas con un rito especial.

Los concilios del siglo XVI prohibieron que las campanas tuvieran otros usos que no fueran los religiosos, pero tal prohibición se dispensó en casos de utilidad pública, como avisos de emergencia.

Su sonoridad (las componen un jubo, copa y badajo) depende de la mezcla de sus metales, en su mayoría bronce compuesto de cobre con un 25% de estaño. Como el bronce se oxida, las campanas con más de diez años de fundidas adquieren su conocido color oscuro. El término campana deriva de Campania, región italiana donde comenzaron a fundirse las campanas más grandes y de mayor calidad en bronce.

Entre las campanas legendarias destaca la Saufang, la más antigua del mundo, que se conserva en el Museo de Colonia, Alemania. La campana de Nuestra Señora de París también tiene su leyenda; y aunque no la tuviera, la extravagante figura del campanero Cuasimodo bastaría para hacerla célebre.

En la India, las campanas simbolizan el oído y el sonido que éste percibe. En China, el repique de las campanas se relaciona con el trueno; las más antiguas datan del siglo XII a. C. y eran de dos tipos: las denominadas chung, que sin badajo son para tocarse con un martillo, y las ling, que cuentan con badajo. Las campanillas suspendidas de los techos de las pagodas orientales tienen como finalidad hacer percibir el sonido de la ley de Buda. La campana tibetana, con su asidero en forma de rayo, simboliza la bóveda celeste y el eje del mundo que la atraviesa por su cúspide.

Entre los mexicas, mayas, incas y otros pueblos que florecieron antes de la llegada de los españoles, las campanas eran un instrumento conocido, sin embargo no tenían trascendencia cultural y además el uso de los metales fue muy restringido. Consumada la Conquista de México, Hernán Cortés empleó cañones de bronce para fundir las numerosas campanas que se colocaron en los nuevos templos que se edificaban.

Aún se conservan algunas campanas del siglo XVI, que se caracterizan por su forma alargada, que poco a poco fue desapareciendo para dotarlas de mayor diámetro, como las del convento de Acolman. Otra pieza que destaca es la campana mayor de la catedral de Puebla, que fue fundida varias veces entre 1625 y 1720; la actual fue hecha en 1730 y pesa casi 9 toneladas. Una pieza de importancia histórica es la llamada 'campana de la Independencia' con la que, según la tradición, Miguel Hidalgo realizó el repique que marcó el inicio del movimiento insurgente la madrugada del 16 de septiembre de 1810 en Dolores, Guanajuato.

En cuanto a obras musicales, tal vez el más conocido ejemplo sea el de la Obertura 1812 de Tchaikovsky, en cuyas interpretaciones se combina el uso de campanas y cañones para dar mayor impresión de realismo por la victoria de los rusos contra las tropas napoleónicas.

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