Los ataques terroristas en París: una lección de enantiodromía
23/11/2015 2:00:01 a.m.
por Alexander Dugin – La serie de ataques terroristas que tuvo lugar el viernes, 13 de noviembre de 2015, en París, puede ser, por muchas razones, un punto de referencia de un nuevo período de la historia europea moderna. Que sea o no así es una cuestión abierta, ya que todo depende de cómo sean interpretados estos acontecimientos por la sociedad francesa y europea, y qué conclusiones se saquen.
El
desarrollo de los acontecimientos es bien conocido: en diferentes
lugares de París un grupo bien organizado y coordinado de gente gritando
la fórmula de oración islámica (Alá Akbar, etc.) comenzó a
disparar contra los civiles que, sentados por la tarde en los bares y
cafés, se preparaban para celebrar el fin de semana. Conjuntamente,
terroristas suicidas atacaron con explosivos el estadio Stade de París
cuando los equipos francés y alemán disputaban un partido de fútbol. Al
mismo tiempo, un grupo de terroristas se precipitó sobre la sala de
conciertos Bataclan durante un concierto recién comenzado de la
banda estadounidense Eagles of Death Metal, y comenzó a disparar contra
la multitud, tomando a todos como rehenes. Como resultado, unas
doscientas personas fueron asesinadas y muchas más sufrieron diversas
heridas. El Estado Islámico afirmó ser el responsable de los ataques
terroristas.
Los detalles y las
versiones de los acontecimientos se actualizan continuamente, pero es
importante no sólo entender la distinciones, sino también descifrar su
significado.
Sociedad del “Islam” del Espectáculo: Bienvenido a nuestro Show del horror
La
organización terrorista ISIS es diferente de otras tendencias del
fundamentalismo islámico moderno, no sólo por el alcance de su actividad
y el éxito en el control de un gran territorio de Irak y Siria, por las
redes ramificadas en otros países islámicos y una coordinación eficaz,
sino en primer lugar, por la grotesca disposición de acciones por lo
general de naturaleza terrorista. Sus ejecuciones de rehenes siempre son
llevadas a cabo por los miembros del ISIS como en una obra de teatro:
la víctima lleva el uniforme naranja, los verdugos cortan la cabeza y se
burlan del cuerpo delante de la cámara. Profesional trabajo de los
operadores de cámara, iluminación realizada con precisión y escenas
desgarradoras bien dirigidas superando las películas de Hollywood como Hostel o las prohibidos vídeos snuff,
donde la violencia es real. Los cristianos son crucificados en público.
Antiguos monumentos de incalculable valor de las culturas arcaicas del
Medio Oriente, muy valiosos para toda la civilización, son destrozados
sin piedad. Los homosexuales son lanzados desde los tejados y sus
ejecuciones filmadas cuidadosamente. Las mujeres y las niñas capturadas
son brutalmente violadas y convertidas en esclavas. A los niños de
edades tempranas se les enseña a cortar la garganta de sus osos de
peluche con un cuchillo. De nuevo, todo ello es filmado y publicado
metódicamente en Internet. Los altavoces del ISIS agregan en sus vídeos
amenazas extremas directas a todos sus oponentes, prometiéndoles ser
asesinados, violados, desmembrados, esclavizados, humillados y
pisoteados, y ser convertidos en polvo. Todo está basado en las ideas
islamistas clásicas de extrema persuasión salafista, pero la teología no
parece en el ISIS como un aspecto principal: hay algo diferente al
fundamentalismo islámico clásico; es la sociedad del Islam del
espectáculo, un repugnante show snuff islamista. No más
predicadores aburridos, furiosos teólogos salafistas, sólo el negro
budócer de la industria del entretenimiento adoptando plenamente los
modelos creados por la cultura moderna de Hollywood, con dominio del
horror y del porno duro con todas las características de los reality shows.
Esto
distingue el estilo ISIS. Es un tipo de posmodernismo; es el terrorismo
fundamentalista posmoderno. Cuenta con más rasgos comunes con la
cultura visual occidental que con las sociedades religiosas
tradicionales a las que el ISIS pretende lanzar a la guerra. La religión
es un instrumento al servicio de la política, y aún más del
entretenimiento. El ISIS es ante todo espectáculo, espectáculo horrible.
Parece que es lo que los países occidentales realmente esperaban.
