Epigmenio Ibarra, despedido del diario Milenio después de
11 años
11 de abril del 2014
Epigmenio Ibarra
Si abrí los ojos para ver el rostro puro y terrible de mi
patria; si abrí los labios hasta desgarrármelos, me queda la palabra: Blas de
Otero
No soy una víctima más de la represión. No soy una
víctima punto. Otros hay que pagan con su vida o con su libertad el haberse
atrevido a contar lo que en este país realmente sucede, el tener la osadía de
desnudar, de enfrentar con su pluma o con su cámara este régimen corrupto y
criminal que padecemos.
Hace mucho que no estoy en el terreno al lado de esos que se
juegan el pellejo todos los días. Como no tengo el coraje para estar, hombro
con hombro, con ellas y ellos, no reclamo para mí solidaridad alguna, aunque
agradezco de todo corazón las muestras de respaldo que he recibido. Ofrezco,
más bien, mi solidaridad a quienes, realmente, corren peligro. Lo he hecho
desde este espacio y en las calles, mientras intentaba seguir sus pasos con la
cámara al hombro; lo seguiré haciendo mientras viva.
Yo escribo, escribía más bien, para publicar todos los
viernes en este espacio, y desde hace once años, lo que de mi patria herida me
lastima; lo que de este régimen, que la ha masacrado, saqueado, traicionado me
indigna, me encabrona. Yo escribo, escribía más bien en este espacio, de las
mujeres y los hombres, de las causas y luchas que me han llenado de dolor y de
rabia y también, es preciso decirlo con todas sus letras, de alegría, de vigor
y de esperanza.
Yo escribo por las mismas razones por las que contamos
historias en la pantalla de tv o del cine: para exorcizar esa violencia a la
que he mirado de frente a los ojos. Escribo para combatir al odio y al miedo,
las dos caras de la misma moneda, con la que el poder paga para seguir dividiéndonos
y dominándonos. Escribo contra la intolerancia y contra la muerte. Contra la
guerra y contra esos imbéciles que disfrazados de general mandan a los jóvenes
a matar y morir.
Escribo por la vida y por la libertad. En homenaje a lo que
nos hace dignos y plenos. En reconocimiento a las mujeres y a los hombres que
no claudican, que como las madres y padres de guardería ABC, como Javier
Sicilia, transforman su dolor en fuerza. Escribo para contar la hazaña, todavía
inconclusa, de quienes luchan por la justicia y la democracia como los
zapatistas, Andrés Manuel López Obrador o los jóvenes de #YoSoy132. A ellas y
ellos agradezco el aliento vital que, emocionado, me hizo emborronar tantas
cuartillas.
Soy terco. Mantengo y mantendré el dedo siempre puesto en el
mismo reglón, hurgando la misma llaga. Aprendí a aprovechar hasta el más mínimo
resquicio para decir lo que pienso, lo que creo, lo que siento. Nada me
avergüenza de este intento. A nadie más que a usted que me lee debo
agradecimiento. No puedo dar las gracias por una libertad para expresarme que
jamás puse sobre la mesa de negociación para ganarme este espacio. Reconozco,
eso sí, el que nunca se tocara ni una sola coma de cuanto aquí publiqué. Hasta
ahí habríamos llegado.
Reconozco también que, por una relativa falta de asiduidad
—muchas otras tareas me hicieron difícil escribir todos los viernes a últimas
fechas— facilité mi despido; un despido anunciado, por otro lado, desde el
primero de diciembre de 2012 cuando se consumó la imposición de Enrique Peña Nieto.
Es cierto, como dice Carlos Marín en la carta en la que me
anuncia su decisión de ya no publicar mis artículos, que existe, de mi parte,
“falta de compromiso con MILENIO” y es que, desde mi punto de vista, hace mucho
que este diario tiene un compromiso con el régimen que no puedo ni debo
compartir. Jamás, por otro lado, consideré condición previa y necesaria ese
compromiso corporativo al que alude Marín y cuya falta hoy se me imputa. Jamás
lo hubiera aceptado.
Ya con esta me despido; más bien me despiden. No volveré a
escribir en este diario, es este el último viernes que aquí nos encontramos.
Esto no significa que cerraré la boca, que cruzaré los brazos. Tiempos aciagos
vive el país. No es momento de callar, de rendirse. Me queda, nos queda la
palabra, para empeñarla, para empeñarnos a fondo en la búsqueda de la paz, la
justicia, la democracia que por tanto tiempo nos han negado y con tanta
urgencia necesitamos.
- See more
at:
http://www.losangelespress.org/epigmenio-ibarra-despedido-del-diario-milenio-despues-de-11-anos/#sthash.IIn4GMnA.THHoaMEA.dpuf
menang judi badutqq online terpercaya di Indonesia https://victims.wiki/index.php/User:Breman4
ResponderBorrarmenang judi bandarq online babeqq indonesia https://victims.wiki/index.php/User:Mantap33
ResponderBorrar