Los
mandatarios de ambas naciones se reunieron este martes para reforzar su
política intervencionista en países de Medio Oriente, la cual busca
derrocar el Gobierno constitucional del presidente, Bashar Al-Assad.
Los
ataques terroristas ocurridos en París el 13 de noviembre, que dejaron
un saldo de 132 personas muertas y al menos 350 heridas, son la nueva
justificación por la que Estados Unidos (EE.UU.) y Francia ratificaron una nueva alianza en su lucha contra el terrorismo.
En nombre de la democracia, ambos países han solapado su interés por los recursos naturales de Medio Oriente para reactivar la coalición expansionista y dejar a naciones, como Libia, devastadas. Todo esto, a partir de una intervención militar encabezada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la cual cumplió con su objetivo: derrocar y asesinar al presidente constitucional Muhammar Al Gadafi.
En retrospectiva, los líderes de la nación gala junto con la norteamericana emprendieron en 2011, a través de mercenarios extranjeros y libios, una embestida mortal en ese país africano que terminó en 32 mil muertos y más de 100 mil desplazados, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
De acuerdo con Thierry Meyssan, en su artículo titulado La República francesa como rehén y publicado en VolteireNet, recuerda cómo en la intervención militar de Libia “una unidad de All-Qaeda bajo el mando de Mahdi al-Harati, cuyos hombres, al grito de '¡Allah Akbar!', estaban directamente dirigidos por oficiales franceses en misión. Posteriormente, el propio Mahdi al-Harati fue, junto con su jefe Abdelhakim Belhadj, fundador del Ejército Libre Sirio, en realidad un grupo de al-Qaeda que se identifica con la bandera de la colonización francesa”.
Testimonio de los supervivientes tras el ataque de la sala de conciertos de Bataclán aseguran que los terroristas irrumpieron el lugar con el grito 'Alahu Akbar'.
Los hechos invitan a analizar por parte de los franceses de a pie, víctimas directas de los atentados terroristas, la política exterior de los presidentes que han gobernado su país. Analistas atribuyen la responsabilidad de esos actos a François Hollande, que junto con otros gobiernos de Occidente desataron el terrorismo. Y de nuevo, surge el mismo guion: Medio Oriente, derrocar presidentes, recuperar el control de los recursos naturales (petróleo y gas) y un nuevo contendor, el autodenominado Estado Islámico (EI) en Siria.
El presidente francés reconoció en una entrevista para el libro En los pasillos de la diplomacia francesa, hecha por el periodista especializado en cuestiones diplomáticas y militares Xavier Panon, que en su Gobierno se entregaron armas letales a rebeldes sirios en 2012, reseñó Russia Today en mayo pasado.
“Hemos empezado cuando estábamos seguros de que terminarían en las manos adecuadas. En cuanto al armamento letal lo entregaban nuestros servicios", detalló Hollande en la entrevista. En esa publicación, el periodista reveló que Francia entregó sistemas de artillería, ametralladoras, lanzacohetes y misiles antitanques.
Pese a las contundentes pruebas de que Francia lleva a cabo una política intervencionista, el articulista Yusuf Fernández de Almanar, sostiene que “lo peor es que la política francesa se ha convertido en un rehén de otras fuerzas exteriores, fundamentalmente de la influencia israelí, que llevó al nombramiento como candidato presidencial del propio Hollande dentro del Partido Socialista (...) y la dependencia de EE.UU. han puesto fin a la que en su día fue la política exterior gaullista, basada en la independencia de criterios”.
El presidente de Siria, Bashar Al- Assad, alertó a la comunidad internacional de los errores en la política de Francia y de EE.UU., las cuales buscan debilitar al Ejército y al Estado sirio, las únicas fuerzas ofensivas capaces de luchar contra el terrorismo.
Ante el pedido del presidente sirio a su par ruso, Vladimir Putin, de combatir en territorio árabe contra el EI, el mandatario francés declaró recientemente que la ofensiva rusa no evitará la salida de Bashar Al- Assad, al tiempo que añadió que “Bashar no puede ser el futuro y las operaciones rusas en Siria contra Daesh no han cambiado en nada la situación en el país árabe pues no ayudan al combate contra el terrorismo”; sin embargo, desde el pasado 30 de septiembre los bombardeos militares de Rusia han acabado con cientos de posiciones del autodenominado Estado Islámico. En contraste con EE.UU., dado que según al articulista Jofre Leal, el objetivo de Washington es destruir a Siria con la excusa de eliminar a una supuesta “oposición moderada”, es decir, otras ramas de Al-Qaeda: EI, al Nusra, Al Qaeda del Magreb y Al Qaeda en Yemen.