Los
recientes ataques terroristas en París han sido totalmente dispuestos
de esta manera. El viernes 13 es un prejuicio común de la cultura
occidental moderna; es considerada como una fecha siniestra, de mala
suerte. Fabricado en la serie de televisión estadounidense acerca de un
maníaco con una máscara de hockey, el viernes 13 se convirtió en un muy
notorio presagio entre el público de masas, llegando incluso a dar
nombre a un diagnóstico psiquiátrico específico cada vez más
generalizado, la fobia a los viernes 13. Pero el viernes 13 es aterrador
sólo para las personas occidentales: los estadounidenses y los
europeos. En la cultura islámica no hay ninguna leyenda similar. No es
sin un propósito que la fecha de los espectaculares ataques terroristas
fuera escogida así, encaja perfectamente en la estrategia de la Sociedad
del Espectáculo. ¿Quiere que le asustemos? Lo hacemos de verdad. Es la
lógica de cualquier película de terror tratando de fingir más realidad.
Es difícil imaginar algo más real que los terroristas cubriendo su cara,
conduciendo por las calles de París el viernes 13, comenzando su
frívolo fin de semana, disparando primero sobre los visitantes de cafés y
bares. Es el maníaco de ficción Jason Voorhees el que ha llegado hasta
ti, el hombre que se ahogó en el campamento de Crystal Lake. El maníaco
ahogado que ha adoptado el salafismo.
¿Qué
quiso decir el ISIS ? Lo mismo que en las grotescas acciones
anteriores. Y ¿qué es exactamente? Lo mismo que quiere decir toda la
Sociedad del Espectáculo: lo posmoderno no tiene ya más sentido, sólo
hay sentimientos, y si la sociedad es provocada sólo por los
sentimientos más fuertes, ásperos y radicales como el miedo a los
animales, el terror a la muerte inminente, el caer repentino en una
situación de máxima humillación e impotencia, etc., tanto peor para
ella: no es nada personal, sólo es el mundo del espectáculo.
¿Sangriento? ¿Qué otra cosa hacer, si todos los sentimientos más suaves
no conmueven a nadie?
¿Cómo se relacionan estas sangrientas relaciones públicas y perversas snuff
con el Islam? Prácticamente de ninguna manera. El ataque terrorista en
París no tiene ningún indicio de conflicto religioso o del choque de
civilizaciones. El ISIS es tan Islam como Freddy Krueger o Jeepers
Creeper. Es una pura fabricación de Hollywood con un estilo perfecto, un
reality show de terror de nueva generación.
Enantiodromía [*] de Oriente Medio
La
pesadilla parisiense, sin embargo, se inscribe en un marco geopolítico
de referencia, ya que es un episodio de los acontecimientos que ocurren
en el Medio Oriente. Hay un caos sangriento continuo, puesto en marcha
con el apoyo de los Estados Unidos y Europa (incluida Francia) para
derrocar a los regímenes establecidos de la última década. El
derrocamiento y la guerra civil resultante, que formalmente llega bajo
la consigna de la “profundización de la democracia” de acuerdo al plan
norteamericano del Área de Medio Oriente, fue anunciado abiertamente por
Condoleezza Rice, la secretaria de Estado estadounidense, en Tel Aviv
en 2006. Comenzó con la primavera árabe de 2010 y continúa ahora.
Durante estos procesos emprendidos por los norteamericanos, a veces
acompañados de la invasión directa de las fuerzas de los EEUU o de la
OTAN en el mundo árabe, comenzaron una serie de sangrientos conflictos
políticos y religiosos en diferentes países: Irak, Libia, Yemen, Egipto,
Bahrein, Siria, etc. En este complejo juego regional los Estados
Unidos, sin embargo, no apostaron por las fuerzas democrático-liberales
que ni siquiera existen en la región, sino por los fundamentalistas
islámicos con los que la CIA y otras agencias de inteligencia de Estados
Unidos (en particular, la DIA), habían estado trabajando estrechamente
desde los tiempos de la Guerra Fría, cuando fueron utilizados para
combatir los regímenes y partidos socialistas pro-soviéticos o
nacionalistas seculares (tal y como el Partido Baaz que gobernaba antes
del comienzo de los últimos acontecimientos en Irak, Libia y Siria,
justo donde estallaron las sangrientas guerras). El fundamentalismo
islámico tiene sus principales centros en Arabia Saudita y Qatar, donde
los poderes dominantes son en general pro-estadounidenses, practicando
una versión extrema (salafista) del Islam fundamentalista (sunita).
