CONTINUANDO CON LA LÍNEA DE EDICIÓN DE
PLATAFORMA DISTRITO CERO, LA CUAL CONSTA
EN RECOPILAR NOTICIAS ANTERIORES QUE AYUDEN AL
ENTENDIMIENTO DE LOS SUCESOS ACTUALES, COMPARTIMOS EL
SIGUIENTE ARTÍCULO ANTERIOR DEL 13 DE OCTUBRE DE 2017.
PDC
Este
viernes 13 de octubre de 2017 los Estados Unidos y el Secretario
General de la Organización de Estados Americanos (OEA) Luis Almagro
impulsaran, en la sede de la OEA en Washington, las primeras acciones
para la constitución de un gobierno venezolano paralelo.
El
punto de partida es la aceptación de los nombramientos de los
magistrados hechos por la Asamblea Nacional Venezolana (AN) y avalados
por la ex fiscal general de Venezuela Luisa Ortega. Se juramentaran como
directiva de un tribunal supremo de justicia que tiene como objetivos
la anulación de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), el
enjuiciamiento del presidente Nicolás Maduro y el nombramiento de un
nuevo Consejo Nacional Electoral. De facto, un nuevo golpe de estado en
Venezuela. Hay que destacar que la AN se encuentra en desacato y que la
ex fiscal es una prófuga de la justicia.
Esta
extraordinaria farsa contraria al derecho internacional, a la
constitución venezolana y a sus leyes e instituciones, se lleva a cabo
dos días antes de que se celebren las elecciones territoriales a las que
se presentan candidatos opositores aceptando su legalidad.
Estrategia imperialista fase 1.
Esta
acción fue presentada como un paso de la Venezuela “libre” en su lucha
por derribar al gobierno. Sin embargo es posible fundamentar que se
ajusta con precisión a lo establecido en los planes estratégicos de
intervención en Venezuela por parte de EEUU. Lo anunció el general John
F. Kelly en nombre del Comando Sur el 12 de marzo de 2015. Se refería al
documento “Operación Venezuela Freedom-2” (1), firmado por
el almirante Kurt Tidd el 25 de febrero de 2016. En esta agenda
detallaban todos los pasos a seguir para provocar la salida del gobierno
de Nicolás Maduro. Agenda basada en una “Guerra No Convencional” (2)
mediante el desarrollo y el sostenimiento de fuerzas de resistencia que
cumplan con los objetivos estratégicos de los Estados Unidos.
Una
guerra presentada como conflicto interno que intenta ocultar la
agresión externa propia del imperialismo. Una vez pasado el tiempo
podemos observar como “Freedom-2” ha establecido el plan de la
intervención en Venezuela.
En la fase precedente del informe señala las líneas generales seguidas por la administración norteamericana:
– “Aislamiento internacional y descalificación como sistema democrático”.
– “Generación de un clima propicio para la aplicación de la Carta Democrática de la OEA”.
–
“Colocar en la agenda la premisa de la crisis humanitaria que permita
una intervención con apoyo de organismos multilaterales , incluyendo la
ONU”.
Y añade: ”…nuestra intervención oportuna ha permitido delinear un camino para una salida rápida del régimen”.
Queda claro que los EEUU vulneran de forma flagrante el principio de no injerencia establecido en la Carta de Naciones Unidas.
Estrategia imperialista fase 2.
En la fase dos del documento se establece: “bajo
el enfoque de cerco y asfixia, también hemos acordado con los socios
más cercanos de la MUD utilizar la Asamblea Nacional como tenaza para
obstruir la gobernanza”. “También en el plano político interno
hay que insistir en el gobierno de transición y las medidas a tomar
después de la caída del régimen, incluyendo la conformación de un
gabinete de emergencia”.
Continúan: “hay
que insistir en la aplicación de la Carta Democrática, tal y como lo
hemos convenido con Luis Almagro Lemes, Secretario General de la OEA”.
El
documento “Freedom-2” da instrucciones precisas: instrumentación de la
Asamblea Nacional, formación de un gobierno de transición, connivencia
del secretario general de la OEA… que ponen en evidencia la estrategia
de agresión de EEUU sobre Venezuela y el carácter subordinado y
dependiente de la MUD y del secretario de la OEA.