La rueda de prensa que ofrecieron este martes 24 de noviembre, los presidentes de Francia y EE.UU. en Washington, en el marco de sus acciones contra el Estado Islámico (EI), estuvo marcada por un lenguaje verbal y corporal de camaradería entre ambos presidentes. En varias oportunidades, los mandatarios se referían entre sí, por los nombres de pila. La estrechez de manos y una palmada en la espalda, denota su histórica alianza.
Obama como buen anfitrión, tomó la batuta en las preguntas dirigidas a Hollande, mientras que este le agradeció haber sido el primero en llamarlo tras los ataques del viernes pasado, en el que a su vez, le prometió “unión” y “apoyo ilimitado”.
Acuerdos
Por su parte, el presidente Barack Obama, solicitó a la Unión Europea (UE), activar cuanto antes, a través de las aerolíneas, compartir datos de pasajeros, y a su vez, ofreció el envío de equipos técnicos de su país.
"Insto a la UE a implementar finalmente el acuerdo que está negociando para requerir que las aerolíneas compartan información sobre los pasajeros", dijo Obama.
En ese orden, su par galo detalló que "hemos decidido intensificar nuestros ataques en Siria e Irán, aumentar su dimensión, reforzar los intercambios en materia de inteligencia sobre los objetivos (...). La prioridad es recuperar puntos clave ocupados por el EI en Siria".
A propósito de los sistemas de inteligencia usados por la Casa Blanca para la obtención de información, la empresa militar privada estadounidense, Blackwater en 2012, instaló campos de entrenamiento militar en las regiones fronterizas de Turquía con el objetivo de capacitar a los grupos armados terroristas contra el Gobierno sirio. De acuerdo a un artículo publicado en agosto de ese año por Hispan Tv, informaron que los mercenarios de esa empresa se situaban en las fronteras turcas para intentar infiltrarse en Siria a través de la provincia de Hatay (sur de Turquía).
En la nota, indicaron que tras las declaraciones de los efectivos de seguridad sirios, la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA, por sus siglas en inglés) y la agencia israelí Mosad, junto Blackwater (ahora llamada Xe), captó más de seis mil mercenarios para arremeter contra el Gobierno de ese país árabe dentro y fuera de Siria.
En nombre de la democracia, ambos países han solapado su interés por los recursos naturales de Medio Oriente para reactivar la coalición expansionista y dejar a naciones, como Libia, devastadas. Todo esto, a partir de una intervención militar encabezada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la cual cumplió con su objetivo: derrocar y asesinar al presidente constitucional Muhammar Al Gadafi.
En retrospectiva, los líderes de la nación gala junto con la norteamericana emprendieron en 2011, a través de mercenarios extranjeros y libios, una embestida mortal en ese país africano que terminó en 32 mil muertos y más de 100 mil desplazados, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
De acuerdo con Thierry Meyssan, en su artículo titulado La República francesa como rehén y publicado en VolteireNet, recuerda cómo en la intervención militar de Libia “una unidad de All-Qaeda bajo el mando de Mahdi al-Harati, cuyos hombres, al grito de '¡Allah Akbar!', estaban directamente dirigidos por oficiales franceses en misión. Posteriormente, el propio Mahdi al-Harati fue, junto con su jefe Abdelhakim Belhadj, fundador del Ejército Libre Sirio, en realidad un grupo de al-Qaeda que se identifica con la bandera de la colonización francesa”.
Testimonio de los supervivientes tras el ataque de la sala de conciertos de Bataclán aseguran que los terroristas irrumpieron el lugar con el grito 'Alahu Akbar'.
Los hechos invitan a analizar por parte de los franceses de a pie, víctimas directas de los atentados terroristas, la política exterior de los presidentes que han gobernado su país. Analistas atribuyen la responsabilidad de esos actos a François Hollande, que junto con otros gobiernos de Occidente desataron el terrorismo. Y de nuevo, surge el mismo guion: Medio Oriente, derrocar presidentes, recuperar el control de los recursos naturales (petróleo y gas) y un nuevo contendor, el autodenominado Estado Islámico (EI) en Siria.
