¿Riesgo de Golpe de Estado en Grecia?
Europa
atraviesa un período muy convulso pues la crisis financiera está
poniendo todavía más difícil el proceso de construcción europea
(imprescindible para que pueda competir como potencia mundial) y el
estancamiento económico que se está haciendo visible en los países
periféricos y emergentes y la aparición de brotes deflacionistas en el
seno de la UE ha provocado el desapego afectivo europeo y la aparición
de fuerzas centrífugas que podrían provocar la desmembración de la
actual Unión Europea (Brexit) y el retorno a escenarios ya olvidados de
proteccionismo económico y de compartimentos estancos en el horizonte
del 2019.
Asimismo, las políticas constrictivas
implementadas en la Unión Europea podrían volverse en su contra pues
hasta ahora los procesos de adhesión de nuevos países habían funcionado
como un instrumento democratizador y reformista del continente pero la
doctrina del “numerus clausus” habría finiquitado el proceso de
ampliación con el riesgo evidente de que los valores democráticos que la
UE ha exportado hacia los países de la extinta URSS sean reemplazados
por los ideales expansionistas de la Nueva Gran Rusia de Putin, con lo
que se alteraría notablemente el escenario geopolítico europeo para la
próxima década.
Retorno de la OTAN a la Doctrina Truman
Las bases de dicha Doctrina fueron expuestas por
George F. Kennan en su ensayo “Las fuentes del comportamiento soviético
“publicado en la revista Foreign Affairs en 1.947 y cuyas ideas
principales se resumen en la cita “ el poder soviético es impermeable a
la lógica de la razón pero muy sensible a la lógica de la fuerza”. Así,
en la reciente Cumbre de la NATO celebrada en Varsovia el 8 y 9 de
Julio, se decidió “el refuerzo del flanco oriental de la OTAN” con el
despliegue de “unidades de intervención rápida” (Speardhead Force) en
Polonia, Países Bálticos, Rumania y Bulgaria así como continuar con la
quinta fase del despliegue del Euro DAMN, quedando en suspenso el
incremento de las partidas de gasto de los países europeos que sería de
un exiguo 2% del PIB nacional, quedando el grueso de la financiación en
manos de EEUU.(el 70% de cerca del Billón $ del total del presupuesto).
El presidente estadounidense, Barack
Obama insistió en la política de su Gobierno de fortalecer su presencia
militar en Europa además de informar de sus proyectos de colaborar en
esa área con países como Ucrania, Georgia y Moldavia (EEUU habría
enviado ya a Polonia 12 F-16 y 200 soldados de refuerzo tras la crisis
ucraniana y el contingente total de sus tropas en Europa ascendería a
unos 70.000 miembros), lo que de facto significa la vulneración del Acta
Fundacional OTAN-Rusia de 1997 por la cual la OTAN descartaba “el
estacionamiento permanente de un contingente sustancial y adicional de
tropas de combate en el Este de Europa” y el retorno de la NATO a la
Doctrina Truman o de la Contención.
Respecto al sistema antimisiles (Euro DAMN), en
realidad se trata de un escudo anti-misil global en el que los misiles
interceptores emplazados en plataformas móviles pueden abatir blancos en
un espacio común (a base de datos transmitidos por todos los radares y
sistemas de reconocimiento opto-electrónico) , con el fin maquiavélico
de tras un primer ataque sorpresa de EEUU que destruiría el potencial
nuclear ruso en su propio territorio, neutralizar posteriormente la
réplica rusa por medio de los misiles estacionados en Polonia, siendo
previsible que EEUU utilice las peticiones de Polonia como excusa para
completar la quinta fase del despliegue del escudo antimisiles en Europa
(Euro DAM), lo que tendría como réplica por parte rusa la instalación
en Kaliningrado del “ asesino del escudo antimisiles de EEUU”.
La entente greco-rusa, misil en la línea de flotación de la OTAN
El retorno al endemismo recurrente de la Guerra
Fría entre EEUU-Rusia tras la crisis de Ucrania y la mutua imposición de
sanciones entre la UE y Rusia marcarían el inicio de la división en la
otrora monolítica postura de los países de la OTAN ante Rusia. Así, en
represalia a las sanciones impuestas por la UE en el 2015, Moscú
respondió con un embargo a los productos agroalimentarios europeas que
habría tenido como efectos colaterales unas pérdidas estimadas en 150
millones de € diarios según el líder de la Liga Norte italiana y
diputado del Parlamento italiano, Matteo Salvini y un monto total de más
de 100.000 millones (según datos de la propia CE, la exportación a
Rusia de la UE en el 2.013 habría ascendido a los 120.000 millones €.
En consecuencia, habría surgido una
corriente liderada por Italia, Finlandia y Hungría que serían
partidarios de suspender las sanciones a Rusia mientras en la orilla
antinómica, tendríamos a Polonia, Gran Bretaña y Países Bálticos como
adalides de seguir implementando dichas sanciones en el futuro mediato.
Finalmente, no sería descartable que tras las Elecciones de Francia y
Alemania en el 2.017, asistamos a una tardía reafirmación de la
soberanía europea por parte de ambos países que incluiría la génesis de
un nuevo proyecto europeo (Europa de los Siete), integrado por Francia,
Alemania, Bélgica, Holanda, Italia, Luxemburgo y Austria, quedando el
resto de países europeos periféricos (Portugal, España, Irlanda, Grecia,
Eslovenia, Malta y Chipre) gravitando en sus anillos orbitales mientras
que los países nórdicos procederán a la gestación de la Federación
Escandinava (integrada por Noruega, Dinamarca, Suecia, Finlandia,
Letonia, Estonia y Lituania) que pivotará en la ambivalencia comercial
ruso-europea.
En el caso heleno, la asfixiante falta de liquidez
estaría obligando al Gobierno heleno a gravitar en la órbita rusa
(proyecto conjunto greco-ruso para fabricar en Grecia el fusil de asalto
Kalasnikov) lo que habría provocado en el Alto Mando de la OTAN la
preocupación por el debilitamiento del Frente Oriental contra Rusia.
Caso de producirse finalmente la salida de Grecia de la Eurozona por la
miopía geopolítica alemana, Rusia pasaría a ser aliado natural de Grecia
mientras el país heleno se convertiría en el portaaviones continental
de Rusia tras la instalación de una megabase naval en Suda (Creta), con
lo que quedaría perfilado el triángulo Sebastopol-Suda-Tartus como bases
logísticas de la nueva Flota rusa del Mediterráneo, (disuelta en 1992
tras la extinción de la URSS) y cuya columna vertebral estará formada
por la Flota del Mar Negro, la del Norte y la del Báltico, estimando que
estará operativa para el 2.016 y que supondrá de facto el control del
Mediterráneo Oriental por Putin.
Ello sería un misil en la línea de flotación de la
OTAN por lo que ya sin el paraguas protector de la UE, no sería
descartable en Grecia la reedición del golpe de los Coroneles (1967),
golpe virtual o postmoderno que sería un episodio local dentro del nuevo
escenario de Guerra Fría entre EEUU y Rusia y que contaría con el apoyo
encubierto de EEUU dentro de su objetivo de anular los esfuerzos de
Rusia para extender su radio de acción a los países europeos.
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