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El
presidente de Turquía advierte que las siguientes pérdidas serían La
Meca y Medina si los musulmanes pierden Al-Quds a manos del régimen de
Israel.
“Si perdemos Al-Quds, no lograremos defender Medina, si
perdemos Medina, perderemos La Meca y la Kaaba (el lugar sagrado y de
peregrinación religiosa más importante del Islam)”, consideró el viernes
el dignatario turco, Recep Tayyip Erdogan.En declaraciones formuladas en la ciudad de Estambul, el presidente turco llamó a todos los musulmanes a defender Al-Quds (Jerusalén) y la causa palestina pues, a su juicio, su pérdida conllevaría la pérdida de otras santidades islámicas.
La decisión del presidente de EE.UU., Donald Trump, de reconocer Al-Quds como capital del régimen israelí “es una bomba lanzada hacia Oriente Medio”, afirmó Erdogan para luego calificarla de una alarma de las “nuevas conspiraciones” contra el mundo del Islam.
Si perdemos Al-Quds, no lograremos defender Medina, si perdemos Medina, perderemos La Meca y la Kaaba (el lugar sagrado y de peregrinación religiosa más importante del Islam)”, considera el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.“Si los musulmanes no pueden dar una respuesta adecuada a tales medidas, esas conspiraciones se hacen realidad (…) y si logran tener éxito en el caso de Al-Quds, eso será un punto de inflexión para todos ellos”, resaltó.
A continuación, resaltó que Al-Quds es la dignidad y la línea roja de las políticas de Turquía, las cuales insisten en que la ciudad de Al-Quds es la capital eterna de Palestina ocupada por el régimen de Israel.
Al-Quds es una ciudad venerada por los musulmanes, los cristianos y los judíos, y es el tercer sitio más sagrado del Islam después de las ciudades santas de La Meca y Medina ubicadas en Arabia Saudí.
Esta ciudad santa ha estado durante décadas en el corazón del conflicto entre israelíes y palestinos. El régimen de Tel Aviv capturó en 1967 la parte oriental de la ciudad y luego la anexó, en una acción no reconocida internacionalmente.
La decisión de la Administración de Trump ha provocado el rechazo y la indignación tanto de los países musulmanes como de los Gobiernos europeos más cercanos a Washington y al régimen israelí.
tas/rha/hnb
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