Tras el ataque al SU-24 ocurrido en territorio sirio el Kremlin ha manifestado el deterioro de las relaciones diplomáticas.
El
jefe del Gobierno ruso, Dmitri Medvédev. informó este miércoles que su
país dispone de informaciones sobre funcionarios turcos que estarían
interesados en comprar crudo al autodenominado Estado Islámico (EI).
Medvédev asegura que el ataque de la Fuerza Aérea turca contra el bombardero ruso SU-24 cerca de la frontera con Siria ha traído graves consecuencias a las relaciones entre ambas naciones.
“En primer lugar, un peligroso empeoramiento de las relaciones entre Rusia y la OTAN que no puede ser justificado por ningún interés, ni siquiera la defensa de las fronteras estatales”, señaló el alto funcionario.
Según el jefe del Gobierno el ataque contra el SU-24 demuestra que el Gobierno de Ankara ofrece protección al Estado Islámico.
“Eso no es algo sorprendente, dada la información disponible sobre los intereses económicos directos que algunos funcionarios turcos tienen en el suministro de productos derivados del petróleo producidos en empresas pertenecientes al EI”, acotó el diplomático.
Reiteró que el ataque ha afectado directamente el intercambio entre ambas naciones, especialmente en el ámbito económico y humano: “Su consecuencia directa puede ser el rechazo de una serie de importantes proyectos conjuntos y que empresas turcas pierdan sus posiciones en el mercado ruso”, indicó Medvédev.
Ruptura
Tras el ataque contra el SU-24 Rusia anunció la ruptura de cualquier enlace militar con el Gobierno de Turquía, tal y como indicó el jefe del Departamento Operativo Principal del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, Serguéi Rudskói.
El presidente Vladimir Putin destacó que hasta ahora la diplomacia de su país ha tratado al Gobierno de Turquía como vecino y amigo.
En contexto
Desde el pasado 30 de septimebre Rusia desarrolla, a petición del Gobierno sirio, una serie de ataques selectivos contra posiciones de grupos terroristas como el Estado Islámico y el Frente Al Nusra.
Medvédev asegura que el ataque de la Fuerza Aérea turca contra el bombardero ruso SU-24 cerca de la frontera con Siria ha traído graves consecuencias a las relaciones entre ambas naciones.
“En primer lugar, un peligroso empeoramiento de las relaciones entre Rusia y la OTAN que no puede ser justificado por ningún interés, ni siquiera la defensa de las fronteras estatales”, señaló el alto funcionario.
Según el jefe del Gobierno el ataque contra el SU-24 demuestra que el Gobierno de Ankara ofrece protección al Estado Islámico.
“Eso no es algo sorprendente, dada la información disponible sobre los intereses económicos directos que algunos funcionarios turcos tienen en el suministro de productos derivados del petróleo producidos en empresas pertenecientes al EI”, acotó el diplomático.
Reiteró que el ataque ha afectado directamente el intercambio entre ambas naciones, especialmente en el ámbito económico y humano: “Su consecuencia directa puede ser el rechazo de una serie de importantes proyectos conjuntos y que empresas turcas pierdan sus posiciones en el mercado ruso”, indicó Medvédev.
Ruptura
Tras el ataque contra el SU-24 Rusia anunció la ruptura de cualquier enlace militar con el Gobierno de Turquía, tal y como indicó el jefe del Departamento Operativo Principal del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, Serguéi Rudskói.
El presidente Vladimir Putin destacó que hasta ahora la diplomacia de su país ha tratado al Gobierno de Turquía como vecino y amigo.
En contexto
Desde el pasado 30 de septimebre Rusia desarrolla, a petición del Gobierno sirio, una serie de ataques selectivos contra posiciones de grupos terroristas como el Estado Islámico y el Frente Al Nusra.
Sólo el pasado fin de semana se logró
destruir casi 500 posiciones
de estas organizaciones extremistas en varias localidades de la nación
árabe. En total más de 800 instalaciones del EI han sido eliminadas por
la Fuerza Aérea rusa.
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