TPP: el gran negocio de las grandes farmacéuticas
9/12/2015 4:27:02 a.m.
Todavía
no conocemos todos los detalles del Acuerdo Transpacífico de
Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), cerrado
provisionalmente el 5 de octubre por doce países de la costa del
Pacífico. Sin embargo los críticos lo condenan por muchas razones, entre
otras, sus generosas concesiones a la industria farmacéutica.
Médicos
Sin Fronteras se queja de que el TPP pasará a la historia como el peor
acuerdo comercial para que los países en vías de desarrollo puedan
acceder a los medicamentos. [1] Esto se debe a que el TPP ampliará la
protección de las patentes para los medicamentos de marca, lo que
impedirá que los genéricos similares, que cuestan mucho menos, entren en
el mercado y, en consecuencia, hará que los precios aumenten.
Judit
Rius Sanjuan, asesora de política legal de Médicos Sin Fronteras, ha
declarado en vox.com que el TPP crea obligaciones relativas a las
patentes en países que antes no las tenían. La población de «Perú,
Vietnam, Malasia y México» se verá especialmente afectada, afirmó, y
«tendrán que enfrentarse a precios más elevados durante más tiempo». [2]
Ruth
Lopert, profesora en la Universidad de George Washington, comunicó en
Bloomberg News que las directrices del acuerdo TPP afectarán a los
presupuestos de atención sanitaria y al acceso a medicamentos en todos
los países que lo firmen, pero especialmente en los más pobres. «Unas
40.000 personas en Vietnam, el país más pobre del acuerdo, podrían dejar
de tener acceso a los medicamentos para combatir el VIH debido a que
las directrices aumentarán el precio de la terapia [farmacéutica]»,
afirmó. [3]
Otros países, como
Canadá, también se verán afectados por la subida de precios. El Consejo
Canadiense dice que si se ratifica el TPP, se prolongarán las «patentes
[farmacéuticas], lo que retrasará el lanzamiento al mercado de
medicamentos genéricos más asequibles y hará que nuestro gasto público
anual en atención sanitaria aumente dos mil millones de dólares». [4] En
EE. UU. mucha gente ya no puede permitirse pagar los medicamentos más
caros que podrían salvarles la vida e intentan recurrir a los genéricos
disponibles en algún otro lugar.
La
ampliación de los derechos de patentes para aquellos medicamentos que
pueden salvar vidas es, obviamente, un regalo para las grandes
farmacéuticas. Conor J. Lynch, en opendemocracy.net, lo ha calificado
como «una evidente dádiva corporativa que afectaría mucho al acceso
internacional y causaría, sin duda, muertes que podrían haberse evitado.
Claramente el objetivo aquí es aumentar los beneficios de la industria,
así de simple. Esto no es nada nuevo, pues es lo que hace la industria
privada, sin embargo, constituye un gran dilema moral». [5] Algunos
resultados obtenidos recientemente han hecho aún más evidente este
dilema moral.
Trampas fiscales
En
una irónica coincidencia, se llegó al TPP el mismo día en que Citizens
for Tax Justice y el US Public-Interest Research Group Education Fund
publicaron un informe condenatorio sobre la evasión fiscal corporativa –
Offshore Shell Games 2015. Este informe revela el grado al cual las
principales compañías de EE. UU. usan paraísos fiscales, como las
Bermudas, Luxemburgo, Islas Caimán y los Países Bajos, para instalar
«filiales» que, generalmente, no son más que un simple apartado de
correos.
De las treinta primeras
compañías de la lista Fortune 500 con la mayor parte del dinero en
paraísos fiscales extranjeros, nueve son compañías farmacéuticas: Pfizer
(74 mil millones de dólares en el extranjero), Merck (60 mil millones
de dólares), Johnson & Johnson (53,4 mil millones de dólares),
Proctor & Gamble (45 mil millones de dólares), Amgen (29,3 mil
millones de dólares), Eli Lilly (25,7 mil millones de dólares), Bristol
Myers Squibb (24 mil millones de dólares), AbbeVie Inc. (23 mil millones
de dólares) y Abbott Laboratories (23 mil millones de dólares). [6]
En
relación a Pfizer, el mayor fabricante de medicamentos del mundo, con
unos beneficios declarados de 22 mil millones de dólares en 2013, el
informe indica que: «La compañía realizó más del 41 % de sus ventas en
los EE. UU. entre 2008 y 2014 pero consiguió no declarar ningún ingreso
imponible federal durante siete años consecutivos». Esto se debe a que
Pfizer utiliza técnicas de contabilidad para deslocalizar en el
extranjero sus beneficios imponibles. Por ejemplo, la compañía puede
transferir las patentes de sus medicamentos a una filial en un país con
impuestos bajos o libre de impuestos. De esta manera, cuando la sede
estadounidense de Pfizer vende el medicamento en los EE. UU. paga a su
filial en el extranjero unas tasas de licencia altas que convierten los
beneficios nacionales en pérdidas y trasfiere los beneficios al
extranjero».
En general, el estudio
descubrió que las 500 compañías más grandes de los EE. UU. obtienen más
de 2,1 trillones de dólares en beneficios acumulados en el extranjero.
«Para muchas compañías, el aumento de los beneficios en el extranjero no
significa construir fábricas allí, vender más productos a los clientes
extranjeros o hacer alguna actividad económica adicional en otros
países», sino simplemente contar con un apartado de correos.