Fuerzas similares son muy fuertes en Pakistán y Afganistán.
Washington,
por lo tanto, utiliza el fundamentalismo islámico para sus propios
intereses en la profundización de la democracia (que presenta graves
contradicciones conceptuales, los cuales, sin embargo, en la era
posmoderna se pueden ignorar) y hace a sus “socios” (vasallos) europeos,
de voluntad débil (y a veces parece que de mente débil), actuar de la
misma manera. Pero incluso con todas las inconsistencias lógicas de tal
política, está claro que el propósito de los Estados Unidos no puede ser
poner a la cabeza del mundo árabe e incluso de todo el mundo islámico a
los islamistas radicales. Así que aquí tenemos un efecto del
posmodernismo en la geopolítica del Medio Oriente: los norteamericanos,
por un lado, apoyando y armando a los extremistas islámicos para que
destruyan el sistema de gobierno existente, y por otra parte,
demonizándolos activamente, representándolos como “las criaturas del
diablo” y como una caricatura siniestra (algo como la Compañía de
Relaciones Públicas ISIS). Tal estrategia puede ser llamada como
“enantiodromía”, cuando simultáneamente dos procesos activos e
intensivos de opuesta dirección se están agotando. La base y las
herramientas de los Estados Unidos en el Medio Oriente son cosas que
ellos describen como “el mal puro”.
Surge
entonces la pregunta: ¿por qué se hace? ¿Cuál es el objetivo final de
los Estados Unidos? Esto tiene el más importante sentido para los que
han sufrido el ataque terrorista de París, o al menos para las pocas
personas en Francia y en la Europa moderna que todavía tienen la
capacidad de pensar racionalmente y con sensatez. Ahora están siendo
asesinados despiada e implacablemente en su propio territorio. ¿Podemos
preguntar por qué? ¿Cuál es la razón?
No
hay una respuesta evidente. El análisis racional conduce
inexorablemente a la conclusión de que Washington, usando persistente y
consistentemente su propia enantiodromía geopolítica, no tiene
ningún objetivo positivo. Los regímenes que fueron derrocados con el
apoyo de los estadounidenses, no suponían ninguna amenaza para los
Estados Unidos en general y solían estar más o menos de acuerdo con
Washington. No había ninguna necesidad urgente de destruirlos de tal
manera. Especialmente cuando la Siria de Assad o la Libia de Gadafi
estaban mucho más cerca social y culturalmente y de forma valiosa a los
Estados Unidos y a Europa que los extremistas salafistas. Un hecho debe
ser reconocido: los Estados Unidos no tienen ningún objetivo positivo, y
ya no son capaces de ofrecer nada a un mundo en el que siguen siendo el
polo principal y el centro del poder; comienzan a exportar el caos, las
masacres y la guerra civil como un objetivo en sí. Ellos no están
interesados en lo que sucederá en el futuro, sino en lo que está
sucediendo ahora. Esto significa que están satisfechos con el proceso de
enantiodromía, que no buscan superar la contradicción, sino
que están dispuestos a agravarla, hacer del caos el entorno natural. Y
en este entorno, siendo el normal, es posible marcar ciertos objetivos
locales tácticos, objetivos, etc. Como los trotskistas enseñaban acerca
de la “revolución permanente”, la estrategia moderna de Washington
adoptó el concepto de “caos permanente”. No hay meta que ganar en la
nueva guerra (a veces llamada “híbrida”). El proceso de proporcionarla
es la meta.
La lucha de Estados
Unidos contra el ISIS es lo mismo que luchar contra él y junto a él.
Rusia todavía sigue ideas “anticuadas”: ya sea lo uno o lo otro, ya sea a
favor o en contra. Eso explica la política rusa en Siria. Está ahí para
derrotar a su enemigo. Moscú no entiende o no acepta la enantiodromía.
Rusia está claramente retrasada en el posmodernismo, sin separarse de
la lógica clásica, incluyendo la lógica de la guerra y de la política.
