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sábado, 3 de octubre de 2015
“La credibilidad de la prensa española está en la ruina”
“La credibilidad de la prensa española está en la ruina”
Por Pili Reyes
En Junio de este año conocíamos por un estudio de Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo, de la Universidad de Oxford, que España es el segundo país desarrollado con menor credibilidad mediática y el primero de Europa en los que menos confianza merecen de sus lectores.
Podéis encontrar un excelente artículo al respecto aquí:
Los medios españoles, los menos creíbles de Europa y los segundos por la cola en el mundo, según un estudio de la Universidad de Oxford
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Según se desprende del último informe publicado por el Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo, de la Universidad de Oxford, España es el segundo país de los estudiados con menor credibilidad mediática.
En Europa se han analizado ocho países y los medios españoles son los que menos confianza merecen de sus lectores.
La audiencia no se fía de las noticias que ve en los medios y, sin embargo, estos se siguen planteando nuevos modelos de negocio, ya en el ámbito digital, que incluyen el cobro por contenidos.
Sobre esto, las personas consultadas también se muestran bastante reticentes: el 59% no se suscribiría a un medio online a ningún precio y, lo que el lector más generoso estaría dispuesto a desembolsar, rondaría los 4,5 euros al año de media.
Y eso que los lectores españoles son de los que más fácilmente pasamos por caja.
En fin, más allá de las posibles limitaciones del estudio, parece que la cuestión de la credibilidad es un serio problema para los periodistas y también para los comunicadores. Medios sin credibilidad difícilmente pueden contribuir a construir la reputación de empresas e instituciones.
Es responsabilidad de todos, también de la audiencia, cambiar esta valoración en el próximo estudio de la Universidad de Oxford, porque esto no es buena noticia para nadie. Menos aún para los que amamos al periodismo y la comunicación.
Podéis acceder al estudio haciendo clic en cualquiera de las imágenes o recorriendo estas 90 diapositivas.
2015 Reuters Institute Digital News Report Slides from Nic Newman
http://www.davidmartinezpr.com/2015/0…
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NO hay que hacer caso de los MEDIOS, son los voceros del mismo DIABLO - El periodista como prostituta intelectual
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NO hay que hacer caso de los MEDIOS,
son los voceros del mismo DIABLO
El periodista como prostituta intelectual
La labor del periodista, como otra labor que se quiera desarrollar de forma honesta y correcta, no es sencilla. En el caso del periodismo se añade la dificultad de interpretar la realidad cotidiana y pasada.
Dificultades propias del trabajo que se ven magnificadas y agudizadas por el hecho de que trabajan para poderosos dueños cuyos intereses se pueden ver afectados por lo que el periodista diga sobre tal o cual hecho social, político, económico o de otra índole sobre los que le toque tratar.
Si un periodista decide mantener su independencia, siendo fiel a su código deontológico, reflejando los hechos, no ocultando deliberadamente nada relevante y no engañando o mintiendo sobre el suceso en cuestión, puede tener serios problemas, especialmente si se introduce en el ámbito político y económico.
Porque los dueños de los periódicos y de los medios de comunicación coinciden en general o tienen relación directa con los dueños de la economía, con las corporaciones o empresas financieras e industriales.
Lo normal en estos casos es que el mismo periodista se retraiga, se autocensure, viendo las desagradables experiencias y consecuencias que tuvieron compañeros suyos por tener la ética y el atrevimiento necesarios para comportarse como verdaderos periodistas.
Todo esto no es algo nuevo, podemos recordar al sincero periodista norteamericano John Swinton, que en 1880 definía ya perfectamente la situación. Swinton, ante un brindis hecho a la libertad de prensa en un banquete donde había colegas de profesión, dijo lo siguiente:
No hay tal cosa, hasta el momento en la historia del mundo, en Estados Unidos, como una prensa independiente. Usted lo sabe y yo lo sé. 1
Lo mismo les digo, no existe una prensa independiente, al menos en la corporativa; y en la no corporativa tampoco abunda precisamente. Yo lo sé y ustedes creo que también. Y continuaba el periodista, hablando sin tapujos sobre la irreal libertad de prensa.
No hay ninguno de ustedes que se atreva a escribir sus opiniones honestas, y si usted lo hiciese, usted sabe de antemano que no aparecería nunca impreso. 1
La censura de los medios de comunicación es férrea y no dejarán aparecer nada que contradiga con rigor y hechos su punto de vista y su línea editorial.