Algunas
compañías utilizan el dinero supuestamente «atrapado» en el extranjero
como «garantía» para obtener un préstamo a tasas insignificantes con el
fin de invertir en activos en los EE. UU., pagar dividendos a los
accionistas o volver a comprar acciones.
Por
supuesto, como el informe aclara: «el Congreso, sin poder tomar medidas
para acabar con la evasión de impuestos, fuerza al estadounidense común
a que compense la diferencia. Cada dólar que las compañías evaden en
impuestos a través de los paraísos fiscales debe compensarse aumentando
los impuestos a las personas, recortando las inversiones y los servicios
públicos o aumentando la deuda federal».
El
informe muestra que, a través de diversas medidas de evasión de
impuestos, las 500 mayores compañías con sede en EE. UU. deben, en
conjunto, unos 620 mil millones de dólares en impuestos en ese país.
Golpe corporativo
Ahora
el TPP –que se denomina «NAFTA con esteroides»– concedería a las
grandes farmacéuticas y a otras multinacionales incluso más «derechos»
corporativos en más países, incluido el polémico mecanismo de arbitraje
de diferencias estado-inversor (ISDS, por sus siglas en inglés), por el
cual pueden demandar a los gobiernos signatarios por los cambios en las
normativas que afectan a sus beneficios.
Como
señala el sitio web canadiense rabble.ca: «A través del NAFTA, la
compañía farmacéutica estadounidense Eli Lilly acaba de demandar al
Gobierno canadiense por invalidar la ampliación de la patente de dos
medicamentos para la salud mental que tiene la compañía. Un tribunal
federal canadiense concluyó en 2010 que la ampliación de la patente no
había generado los beneficios prometidos y que, por tanto, el
medicamento debía abrirse a la competencia genérica. Los medicamentos
genéricos reducen de manera significativa el coste para el usuario final
pero Eli Lilly puso el grito en el cielo e interpuso una demanda a
través del ISDS contra el gobierno en la que exigía 500 millones de
dólares en compensación por los beneficios perdidos. El caso todavía
sigue abierto pero, independientemente del resultado, podemos esperar
que el TPP conduzca a conflictos parecidos a los del ISDS. Las poderosas
compañías farmacéuticas multinacionales utilizarán cualquier medio
disponible para aferrarse a los carísimos monopolios de los
medicamentos. Una mayor protección de la propiedad intelectual en el TPP
dará a estas compañías de forma casi legal aún más fuerza para demandar
a los gobiernos y dejar fuera a la competencia de los medicamentos
genéricos». [7]
El texto final del
TPP no estará disponible durante, al menos, un mes o unas semanas
después de la elecciones federales canadienses del 19 de octubre. Los
detalles revelarán, sin duda, aún más concesiones a las multinacionales.
De los legisladores elegidos en los doce países dependerá que se
apruebe o se rechace el TPP. En Canadá, el líder del NDP, Tom Mulcair,
ha prometido rechazar el acuerdo si sale elegido primer ministro,
basándose en que el gobierno de Stephen Harper no tenía mandato para
firmarlo durante una campaña lectoral cuando se trataba, simplemente, de
un gobierno provisional.
El sitio
web estadounidense zerohedge.com llama al TTP «un caballo de Troya» y
«un golpe de las compañías multinacionales que desean un sometimiento
global a sus planes». Y de manera muy clara, agrega: «Consumidor,
cuidado. Ciudadanos, cuidados». [8]
Notas:
[2] Julia Belluz, “How the Trans-Pacific Partnership could drive up the cost of medicine worldwide,” Vox, October 5, 2015.
http://www.vox.com/2015/10/5/9454511/tpp-cost-medicine
http://www.vox.com/2015/10/5/9454511/tpp-cost-medicine
[3] “Pacific Deal Rewrites Rules on Trade in Autos, Patented Drugs,” Bloomberg News, October 5, 2015.
http://www.bloomberg.com/news/articles/2015-10-05/pacific-deal-rewrites-rules-on-trade-in-autos-patented
http://www.bloomberg.com/news/articles/2015-10-05/pacific-deal-rewrites-rules-on-trade-in-autos-patented
[4] Council of Canadians, “Tell party leaders: Reject the TPP,” October 6, 2015.
[5] Conor J. Lynch, “Trans-Pacific Partnership’s Big Pharma giveaway,” Open Democracy, February 14, 2015.
http://www.opendemocracy.net/conor-j-lynch/transpacific-partnership%E2/80%/99s-big-pharma-giveaway
http://www.opendemocracy.net/conor-j-lynch/transpacific-partnership%E2/80%/99s-big-pharma-giveaway
[7] Hadrian Mertins-Kirkwood, “Trans-Pacific Partnership a big win for corporate interests,” Rabble.ca, October 6, 2015.
[8] Tyler Durden, “Trans-Pacific Partnership Deal Struck As ‘Corporate Secrecy’ Wins Again,” Zero Hedge, October 5, 2015.
http://www.zerohedge.com
http://www.zerohedge.com
Periodista e investigador independiente canadiense.
Fuente:
http://www.counterpunch.org/2015/10/07/tpp-big-pharmas-big-deal/
Traducción:Marta Estévez Pequeño
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