Europa,
incluida Francia, se encuentra en una posición intermedia en la
geopolítica del caos de los EEUU en Oriente Medio. Por un lado,
Washington obliga a Europa a seguir su política (enantiodromía),
por el contrario, el ejemplo de Rusia siguiendo los modelos más
clásicos de la lógica, da que pensar y hace volver las mentes de los
líderes europeos a las preguntas habituales de los objetivos, los
medios, causa, efecto, el equilibrio de poder, los intereses y, por
último, los valores.
El ataque
terrorista en París el 13 de noviembre de 2015 es el momento de un
fuerte agravamiento de las contradicciones. Los franceses se enfrentaron
al desafío que supone no poder luchar bajo la enantiodromía
atlántica existente, y al mismo tiempo, ni siquiera pueden describirla
igualmente en términos de corrección política. Esto significa que el
ataque no será el último. París no será capaz de responder por igual,
porque no es capaz de entender esto igualmente, ni siquiera de
describirlo igual.
Así, mandan las
reglas del ISIS. Después de todo, nadie puede ni quiere detenerlo. Por
lo tanto, esto continuará, la Sociedad del Espectáculo tiene su propia
lógica, la lógica perversa del entretenimiento grotesco.
La política doméstica en Francia está tratando con la misma enantiodromía
posmoderna que la geopolítica en el Medio Oriente. Sólo que esta vez
esto también es una dimensión ideológica asociada a las ideas del
liberalismo.
Las deliberadas acciones
que los terroristas del ISIS cometieron en el ataque del viernes 13 en
París, están conectadas en gran parte a la situación que se había
formado en la sociedad francesa debido a la inmigración masiva,
compuesta por gente de Oriente Medio y del Magreb (en su mayoría
musulmanes), y ahora por “la novena ola” de refugiados abandonando
rápidamente las zonas más sangrientas (Siria, Irak, Yemen, etc.). La
campaña de relaciones públicas del ISIS añade más leña al fuego, ya que
no todos los musulmanes encuentran algo bueno en la parodia de secta
extremista, no es más que un asesino en serie, sin embargo todo el mundo
conoce el hipnótico síndrome de Estocolmo, cuando los rehenes están
sinceramente con los terroristas. Permitir a los inmigrantes entrar
libremente en el territorio de Francia y encontrar allí sus enclaves
sociales (a menudo sin tener nada que ver con el estilo de vida y los
valores del francés nativo), requiere de la ideología del liberalismo,
los “derechos humanos”, la “sociedad civil”, que es la dominante y la
ideología oficial de la sociedad moderna, no menos que el comunismo lo
era en la Unión Soviética. Así que mientras se mantenga el statu quo
de la democracia liberal (al que nadie en toda Europa va a renunciar y
ni siquiera pensará en hacerlo), el crecimiento de la inmigración y la
expansión de los centros culturales del Islam están garantizados. Además
de ello, los europeos nativos (especialmente los franceses), bajo el
liberalismo dominante no tienen derecho a afirmar su propia identidad y a
exigir el respeto de los valores europeos por parte de los inmigrantes
(hoy en día eso es equivalente al “fascismo”), la asimilación de los
inmigrantes en la sociedad europea simplemente se excluye desde el
principio. La sociedad europea en términos de liberalismo tiene una
identidad puramente negativa: la Europa moderna no quiere tener nada con
la vieja Europa, el cristianismo, las naciones, los estados, el
patriarcado, la moral tradicional, etc. En cambio, se declara “europeo”
todo lo que más lo separa a sí mismo de sus raíces.
En
un contexto que no sólo debilita sino que incluso prohíbe por razones
ideológicas la identidad europea, la inmigración (principalmente
islámica) se creará automáticamente su propio programa de políticas y
valores religiosos. El programa no puede tener continuidad orgánica e
histórica, porque el Islam llegó a la Europa moderna artificialmente y
de diferentes regiones a menudo con muy diferentes tradiciones étnicas,
culturales y religiosas. Así que los inmigrantes islámicos están casi
condenados a organizar un sucedáneo de ideología no islámica, sino
islamista; no tradicional, sino moderna e incluso posmoderna; no
natural, sino artificial. Por lo tanto, con el predominio de la
ideología liberal en Europa la Sociedad del Islam del espectáculo es
prácticamente inevitable, y sólo puede hacerse más fuerte. Está
garantizado: el número de inmigrantes no hará sino crecer, la identidad
europea sólo se hará más débil, y el aumento del islamismo posmoderno se
acelerará.
