El penacho (y copete) de Moactezuma II o Xocoyotzin
Ya heridos de muerte a manos de Pedro de Alvarado, los
aztecas apedrearon al noveno señor mexica: Moctezuma II o Xocoyotzin
(1502-1520), por cobarde, cuando Cortés se los mostró para calmarlos.
Moctezuma usaba, en ceremonias extraordinarias, un penacho impresionante
que, entre los regalos (sobornos) a los invasores, entregaron a Cortés.
¿Cómo fue a dar a la patria del usurpador Maximiliano, quien de 1864 a
1867, con el clero español y sus simpatizantes, traidores mestizos y
peninsulares, se ostentó como emperador de nuestro país, siendo Benito
Juárez presidente constitucional? Se cuenta que Hernán Cortés se llevó
el penacho, y que en España lo robaron o lo vendieron a los austriacos.
Otra
versión asegura que Carlota se lo llevó. Y desde hace casi 200 años
está en el departamento de etnología en un museo de Viena, Austria.
Varias veces se ha restaurado y desde 2004 no se exhibe. Pero ahora más
que antes (lleva años) progresa la negociación para que sea devuelto a
México, incluso como préstamo o intercambio por la carroza que usó
Maximiliano (Ariadna Ventura y Ana Mónica Rodríguez, El Universal y La Jornada,
27 y 28 de diciembre de 2012). Según especialistas, por su antigüedad y
dado que está elaborado con plumas de aves y piedras preciosas, el
viaje puede pulverizarlo.
Pero hace unos días se publicó en el Diario Oficial de la Federación
el Protocolo suscrito por Peña para adicionar el convenio de
intercambio cultural con Austria y traer el penacho de regreso, en un
acto populista espectacular y patriotero para congraciarse con la nación.
Los austriacos están decididos a devolverlo, aunque no se entregue
la carroza de Maximiliano. Y los priístas-peñistas montarían un circo para distraer a la población. Los peñistas, tan religiosos como los calderonistas, tientan al diablo,
ya que la presencia del penacho puede revivir en algunos pueblos
indígenas del centro del país la reivindicación de sus derechos (se dice
que la catedral metropolitana defeña está construida sobre una
pirámide majestuosa). Y el penacho es un símbolo. Y no como el copete de
Peña, que si bien ha ido aplastando, aún se le identifica con él; como
la fotografía que publica la revista Poder y negocios (diciembre de 2012), con su copete-penacho muy bien peinado con la pistola que usan en las estéticas.
Todo indica que las gestiones peñistas para traer ese adorno de
Moctezuma va por camino de una transacción. Y para montar un espectáculo
mediático. Cualquier suceso es bueno si con ello se logra, pues,
entretener a los mexicanos, ya que el copete del mexiquense ha dejado de
ser atractivo.
Los romanos organizaban lo que se llamó “pan y circo” (panem et circenses)
con lo que los emperadores lograban el apoyo popular. El asunto es que
ya no hay PAN (Partido Acción Nacional) ni pan, y no bastaría con el circo
de pasear el penacho… Como hicieron alguna vez con la piedra labrada
que representa a Tláloc, el dios de la lluvia, en un recorrido para
instalarlo a la entrada del Museo Nacional de Antropología. Y la nueva
secretaria de Turismo, sobrina de Salinas, doña Claudia Ruiz-Massieu,
podría organizar excursiones. Toda una maniobra politiquera se esconde
en traer el penacho de Moctezuma.
*Periodista
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