Heredero de Chávez arranca con un mandato débil
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CARACAS, Venezuela (AP) -- Casi la mitad de los votantes
venezolanos expresaron que no querían a Nicolás Maduro en la silla
presidencial. Él ha heredado una economía disfuncional, una red de
energía eléctrica en deterioro y una de las tasas de homicidios más
altas del mundo. Incluso ya ha surgido cierto descontento en el
movimiento de Hugo Chávez, quien lo escogió para continuar con su
revolución socialista.
Maduro fue certificado
oficialmente el lunes como el ganador de una disputada elección
presidencial en medio de dudas sobre su capacidad como líder después de
haber desperdiciado una ventaja de dos dígitos en la campaña a pesar de
una efusión de simpatía tras la muerte de Chávez.
Incluso antes de que Maduro se ocupe de los crecientes problemas de Venezuela, enfrenta un cuestionamiento a su victoria.
El
líder opositor Henrique Capriles exigió un recuento de los votos del
domingo, luego de que las cifras oficiales mostraron que perdió por un
margen estrecho.
Mientras el Consejo Nacional
Electoral proclamaba vencedor a Maduro, muchas personas salieron a los
balcones de los edificios de apartamentos de Caracas para golpear ollas y
cacerolas en señal de protesta.
En varias
partes de la ciudad, miles de estudiantes se enfrentaron brevemente con
elementos de la Guardia Nacional, que les dispararon gases lacrimógenos y
balas de plástico.
Las tensiones persistieron
durante la noche y los vecinos volvieron a la carga con las cacerolas
mientras Maduro celebraba una conferencia de prensa, incluso algunos se
lanzaron a las calles.
En el centro de
Caracas, un distrito dividido, partidarios del gobierno trataron de
ahogar el sonido encendiendo ensordecedores petardos. Algunos camiones
recorrían las calles con altavoces lanzando lemas prochavistas. Y los
peatones gritaban "¡Chávez vive! ¡Maduro sigue!"
En otras regiones ocurrieron protestas contra Maduro, incluso en el estado natal de Chávez, Barinas.
El
lunes en la noche Maduro anunció que se había reunido con un recién
creado comando "antigolpista" en el museo militar donde descansan los
restos de Chávez, donde acusó a los manifestantes de la oposición de
atacar clínicas del gobierno y la vivienda de la presidenta del CNE,
Tibisay Lucena, sin ofrecer detalles. Agregó que el gobierno está
investigando una posible muerte.
Pero Maduro
no es todo debilidad. El carismático Chávez le dio un poder inmenso a la
presidencia en sus casi 14 años en el poder y los socialistas dominarán
la Asamblea Nacional durante por lo menos dos años más.
Líderes
del gobierno y las fuerzas armadas cerraron filas alrededor de Maduro
el lunes en varias presentaciones en televisión, donde defendieron el
resultado oficial de las elecciones y acusaron a Capriles de tratar de
fomentar la violencia.
Sin embargo, horas antes de la muestra de unidad, un líder chavista clave había mostrado señales de descontento.
Diosdado
Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y a quien muchos consideran
el principal rival de Maduro en el movimiento chavista, expresó su
decepción en dos mensajes de Twitter después que la presidenta del CNE
anunció los resultados de las elecciones. En el primero pidió una
"profunda autocrítica" dentro de las filas chavistas. En el segundo,
escribió: "Busquemos nuestras fallas hasta debajo de las piedras".
Diego
Moya Ocampos, analista de la firma asesora IHS Global Insights, con
sede en Londres, dijo que miembros del gobernante Partido Socialista
Unido de Venezuela (PSUV) "se dan cuenta de que Maduro no es el hombre
para garantizar la continuidad del movimiento chavista".
Cabello
expresó incredulidad sobre el sólido resultado que consiguió Capriles y
manifestó qué es contradictorio que "sectores del Pueblo pobre voten
por sus explotadores de siempre".
Quizás eso no sea un misterio.
Entre
los problemas de Venezuela están una destartalada infraestructura,
persistente escasez de alimentos y medicinas y una inflación de dos
dígitos. La entidad sin fines de lucro Observatorio Venezolano de
Violencia calcula que el índice de homicidios en Venezuela el año pasado
fue de 73 por cada 100.000 personas, entre los más elevados del mundo.
Con
una victoria tan estrecha, Maduro tiene poco capital político para
tomar las difíciles medidas que algunos de esos problemas exigen, dijo
Risa Grais-Targow, analista para América Latina del Eurasia Group.
Los
estrictos controles de precios y de cambio de divisas impuestos bajo
Chávez no han logrado controlar la inflación ni la fuga de divisas, y
están estrangulando al sector privado. Pero eliminarlos abruptamente
podría provocar inestabilidad económica y afectar a los pobres.
Grais-Targow
dijo que Maduro probablemente se concentrará en ampliar la gran gama de
programas sociales que cimentaron la popularidad de Chávez. Pero eso se
ha vuelto cada vez más difícil de equilibrar con la necesidad de
invertir en la solución de los otros problemas de Venezuela.
La
empresa petrolera estatal que entregó miles de millones de dólares para
financiar programas sociales está abrumada por una deuda cada vez mayor
y menos ganancias. Los críticos dicen que la empresa no ha invertido en
aumentar la producción petrolera, que ha estado bajando desde hace años
aunque Venezuela tiene las mayores reservas de crudo del mundo.
Durante
la campaña, Maduro culpó de los frecuentes apagones a los enemigos del
gobierno y dijo que la escasez de alimentos se debe al acaparamiento del
sector privado. Chávez ofreció esos mismos argumentos antes de morir,
pero los resultados de las elecciones del domingo muestran que un número
cada vez mayor de venezolanos ya no creen en esas explicaciones.
Maduro,
ex chofer de autobús que llegó a convertirse en canciller y
vicepresidente del gobierno de Chávez, no ofreció ninguna idea propia
para solucionar los problemas del país. El lunes sugirió en la
conferencia de prensa que se preparaban cambios en el gabinete de
gobierno.
El presidente electo dijo que
tendría que "conformar un nuevo gobierno", aunque rápidamente agregó que
ratificaría en su cargo al vicepresidente Jorge Arreaza, yerno de
Chávez.
En un mensaje de Twitter, Arreaza
también dio a entender que los resultados electores fueron
aleccionadores, aunque usó palabras menos duras que Cabello. "Hay que
rectificar donde tengamos que hacerlo".
Chávez
rápidamente desestimó a los que lo cuestionaron abiertamente durante
sus 14 años en el poder. Y la estrecha victoria de Maduro le ha dado un
mandato menos fuerte para mantener unidas las distintas facciones del
movimiento.
Esas facciones incluyen a antiguos
militares como Cabello, quien se unió a Chávez en la fallida intentona
golpista de 1992. Maduro viene de las filas de los grupos políticos de
izquierda y sindicales que se unieron para ayudar a elegir a Chávez a la
presidencia en 1998. Los familiares de Chávez, liderados por su hermano
Adán, son otro bloque.
"Su legitimidad sale
del hecho de que Chávez lo nombró sucesor y las otras fracciones se
vieron obligadas a aceptarlo", dijo Grais-Targow. "Pero enfrenta este
panorama en que la otra figura principal, Diosdado Cabello, podría
elevar su papel y tener más poder. También hay gobernadores que cuentan
con bases de apoyo y podrían representar un reto".
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