Los ataques de París eran
simplemente imposibles sin el ya formado entorno islamista estable en
Francia, financiado mucho antes de la actual ola de refugiados. Por
supuesto, entre los refugiados podrían llegar al país activistas del
ISIS, y es posible que ellos fueran participantes directos de los
ataques. Pero el caldo de cultivo para ello se preparó mucho antes,
sobre todo ideológicamente. El liberalismo, fomentando la inmigración
(esto es dicho abiertamente por George Soros, uno de los más
consistentes seguidores y practicantes del liberalismo) y borrando
sistemáticamente la identidad europea (bajo el pretexto del
“antifascismo”), ha creado todas las condiciones necesarias.
¿Es
realista esperar que después de la masacre en París la situación
cambiará? Para que esto ocurra, las autoridades francesas deberían
reconsiderar seriamente su actitud frente a la ideología principal:
solamente esto servirá de base para la regulación de la migración y la
consolidación de lo francés. Pero es simplemente imposible. Ni Hollande
ni las principales fuerzas políticas de Francia, excepto el abiertamente
antiliberal Frente Nacional de Marine Le Pen, renunciará a la ideología
liberal bajo ninguna circunstancia. Así que hasta el colapso final del
liberalismo en Europa, todos los procesos que condujeron a los ataques
continuarán creciendo. Los riesgos no se reducirán, sino que aumentarán.
El
liberalismo europeo conducirá inevitablemente a la misma situación que
en el Medio Oriente. Los EEUU está aprendiendo a vivir en condiciones de
caos controlado moderado. No es bastante con tener un líder leal a los
estadounidenses en todos los países. Se hace un llamamiento a la
“profundización de la democracia.” Es un reclamo enantiodrómico.
Pero parece que ahora dirigido a Europa también. Desde el momento en
que está garantizado que los liberales estarán en el poder en Europa,
esto es garantía de un crecimiento de la inmigración y de la escalada de
los conflictos étnicos y culturales. También es la garantía de un
aumento del terrorismo y de la popularidad del posmoderndo ISIS. Al
final, tenemos una guerra civil en Europa preparándose ahora
activamente. Los ataques terroristas en París nos muestran cómo
sucederá. Bashar Al Assad señaló con razón que las experiencias
francesas del 15 de noviembre de 2015, son los mismos acontecimientos
que los sirios están atravesando en los últimos años, sólo que en una
escala mucho mayor. El viernes 13 vimos un ensayo del futuro europeo:
los franceses celebrando y bebiendo en los bares durante el fin de
semana y un grupo armado de terroristas islámicos sin control disparando
a la gente. Y nadie va a sacar alguna conclusión, y ni siquiera se
atreverá a describir la situación correctamente. En este caso, quienes
hoy son representados como un grupo de maniáticos, la versión islamista
de Freddy Krueger, se convertirán mañana en la oposición moderada
europea y en los luchadores por los derechos de las minorías para la
democracia. Es posible que lleguen a tener en sus manos regiones
europeas enteras, y tal vez la totalidad de los países, si los
políticamente correctos europeos continúan bebiendo cócteles, yendo a
los estadios y a los conciertos de bandas de heavy metal [metal
pesado]. El más pesado de los metales es una bala volando en el
escenario en vez de los gritos de estadounidenses degenerados, bajo el
grito de “¡Alá Akbar!” Lo más duro siempre.
Renunciar al liberalismo o enfrentarse a los mismos problemas
¿Qué lección podemos sacar de esta tragedia?
1.
Estamos viviendo en el momento decisivo en que la civilización
occidental se acerca a su fin. Actos terroristas como los de París el 13
del 11 lo muestran claramente y sin lugar a dudas. El Occidente que
conocíamos ya no existe. No puede existir por más tiempo. Durante un
tiempo hubo un cierto Occidente. Con valores heroicos patriarcales,
identidad cristiana, profunda y exquisita cultura con raíces
greco-romanas. El Occidente de Dios, el hombre y la naturaleza. No hay
nada como eso a la vista. Las ruinas. La débil y venenosa civilización
liberal basada en la auto-indulgencia y al mismo tiempo en el auto-odio.
