Adiós a la corbata amarilla
Ángel Aguirre, quien renunció el miércoles 11 al PRD, fue cobijado 4 años y medio por ese partido.
Fotos: Archivo Cuartoscuro
Aunque le gustaba el color amarillo, ese tono -los políticos lo saben- es propio de los perredistas.
Pero algo cambió, y el 21 de septiembre de 2010, Ángel Aguirre subió las escalinatas de la Asamblea Legislativa del DF, con su corbata amarilla. Fue a presenciar el cuarto informe de gobierno de Marcelo Ebrard.
Ya había renunciado al PRI un mes antes, y desde entonces sabía que sería el próximo candidato del PRD, PT y Convergencia.
El 17 de octubre de 2010, él camisa rosa, Jesús Ortega camisa amarilla, formalizaron la candidatura del ex priista, al registrarse ante el instituto electoral de Guerrero como candidato de la coalición “Guerrero nos une”.
En la campaña, desde noviembre 2010, optó por las guayaberas con los logotipos de los tres partidos que lo postularon. Solía ataviarse con flores amarillas, como para no olvidar que ahora estaba del lado perredista.
Tras una intensa campaña, venció a su primo Manuel Añorve, en una especie de venganza luego de que éste le ganó la candidatura del PRI en el estado.
Inolvidable aún la foto de Ortega y Ebrard levantándole la mano a Aguirre en Acapulco, el 30 de enero de 2011, tras el triunfo adelantado por todas las encuestas de salida.
En su toma de protesta, no lo dudó y usó una corbata amarilla. Del mismo color y al mismo acto fue el entonces senador Carlos Navarrete.
El 29 de mayo 2011, decidió afiliarse al fin al PRD. En el acto lo acompañaron el entonces dirigente del partido, Jesús Zambrano, Ebrard y Armando Ríos Piter; este último, su rival en la contienda por la candidatura perredista al gobierno guerrerense.
Sin embargo, la esperanza amarilla comenzó a apagarse.
-En junio de 2011, la CETEG comenzó con los bloqueos en la Autopista del Sol, que repiten hasta ahora.
-El 12 de diciembre de 2011, la policía ministerial del estado mató a balazos a 2 estudiantes de Ayotzinapa, en un intento por desalojar a este grupo de la Autopista del Sol. Las protestas cruzaron el año. Y llevaron a exigir, desde Ayotzi, un juicio político contra el gobernador.
-En mayo de 2012, estallaron las protestas de choferes y concesionarios de camiones urbanos en Acapulco.
-En mayo 2012 apoyó abiertamente al candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador; pero en octubre de ese año, ya pasados los comicios, le extendió su mano a su viejo conocido, Enrique Peña Nieto, junto con todos los otros gobernadores perredistas y el jefe de Gobierno electo, Miguel Ángel Mancera.
-En noviembre 2012, cumplió con una disculpa pública -pedida por la CNDH- por el asesinato de 2 normalistas, en los hechos ocurridos en diciembre 2011.
-En el gobierno de Aguirre escaló la violencia en Acapulco y Chilpancingo, al grado de que el puerto fue considerado como uno de los lugares más peligrosos del mundo.
-Las policías comunitarias y autodefensas se consolidaron en diferentes puntos de la entidad, ante el aumento de la violencia, secuestros, robos y extorsiones.
-El paralelismo del huracán Ingrid y la tormenta Manuel, trajo a Guerrero días oscuros. De inundaciones desesperantes, pero también de promesas esperanzadoras. Septiembre 2013 es inolvidable por toda el agua que cayó sobre Guerrero. Aguirre quiso mostrar una imagen cercana a la gente y dio una entrevista a Televisa, literalmente con el agua hasta el pecho.
-Pero el peor momento llegó tras el 26 de septiembre 2014, día del ataque y desaparición de 43 estudiantes normalistas, en Iguala, Guerrero.
-Contra su intención inicial de continuar en su cargo tras el escándalo internacional que provocó el caso Ayotzinapa, Aguirre solicitó licencia a su cargo hasta el 24 de octubre pasado, convencido por Navarrete.
-El miércoles 11 de febrero renunció al partido que lo cobijó 4 años y medio. Justo cuando está en curso una investigación de la PGR sobre una red de corrupción en Guerrero, operada por su hermano, Carlos Mateo, quien fue capturado esta semana, y por lo que también está detenido su ex subsecretario de Finanzas.
“Me pongo a disposición de las autoridades… para que se me investigue de cualquier hecho que se me impute”, manifestó Aguirre en su carta de renuncia al PRD, enviada a Navarrete.
“No habré de esconderme ni mucho menos salir de mi país y de mi estado”.
Por lo pronto, ya no serán necesarias ni las corbatas ni las camisas amarillas.
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