Textual: NSA accedió al correo electrónico de Felipe Calderón
La Agencia Nacional de
Seguridad, del gobierno de Estados Unidos, espió la cuenta de correo
pública de Calderón, cuando era presidente de México, reveló Der
Spiegel.
Reciente filtración sobre espionaje de EU: NSA accedió a correo electrónico de presidente mexicano
Por Jens Glüsing, Laura Poitras, Marcel Rosenbach y Holger Stark / 20 de octubre de 2013 11:37 am
La NSA ha escuchado secretamente al gobierno mexicano por años. Hackeó la cuenta de correo electrónico del presidente y obtuvo una visión profunda en la manufactura de políticas públicas y del sistema político mexicano. La noticia podría vulnerar las relaciones entre Estados Unidos y México.
La Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) tiene una división para misiones particularmente difíciles. Llamada “Operaciones de Acceso a la Medida” (TAO), este departamento usa métodos especiales para objetivos especiales.
Esta categoría incluye vigilancia sobre su vecino México; en mayo de 2010 la división declaró “misión cumplida”. Un reporte clasificado como “ultra secreto” decía: “TAO explotó satisfactoriamente un servidor de correo electrónico clave, en el dominio de la Presidencia de México, dentro de la red presidencial mexicana, para obtener acceso por primera vez a la cuenta de correo pública del presidente Felipe Calderón”.
De acuerdo con la NSA, este dominio para cuentas de correo también era usado por miembros del gabinete y contenía “comunicaciones diplomáticas, económicas y de liderazgo, que continúan proveyendo una visión interna del sistema político mexicano y de su estabilidad interna”. La oficina de presidencia ahora es una “fuente lucrativa”, según reportó la NSA.
Esta operación, denominada “Flatliquid (Líquido Plano)”, es descrita en un documento filtrado por el informante Edward Snowden, que Spiegel ahora ha tenido la oportunidad de analizar. El caso podría causar tensiones sobre las relaciones entre México y Estados Unidos, que se vieron afectadas desde que la televisora brasileña TV Globo reveló, en septiembre, que la NSA monitoreaba al entonces candidato presidencial, Enrique Peña Nieto, y a otros personajes cercanos a él en el verano de 2012. Peña Nieto, ahora presidente de México, citó al embajador de Estados Unidos cuando surgió la noticia, pero su reacción se limitó solo a demandar una investigación al respecto.
Ahora, sin embargo, la revelación de que la NSA ha infiltrado sistemáticamente una red computacional entera podría desatar una controversia más profunda, especialmente porque el fisgoneo de la NSA tomó lugar desde el antecesor de Peña Nieto, Felipe Calderón, un líder que trabajó más cerca de Washington que ningún otro presidente mexicano antes de él.
Brasil también bajo la mira
Reportes de operaciones de vigilancia estadunidense han causado indignación en América Latina, en meses recientes. La presidente brasileña, Dilma Roussef canceló un viaje planeado a Washington hace cinco semanas y condenó el espionaje de la NSA en un intenso discurso frente a la Asamblea General de la ONU.
La vigilancia estadunidense sobre políticos en México y Brasil no fue de una sola una ocasión. Documentos internos muestran que los líderes de estos países representan objetivos de monitoreo importantes para la NSA, con ambos países catalogados en una escala alta, en una lista de abril de 2013, que clasifica las prioridades de vigilancia de los Estados Unidos. Esa lista, clasificada como “secreta”, fue autorizada por la Casa Blanca y “aprobada presidencialmente”, de acuerdo con documentos de la NSA.
La lista categoriza objetivos estratégicos para todos los servicios de inteligencia estadunidense, usando una escala de “1”, para alta prioridad, a “5” ,para baja prioridad. En el caso de México, Estados Unidos está principalmente interesado en el tráfico de droga (prioridad nivel 1) y el liderazgo del país (nivel 3). Otra áreas de interés para vigilancia fueron estabilidad económica, habilidades militares, derechos humanos y tratados internacionales (todas categorizadas en nivel 3), así como contraespionaje (nivel 4). Muy parecido sucedió con Brasil —entre los objetivos de espionaje declarados, estaban conocer las intenciones de liderazgo de ese país. El programa nuclear brasileño también es catalogado como alto en esa lista.