Cambio de fase.
El
día 30 de julio se produjo el desenlace de una larga batalla que tuvo
su fase final entre los meses de abril y julio. Durante este periodo se
produjeron continuas acciones violentas por parte de la oposición
venezolana, con acciones armadas, asesinatos, ataques terroristas a las
instituciones y provocaciones dirigidas a quebrar la unidad del
ejército; en su fase final el objetivo fue impedir la celebración de las
elecciones a la ANC. El objetivo del gobierno fue intentar paliar los
efectos de la guerra económica y hacer frente a la ola de violencia
poniendo en marcha la convocatoria de la ANC.
La
convocatoria fue un éxito claro del chavismo y la derrota de la
estrategia de la oposición, pero más allá fue la derrota de la
estrategia del imperialismo. En ese momento se puso de manifiesto que el
derrocamiento del gobierno bolivariano no sería posible desde las
fuerzas opositoras por más ayuda que recibieran del exterior; la
consigna del documento era hasta ese momento: “…nosotros no
asumiremos el coste de una intervención armada en Venezuela, sino que
emplearemos los diversos recursos y medios para que la oposición pueda
llevar adelante las políticas para salir de Maduro”.
Estrategia imperialista fase 3.
A
partir del día 30, derrotar al chavismo requería la intervención
externa y desde ese mismo momento se puso en marcha la maquinaria para
dar cobertura a esta intervención. Como recoge el “Freedom-2”: “Especial
interés adquiere en las actuales circunstancias, posicionar la matriz
de que Venezuela entra en una etapa de CRISIS HUMANITARIA por falta de
alimentos, agua y medicamentos, hay que continuar con el manejo del
escenario donde Venezuela está ‘cerca del colapso y de implosionar’
demandando de la comunidad internacional una intervención humanitaria
para mantener la paz y salvar vidas”.
Sigue: “…
construir alianzas con otros países que están en el área de influencia
del Comando Sur”, “…mantener la campaña ofensiva en el terreno
propagandístico, fomentando un clima de desconfianza, incitando temores,
haciendo ingobernable la situación”, “…de esta manera contamos con un
piso sólido para nuestra seguridad e intereses económicos y nuestros
valores políticos”, “No se puede dejar a un lado el esfuerzo que hemos
venido haciendo para vincular al gobierno de Maduro en la corrupción y
el lavado de dinero”.
Pero esta guerra, a pesar de ser considerada “No Convencional”, incluye la acción militar: “debemos
mantener la vigilancia electrónica sobre esta zona de influencia, sobre
todo en la fachada atlántica, manteniendo las incursiones de los RC-135
COMBAT equipados con sistemas electrónicos que han permitido
recientemente recolectar inteligencia, interceptar y bloquear
telecomunicaciones, tanto del gobierno como de los contingentes
militares”.
Papel del Estado español.
El
papel del gobierno español, de la mayoría del parlamento y del senado,
de numerosas instituciones públicas, partidos políticos, organizaciones
sindicales mayoritarias, de los medios de comunicación públicos y
privados y de las industrias culturales, se han alineado masivamente con
la doctrina del “Freedom-2”. Han apoyado incondicionalmente a las
fuerzas opositoras de las que este documento señala: “Con los
factores políticos de la MUD hemos venido acordando una agenda común que
incluye un escenario abrupto que puede combinar acciones callejeras y
el empleo dosificado de la violencia armada”. Quienes han alentado
esta estrategia y han dirigido estas acciones han sido considerados en
el Estado español como héroes de la libertad y quienes han sido
encarcelados por estos delitos, considerados como presos políticos.
La
nueva estrategia política de intervención directa requiere un mayor
apoyo internacional. El estado, las instituciones y los medios de
comunicación españoles reconocerán la nueva institucionalidad a pesar de
las evidencias sobre su ilegalidad y de formar parte de un plan de
agresión que será sangriento y que infringirá un terrible sufrimiento al
pueblo venezolano. Dado el alineamiento de todos los actores españoles
implicados en el proceso, solo una movilización ciudadana podría frenar
el apoyo español a esta guerra.
Eduardo Hernández y Antonio Navarro*
*Miembros del Foro Contra La Guerra Imperialista y la OTAN.
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