Aquí no importa al medio corporativo al que se enfrenten: El New York Times, el Washington Post, El País, Le Monde, ABC, The Telegraph, The Guardian, la BBC o TVE, o medios locales, como pueden ser el Diario de Navarra o el Diario de Noticias.
También lo vemos en medios supuestamente más alternativos, como el Diario.es, Público o Gara. Pues todos ellos obedecen en último término a intereses políticos y económicos, no a intereses periodísticos.
A mí me pagan semanalmente por mantener mi honesta opinión fuera del periódico para el que trabajo. A otros de ustedes les pagan salarios similares por cosas parecidas, y cualquiera de ustedes que fuese lo suficientemente loco para escribir su verdadera opinión estaría en la calle buscando otro trabajo. Si yo permitiese que mis opiniones verdaderas apareciesen en un tema de mi periódico, antes de veinticuatro horas mi trabajo desaparecería. 1
El miedo, en muchas casos terror, a perder el puesto de trabajo ejerce una fuerza tal que los propios profesionales del periodismo no se atreven a mostrar su verdadero pensamiento.
La libertad de prensa se convierte en un vacuo eslogan que no tiene nada que ver con la cotidiana experiencia del periodista, pues no existe tal libertad.
No existe tal libertad si tienes el suficiente talento y valor para relatar los sucesos y las conclusiones reales, si no tienes ni talento ni valor y solo cuentas banalidades, obviamente, no tendrás ningún problema, como no tiene ningún problema el tonto que va diciendo tonterías y nadie le hace caso.
El trabajo de los periodistas es destruir la verdad, mentir abiertamente, pervertir, vilipendiar, adular a los pies de las riquezas, y vender su país y su carrera por su pan diario. Usted lo sabe y yo lo sé, ¿y qué locura es esta de brindar por una prensa independiente? 1
La dolorosa, y también penosa, realidad del periodismo profesional es muy diferente a lo enseñado en universidades y otros lugares de estudio.
El abandono de la ética, del rigor, de la sinceridad, y de tantas otras virtudes que supuestamente deberían estar presentes en el ejercicio del trabajo, por la servilidad, por servir a los intereses de los dueños para los que se trabaja, por muy bajo y desviado que se caiga y se vaya de la profesión periodística, resultan el pan de cada día, precisamente para hacer algo tan básico como poder llevar ese pan de cada día a tu casa. Ciertamente resulta así una locura brindar por la libertad de prensa, tan imaginaria como no presente.
Finalmente, la contundente y clara verdad sobre lo que ocurre con el periodismo secuestrado por el poder político y económico.
Somos instrumentos y vasallos de hombres ricos detrás de las escenas. Somos los gatos saltarines, ellos mueven los hilos y nosotros bailamos. Nuestros talentos, nuestras posibilidades y nuestras vidas son todos propiedad de otros hombres. Somos prostitutas intelectuales. 1
Por este motivo ustedes no podrán encontrar en los medios de comunicación un acuerdo entre lo que dicen y lo que realmente sucede en sus vidas y en las vidas de tantas personas a lo largo y ancho del mundo,
Pues el periódico, la televisión o la radio les reflejará, como les decía, los intereses de sus dueños, motivo por el que fueron creados y creadas y por el que son mantenidos y mantenidas, y la vida, la vida cotidiana de usted y de tantos, les contará otras cosas.
¿A quién deben de creer? La respuesta se la dejo a ustedes mismos.
Notas:
1. John Swinton. On the independence of the press.
http://www.constitution.org/pub/swinton_press.htm
¿Es posible la paz?
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El derecho y la mentira en la crisis europea
x Alejandro Nadal
Christine Lagarde lo dijo en 2011 con gran claridad: los líderes de la Unión Europea tuvieron que violar la ley para salvar al euro
Decía Winston Churchill que en tiempos de guerra la verdad es tan valiosa que debe ser protegida por un cinturón de mentiras. Y en la crisis económica también encontramos un fértil ecosistema en el que proliferan mentira y engaño para proteger a la verdad, o lo que quede de ella.
Hoy que Syriza ha vuelto a triunfar en las elecciones griegas, el tema de la restructuración de la deuda adquiere mayor relevancia.
Tsipras y su partido se presentan ante el electorado y la opinión pública como los únicos capacitados para lograr este objetivo que se les escapó en su primer mandato.
Pero los nuevos intentos se enfrentarán a las viejas mentiras.