Cuando la presidente brasileña Rousseff asumió el cargo a principios de 2011, uno de sus objetivos era mejorar las relaciones con Washington, la cual se enfrió bajo el mandato de su predecesor, el popular ex líder laboral Luiz Inácio Lula da Silva. Lula se centró principalmente en establecer relaciones más cercanas con China, India y naciones africanas, e incluso invitó al entonces presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, a visitar Brasil; como resultado, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pospuso una visita que tenía planeada a la capital, Brasilia.
Sin embargo, Rousseff se ha distanciado de Irán. Y el primer canciller bajo el mando de ella, Antonio Patriota, quien dimitió recientemente, era percibido como amigable hacia los Estados Unidos, manteniendo buenas relaciones con su contraparte, Hillary Clinton (sic). Obama realizó una visita de estado a Brasil hace dos años y, recíprocamente, Rousseff había planeado una visita a Washington este octubre.
Entonces vinieron las revelaciones de que autoridades estadunidenses no se detuvieron al espiar a la misma presidente de Brasil. De acuerdo con una presentación interna de la NSA, la agencia investigaba “los métodos de comunicación, a los colaboradores de Dilma Rousseff y a sus principales asesores”. También decía que se habían encontrado potenciales “objetivos de alto valor”, en el círculo cercano a ella.
¿Motivos económicos?
Rousseff cree que las razones de Washington, para emplear semejantes métodos hostiles, son en parte económicos, una acusación que ha negado la NSA y su director, el general Keith Alexander. No obstante, de acuerdo con las filtraciones de documentos de la NSA, los Estados Unidos también monitorearon correos electrónicos y comunicaciones telefónicas en Petrobras, la corporación petrolera en la que el gobierno brasileño tiene la mayoría de las acciones. Brasil posee enormes reservas marítimas de petróleo.
Qué tan intenso puede ser el espionaje de Estados Unidos sobre sus vecinos, es algo que se puede advertir en una operación anterior en México, denominada “Whitetamale (Tamal Blanco)” por la NSA. En agosto de 2009, de acuerdo con documentos internos, la agencia tuvo acceso a correos electrónicos de varios funcionarios de alto rango, miembros de la Secretaría de Seguridad Pública, la cual combate el tráfico de drogas y de personas. Esta operación de hackeo permitió a la NSA no solamente obtener información sobre muchos cárteles de la droga, sino también de “puntos de discusión diplomáticos”. En tan solo un año, de acuerdo con documentos internos, esta operación produjo 260 reportes clasificados, que permitieron a los políticos estadunidenses conducir negociaciones satisfactorias sobre asuntos políticos y planear inversiones internacionales.
El tono del documento, que se menciona como un “éxito tremendo” al monitorear objetivos mexicanos, muestra qué tan agresiva es la agencia de inteligencia norteamericana al monitorear a su vecino del sur. En el documento se lee, “estos accesos de TAO en varias agencias del gobierno mexicano son solo el inicio —nuestra intención es ir mucho más lejos contra este importante objetivo”. Continúa diciendo que la división responsable de esta vigilancia está “preparada para éxitos futuros”.
Mientras que estas operaciones fueron supervisadas desde el brazo de la NSA en San Antonio, Texas, las estaciones secretas de escucha también jugaron un papel clave. El programa, conocido como “Servicio de Colección Especial”, es dirigido en cooperación con la CIA. Los equipos tienen a su disposición una amplia gama de métodos y equipo de alta tecnología que les permite interceptar todas las formas de comunicación. La NSA dirige la vigilancia de conversaciones telefónicas y mensajes de texto, transmitidos a lo largo de la red de telefonía celular de México, bajo el código interno de “Eveningeasel (Caballete de la tarde)”. En Brasilia, la agencia también opera una de sus más importantes bases para monitorear comunicaciones satelitales.
Este verano, la NSA llevó sus actividades a nuevas alturas, cuando se desarrollaban las elecciones en México. A pesar de tener acceso a la red computacional de presidencia, los Estados Unidos sabían poco de Enrique Peña Nieto, el sucesor de Felipe Calderón.