Sin identidad, salvo una puramente negativa. Poblada por seres humanos
egoístas y avergonzados de sí mismos. Esto puede traer el futuro. Frente
a los brutales combatientes del posmoderno ISIS no puede afirmar nada,
no puede oponerse a nada, no puede sugerir nada. Occidente no puede ser
por más tiempo occidental. Se pierde a sí mismo. Se está ahogando.
Francia no es el peor lugar. Todo el resto de Europa y de los EEUU sigue
el mismo camino. Occidente tiene miedo. No del ISIS, de sí mismo, de su
vacío, de su nihilismo. Si Occidente sobrevive no será el mismo
Occidente que conocíamos. Se convertirá en un clon del Medio Oriente a
sangre y fuego y sin salida, o en un sistema totalitario obsesionado con
la seguridad. El ISIS no es el verdadero peligro, es más bien un
síntoma de absoluta decadencia. Los gusanos no pueden causar la muerte.
Ellos llegan cuando ya ha acabado todo. Si usted niega a Quien ha
resucitado de entre los muertos y ha salvado a los demás, la muerte es
el verdadero final. Por lo que es el día de las condenaciones.
2.
Los que entienden la gravedad de la situación deberían correr y buscar
la salvación. Hay pocos lugares en el mundo que traten de escapar del
nihilismo de la modernidad en su giro final. La culpada y
permanentemente criticada Rusia es uno de esos lugares. Rusia está lejos
de ser el país ideal u óptimo. Hay muchos fracasos y puntos flacos.
Pero se sostiene todavía. No acepta la parte llena de veneno. Rechaza
suicidarse como hace Occidente. Así que ella resiste. El conservadurismo
ruso tiene cuidado de que los rusos no caigan en la misma trampa:
cuando usted es atacado y asesinado en su casa y obligado a sonreír y a
guardar silencio. Hillary Clinton confesó que los EEUU han concebido al
ISIS, pero que el ISIS se escapó y enloqueció. El experimento de
Occidente con formas de suicidio. Esto continuará. Rusia y algunos otros
países luchan por vivir y sobrevivir al fin inevitable de Occidente.
Así que Rusia está abierta como un Arco para todos. Ella ama a Europa.
No la de hoy. La otra Europa. La original. Cristiana, romana, griega. La
Europa tradicional poblada por europeos. Como antes, como siempre. En
los tiempos antiguos Rusia era el escudo de Europa. Ahora los papeles
han cambiado. Europa es más bien el escudo de Rusia. Pero esta vez el
escudo no es tan bueno. La invasión viene. Rusia necesita a Europa y le
hubiera gustado que fuera un buen escudo. Para que así haya al menos
algunos intereses comunes, si no valores comunes. Rusia sería feliz de
salvar a Europa. Sin ella es imposible. No juzgo si todavía es posible.
Pero, no obstante, todos necesitamos un frente común. Tenemos que luchar
hasta el final y con el final.
3.
Las élites europeas no extraerán ninguna conclusión de los tiros y las
bombas de París el 13 del 11. Más inmigrantes, más liberalismo, más love parades
[desfiles del amor] y política de género. Más tolerancia. Más
liberalismo. Esa será la respuesta. Tales élites están completamente
locas. Si los europeos quieren salvarse necesitan unas nuevas. Ahora es
el momento de luchar seriamente por la Tradición, por Cristo, por la
Identidad, por la restauración de la Soberanía perdida. Las locas élites
liberales son mucho más temibles y peligrosas que el ISIS. Con firme
voluntad no hay ningún problema para ganar al ISIS y detener la agresión
y la ocupación de Europa. Pero el problema es que el ISIS es la
creación de la élite liberal. En parte, la estrategia geopolítica de los
EEUU, en parte, del vacío natural. El liberalismo es el nombre de la
Muerte. Acabad con él y ahí estará tal vez la oportunidad. Con él, no
hay posibilidades en absoluto.
16/11/2015
(Traducción Página Transversal)
Fuente: Katehon
Notas traducción
[*] Enantiodromía: (del griego: enantios, contrario, opuesto, y dromos, carrera) significa correr en sentido contrario. Con dicho término se establece en la filosofía de Heráclito «el juego de los opuestos en el devenir, esto es, la noción de que todo lo que es pasa a su contrario». (Wiki)
Fuente: Página Transversal.
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