Desde que estalló la crisis en Europa se dice repetidamente que es necesario aplicar las reglas y los tratados fundamentales de la unión monetaria.
Esa retórica se refiere en primera instancia a la necesidad de pagar las deudas adquiridas y, en segundo lugar, a la imposibilidad de rescatar a una economía en peligro de caer en insolvencia y suspensión de pagos.
¿Cuál es el fundamento legal de la segunda regla?
Normalmente se hace referencia al artículo 125, párrafo primero, del Tratado de la Unión Europea en su versión consolidada.
Esa disposición dice que ni la Unión, ni los estados miembros asumirán o responderán de los compromisos de los gobiernos centrales, autoridades regionales o locales u otras autoridades públicas, o empresas públicas de los estados miembros, sin perjuicio de las garantías financieras mutuas para la realización conjunta de proyectos específicos.
Este artículo es la expresión de lo que comúnmente se ha llamado la cláusula de no rescate en el contexto de la crisis europea.
Pero la letra de esta disposición solamente prohíbe a la Unión o a los estados miembros asumir las deudas de otros estados miembros. No prohíbe hacer préstamos para ayudar a otro Estado miembro a superar una crisis.
Lo más importante: ¿dónde se prohíbe explícitamente la restructuración de deudas de un Estado miembro? La respuesta: en ninguna parte.
El artículo 125.1 no prohíbe la reducción de tasas de interés ni la extensión de plazos o el posponer el pago de intereses o de principal. Schäuble y sus amigos en el Ecofin no tienen argumentos legales para oponerse a una restructuración de la deuda griega.
Lo único que les queda es aferrarse al dogma neoliberal.
Aunque lo anterior puede parecer extraño, esta es la interpretación avalada por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en el caso Pringle contra el gobierno de Irlanda. El TJUE está encargado de la interpretación y aplicación del marco legal de la Unión Europea.
Ese caso fue iniciado por el diputado irlandés Thomas Pringle al cuestionar el procedimiento de creación y la legalidad misma del mecanismo europeo de estabilidad (MES). Este mecanismo fue creado en 2010 por la vía rápida y formalizado en un tratado especial en 2012.
El mandato del MES es velar por la estabilidad macroeconómica y asegurar el funcionamiento de los fondos de rescate que marcaron las primeras respuestas de las instituciones europeas frente a la crisis.
En el caso Pringle el Tribunal desestimó el alegato de Pringle, tanto en el tema de fallas de procedimiento, como en el aspecto medular sobre el MES.
No sorprendió entre los economistas y los enamorados de los dogmas sobre libre mercado el fallo del TJUE. Pero en el ámbito forense esta decisión se vio con preocupación. Se trata de un fallo superficial que no corrige los vicios de origen de muchos cambios introducidos en los tratados constitutivos de la UE para tranquilizar a los mercados financieros.
El ejemplo anterior no es el único con bases legales endebles. El programa del Banco Central Europeo (BCE) sobre Transacciones monetarias directas (OMT, por sus siglas en inglés) es otro ejemplo importante.
Ese mecanismo permite al BCE comprar bonos de corto plazo en el mercado secundario para reducir el costo de financiamiento para países europeos.
Pero hoy la controversia legal subsiste: el anuncio de la creación del OMT en una rueda de prensa es casi el único fundamento legal de dicho programa. Estoy exagerando, claro, pero no por mucho.
Desde que estalló la crisis el régimen de derecho en la Unión Europea se encuentra sometido a tensiones insoportables.
El ‘modo de emergencia’ ha conducido a delegarle al BCE todo tipo de facultades, algunas de las cuales carecen de fundamentos legales robustos y otras simplemente hacen que la idea de rendición de cuentas sea una mala broma. El rescate es y será para los amigos.
Hoy los gobiernos e instituciones europeas le responden cada vez menos a la gente. El estado de derecho se ha convertido en el manto protector de la arbitrariedad. La ayuda y la flexibilidad para los amigos y aliados, la regla dura y la rigidez para nuestros enemigos.
Esas son las verdaderas reglas de Schäuble y sus amigos.
La señora Christine Lagarde lo dijo en 2011 con gran claridad: los líderes de la Unión Europea tuvieron que violar la ley para salvar al euro. Pero ya se le había adelantado Esquilo, al señalar que la verdad es la primera víctima en una guerra.
@anadaloficial
Texto completo en: http://www.lahaine.org/el-derecho-y-la-mentira
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