DIEGO CAMACHO
Paradojas en Oriente Próximo
Algunos analistas insisten en la idea de que no todos los musulmanes son fanáticos, lo cual es cierto. Pero en aquellos lugares donde el integrismo islámico ha logrado el Poder, la influencia de los creyentes moderados ha desaparecido social e individualmente. Se han sometido o han tenido que salir huyendo. Por eso la amenaza que tenemos que enfrentar no es contra los musulmanes en general, sino contra algunos en particular. La población sumisa si no puede escapar, es adoctrinada a la vez que sirve de escudo y refugio a los terroristas ante eventuales represalias. En ese sentido la población “no activa” está involucrada aunque sea como escudo en la acción terrorista.
Es frecuente también escuchar que la solución está en impulsar y apoyar a los grupos musulmanes que respaldan la democracia. Esta, es consecuencia de la evolución del derecho divino de los reyes a la soberanía nacional, culminación también del pensamiento laicista, que se inicia en la Edad Media con Marsilio de Padua y Guillermo de Occam. La separación entre lo espiritual y lo temporal no está alcanzada en los países de mayoría musulmana, aunque puedan apreciarse diferentes grados de implicación en el seguimiento del Corán como guía social. Los derechos civiles son alcanzados en Europa, los Estados Unidos son un caso aparte, en primer lugar por el tercer estado con un determinado nivel de riqueza, más adelante se lograría el sufragio universal y finalmente verían las mujeres reconocidos estos derechos. El Corán para los creyentes, es la palabra de Alá y como tal no admite discusión. Al creyente le basta su fe para interpretarlo. Por eso existen escuelas para el aprendizaje de las suras pero no hay una Iglesia que monopolice la interpretación de las mismas. En el libro sagrado la mujer tiene un status inferior y supeditado al hombre, ello no es socialmente modificable pues la palabra de Alá es intemporal. En resumen, un 50% de la población musulmana esta condenada a la inferioridad legal permanente, por mandato divino.
Occidente, en especial los EEUU, para justificar su intervencionismo en la región ha utilizado de manera recurrente aquello de implantar la democracia en países gobernados por gobiernos dictatoriales. Casi nunca hacen referencia a sus intereses energéticos o estratégicos. Irak, por ejemplo, es una sociedad que tiene aproximadamente un 60% de chiitas, un 30% de sunnitas y un 10% de kurdos. Al ser comunidades enemistadas de manera ancestral, si se organiza un sistema democrático se concede el poder automáticamente a la comunidad chiita, lo que no va a ser aceptado por las otras dos comunidades y va a traer como consecuencia la guerra civil. Para poder implantar una superestructura democrática en una comunidad política es condición necesaria, aunque no suficiente, superar antes las diferencias étnicas y religiosas de esa comunidad, lo que es evidente no sucede en Irak.
La presencia occidental en Oriente Próximo ha intentado también justificarse por la lucha global contra el terrorismo internacional. El problema comenzaría por Afganistán y más tarde se extendería por la región. No obstante, varios aliados de los EEUU en la zona son: Arabia Saudí, Emiratos…que son los principales financiadores y apoyo logístico regional con el que cuentan el EI, Al Qaeda, Boko Haram, Al – nusra… ¿Como es posible, que el líder de Occidente combata al terrorismo internacional y se alíe con las principales fuentes de financiación que tiene ese terrorismo? Esta paradoja, explica porque no se cortan las fuentes de abastecimiento militar y de apoyo logístico con el que cuenta el EI. También explica porque no se ha aplicado el bloqueo a la exportación de petróleo en las zonas controladas por los terroristas y finalmente la razón por la que la ONU está de perfil.
Irán, estaba en la lista como el principal enemigo de los intereses occidentales en relación con el desarrollo que implementaba su investigación nuclear. El EI era la herramienta para luchar contra el chiismo instalado en el poder en Irak y en Siria. Una vez que los iraníes han aceptado las imposiciones de Occidente para finalizar el bloqueo y firmar un acuerdo sobre el tema nuclear; el EI ha radicalizado su actividad terrorista a la vez que desde Arabia Saudí se criticaba ese acercamiento. El error de cálculo de los EEUU, si es que trataban de estabilizar la zona, ha sido tomar partido en una disputa de índole religiosa por una de las dos facciones. Por eso cuando se produce la distensión entre Teherán y Washington, los sunnis radicalizan la lucha puesto que su objetivo estratégico no es el de sus aliados sino impedir la influencia chiita en Oriente Próximo. No es creíble que los analistas norteamericanos consideren un dato irrelevante, la rivalidad a muerte mantenida desde el siglo VIII, a de la muerte del cuarto califa, entre sunitas y chiitas. Es más lógico pensar, que conociendo ese odio religioso, se aprovecharan de él para generar una inestabilidad endémica en la región en beneficio de sus intereses y pensando que ellos controlarían la evolución de la crisis. La dinámica desarrollada por el EI ha demostrado lo erróneo que era el análisis.
Cuando estoy escribiendo este artículo me llega la noticia de la declaración de la III GM por parte de la ONU. EEUU, Rusia, Alemania, Francia, Irán e Irak son los países que han suscrito esta declaración de guerra y anunciando el incremento de los bombardeos en la región hasta el desmantelamiento y la rendición del EI. Constituye esta declaración la última paradoja. Irán y Rusia que apoyan al gobierno sirio e iraquí, se unen a una coalición occidental liderada por EEUU y que había alentado la revuelta contra los gobiernos chiitas de la región. Es una excelente noticia que la ONU haya tomado cartas en el asunto para restablecer la paz en la región.
En este nuevo escenario pueden suceder cuatro hipótesis: que los núcleos terroristas incrementen sus acciones en Europa; que se disuelvan vistos los efectos de la represalia; que continúen durmientes esperando un cambio de situación; que mantengan un nivel de acción terrorista testimonial o que exporten su acción a África central u oriental en donde están mejor asentados. En cualquier caso ahora sí existe una respuesta clara al ataque fanático del EI. El corte de los canales logísticos, unido al bloqueo de los puertos controlados por el EI y sus aliados es el camino para acabar con esta situación lo antes posible.
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