Espiando a Peña Nieto
En sus apariciones de campaña, Peña Nieto se abría paso al podio a través de un mar de partidarios, ascendiendo al escenario como una estrella de rock. Está casado con una actriz y también tiene el apoyo de varios estadistas influyentes dentro de su partido, el PRI. Prometió reformar el partido y combatir la corrupción que permea en el país. Pero aquellos familiarizados con el PRI, que es percibido por muchos como corrupto, vieron este compromiso como poco más que una maniobra de espectáculo.
Primero, Peña Nieto prometió a los votantes que cambiaría la estrategia de México contra las drogas, anunciado que retiraría a los militares de la lucha contra los cárteles, tan pronto como fuera posible, y que en su lugar invertiría más dinero en programas sociales. No obstante, al mismo tiempo, aseguró a Washington que no daría una vuelta en “U” en la estrategia de México hacia los cárteles. Así que, ¿cuáles eran los verdaderos pensamientos de Peña Nieto en ese entonces? ¿Qué le estaban diciendo sus asesores?
Los agentes de inteligencia de la NSA en Texas debieron haberse hecho esas mismas preguntas, cuando autorizaron un inusual tipo de operación conocido como vigilancia estructural. Por dos semanas, a principios del verano de 2012, la unidad de la NSA responsable de monitorear al gobierno mexicano analizó datos que incluían comunicaciones de telefonía celular de Peña Nieto y “nueve de sus colaboradores cercanos”, tal como lo demuestra una presentación interna de junio de 2012. Los analistas usaron un software para conectar estos datos a una red, mostrada en una gráfica que se asemeja con un enjambre de abejas. El software entonces filtraba los contactos más relevantes de Peña Nieto y los ingresaba a un banco de datos llamado “Dishfire”. Desde entonces, esos teléfonos celulares personales fueron identificados para ser vigilados.
De acuerdo con documentos internos, esto llevó a la agencia a interceptar 85 mil 489 mensajes, algunos enviados por el mismo Peña Nieto y otros por sus colaboradores. Esta tecnología “podría encontrar la aguja en el pajar “, se anota en el análisis, añadiendo que podría hacer eso “de manera repetida y eficiente”.
Sin embargo, pareciera que los agentes de la NSA ya no se sienten tan cómodos expresando tal orgullo en su trabajo. Al pedir un comentario para Spiegel, la agencia respondió: No haremos comentarios públicos sobre cada presunta actividad de inteligencia, y como política hemos dejado claro que los Estados Unidos reúne inteligencia del extranjero del mismo tipo que lo hacen otras naciones. Como el presidente dijo en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, hemos comenzado a revisar la manera en que recolectamos inteligencia, de tal manera que balanceemos apropiadamente las preocupaciones legítimas de seguridad de nuestros ciudadanos y aliados, con las preocupaciones sobre privacidad que comparten todas las personas.
Mientras tanto, el espionaje de la NSA ha causado un daño considerable en el caso de Brasil, abollando seriamente la confianza mutua entre Rousseff y Obama. Brasil ahora planea introducir una ley que obligue a compañías como Google y Facebook a guardar sus datos dentro de las fronteras de Brasil, en vez de en servidores en los Estados Unidos, sujetando a estas compañías internacionales a las leyes brasileñas de privacidad. El gobierno brasileño también está desarrollando un nuevo sistema de encriptación para proteger sus propios datos contra hackeos.
Hasta el momento, México ha reaccionado más moderadamente —aunque el hecho de que la NSA infiltró hasta la red computacional de presidencia no había sido conocido, hasta ahora. Al comentar sobre las primeras revelaciones de TV Globo sobre el espionaje de mensajes de texto, por parte de la NSA, Peña Nieto declaró que Obama le había prometido investigar las acusaciones y castigar a los responsables, si se encontraban irregularidades.
En respuesta a una petición de Spiegel, para comentar las últimas revelaciones, el ministro de Relaciones Exteriores de México respondió con un correo electrónico condenando cualquier forma de espionaje sobre ciudadanos mexicanos, diciendo que esa vigilancia viola leyes internacionales. “Eso es todo lo que el gobierno tiene que decir al respecto”, declaró un vocero de Peña Nieto.
Presumiblemente, ese correo electrónico pudo haber sido leído al mismo tiempo en la sede de la NSA, en Texas.
(Traducción: Irving Huerta)
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