El presidente francés reconoció en una entrevista para el libro En los pasillos de la diplomacia francesa, hecha por el periodista especializado en cuestiones diplomáticas y militares Xavier Panon, que en su Gobierno se entregaron armas letales a rebeldes sirios en 2012, reseñó Russia Today en mayo pasado.
“Hemos empezado cuando estábamos seguros de que terminarían en las manos adecuadas. En cuanto al armamento letal lo entregaban nuestros servicios", detalló Hollande en la entrevista. En esa publicación, el periodista reveló que Francia entregó sistemas de artillería, ametralladoras, lanzacohetes y misiles antitanques.
Pese a las contundentes pruebas de que Francia lleva a cabo una política intervencionista, el articulista Yusuf Fernández de Almanar, sostiene que “lo peor es que la política francesa se ha convertido en un rehén de otras fuerzas exteriores, fundamentalmente de la influencia israelí, que llevó al nombramiento como candidato presidencial del propio Hollande dentro del Partido Socialista (...) y la dependencia de EE.UU. han puesto fin a la que en su día fue la política exterior gaullista, basada en la independencia de criterios”.
El presidente de Siria, Bashar Al- Assad, alertó a la comunidad internacional de los errores en la política de Francia y de EE.UU., las cuales buscan debilitar al Ejército y al Estado sirio, las únicas fuerzas ofensivas capaces de luchar contra el terrorismo.
Ante el pedido del presidente sirio a su par ruso, Vladimir Putin, de combatir en territorio árabe contra el EI, el mandatario francés declaró recientemente que la ofensiva rusa no evitará la salida de Bashar Al- Assad, al tiempo que añadió que “Bashar no puede ser el futuro y las operaciones rusas en Siria contra Daesh no han cambiado en nada la situación en el país árabe pues no ayudan al combate contra el terrorismo”; sin embargo, desde el pasado 30 de septiembre los bombardeos militares de Rusia han acabado con cientos de posiciones del autodenominado Estado Islámico. En contraste con EE.UU., dado que según al articulista Jofre Leal, el objetivo de Washington es destruir a Siria con la excusa de eliminar a una supuesta “oposición moderada”, es decir, otras ramas de Al-Qaeda: EI, al Nusra, Al Qaeda del Magreb y Al Qaeda en Yemen.
La rueda de prensa que ofrecieron este martes 24 de noviembre, los presidentes de Francia y EE.UU. en Washington, en el marco de sus acciones contra el Estado Islámico (EI), estuvo marcada por un lenguaje verbal y corporal de camaradería entre ambos presidentes. En varias oportunidades, los mandatarios se referían entre sí, por los nombres de pila. La estrechez de manos y una palmada en la espalda, denota su histórica alianza.
Obama como buen anfitrión, tomó la batuta en las preguntas dirigidas a Hollande, mientras que este le agradeció haber sido el primero en llamarlo tras los ataques del viernes pasado, en el que a su vez, le prometió “unión” y “apoyo ilimitado”.
Por su parte, el presidente Barack Obama, solicitó a la Unión Europea (UE), activar cuanto antes, a través de las aerolíneas, compartir datos de pasajeros, y a su vez, ofreció el envío de equipos técnicos de su país.
"Insto a la UE a implementar finalmente el acuerdo que está negociando para requerir que las aerolíneas compartan información sobre los pasajeros", dijo Obama.
En ese orden, su par galo detalló que "hemos decidido intensificar nuestros ataques en Siria e Irán, aumentar su dimensión, reforzar los intercambios en materia de inteligencia sobre los objetivos (...). La prioridad es recuperar puntos clave ocupados por el EI en Siria".
A propósito de los sistemas de inteligencia usados por la Casa Blanca para la obtención de información, la empresa militar privada estadounidense, Blackwater en 2012, instaló campos de entrenamiento militar en las regiones fronterizas de Turquía con el objetivo de capacitar a los grupos armados terroristas contra el Gobierno sirio. De acuerdo a un artículo publicado en agosto de ese año por Hispan Tv, informaron que los mercenarios de esa empresa se situaban en las fronteras turcas para intentar infiltrarse en Siria a través de la provincia de Hatay (sur de Turquía).
En la nota, indicaron que tras las declaraciones de los efectivos de seguridad sirios, la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA, por sus siglas en inglés) y la agencia israelí Mosad, junto Blackwater (ahora llamada Xe), captó más de seis mil mercenarios para arremeter contra el Gobierno de ese país árabe dentro y fuera de Siria.
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