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El tigre de López Obrador contra el dinosaurio de Meade
Autor:
Álvaro Cepeda Neri *
I. La metáfora de Andrés Manuel López Obrador de que no va enjaular al tigre,
si como parece Enrique Peña y el Partido Revolucionario Institucional
deciden ejecutar el fraude electoral para que gane el dinosaurio de José
Antonio Meade (“Mid”), generó divertidas reacciones; la principal es la
acusación de que se trata de una amenaza del tabasqueño. Otra, que la
sobrina de Carlos Salinas, Claudia Ruiz-Massieu Salinas, confundió la
Procuraduría General de la República con la Organización de Estados
Americanos, y en lugar de presentarse ante el Ministerio Público federal
–con el expediente peñista elaborado por Enrique Ochoa Reza–, para
seguir con la comedia de las equivocaciones, lo hizo ante la OEA.
Quieren los priístas eliminar a Ricardo Anaya, pero no van al fondo
penal del asunto y siguen por las ramas dando un espectáculo de
risa. Y en el ínterin, están alarmados porque el candidato de
Movimiento de Regeneración Nacional puso en circulación otra de sus
puntadas: el tigre, para asustar al dinosaurio. Y los peñistas-priístas inmediatamente cayeron en la trampa donde no hay ningún tigre. Pero han pegado gritos de pánico, en el escenario del espectáculo previo a las campañas.
II. “Mid” es el más espantado. Se ha escondido entre los pantalones de Peña y desde esa guarida echa pestes contra el tabasqueño, que les ha advertido del posible levantamiento popular si no respetan el voto, señalando una manera de referirse a la indignación ciudadana contra el fraude electoral. Pero eso ha motivado que la furia priísta ponga el “grito en el cielo”, para acusar al candidato del Movimiento de Regeneración Nacional de que quiere la protesta violenta, cuando sólo les avisa de la reacción social y política en caso de que Peña –como lo acaba de decir, metiendo la nariz en la tradicional corrupción electorera priísta–, ejecute una sucesión y no una elección. Peña y Luis Videgaray ya decidieron imponer a “Mid” como sucesor. Por esto tienen al panista Ricardo Anaya contra las cuerdas. Y a Andrés Manuel López Obrador en la mira de los ataques para desprestigiarlo con aquello de: “ahí vienen los rusos”, y con las “plumas” de Mario Vargas Llosa y Enrique Krauze, atizando el fuego de que Andrés Manuel López Obrador pretende regresar al pasado; porque éste insiste en buscar el bienestar de los pobres, conducirse honradamente y cortar un buen pedazo del pastel para obras sociales.
III. El símbolo del Partido Revolucionario Institucional –“cuando despertó el dinosaurio seguía ahí”– es otra metáfora que se vuelve realidad cuando inician los coletazos –en este caso– de Peña, quien no halla cómo subir a “Mid” al primer lugar. A lo mejor logra ponerlo en segundo lugar, si Anaya, atorado en las encuestas, se deja. Y lo cual es peligroso, porque entonces Videgaray, el yerno de Donald Trump y Peña se irán con todo para el fraude electorero, aunque el tigre se salga de la jaula lópezobradorista. Al fin y al cabo que la militarización es el último escalón para el golpe de Estado. Así que el dinosaurio peñista anda suelto, dispuesto al ataque con todo el dinero de las secretarías de Hacienda y Desarrollo Social y los banqueros. De ahí que López Obrador diga que él no amarrará al tigre de las protestas sociales si no se respetan las elecciones, y Peña ejecuta la sucesión con “Mid”. Hay que ver el desarrollo de la campaña de este abril a junio. Y si el dinosaurio insiste, el tigre se puede aparecer.
cepedaneri@prodigy.net.mx
II. “Mid” es el más espantado. Se ha escondido entre los pantalones de Peña y desde esa guarida echa pestes contra el tabasqueño, que les ha advertido del posible levantamiento popular si no respetan el voto, señalando una manera de referirse a la indignación ciudadana contra el fraude electoral. Pero eso ha motivado que la furia priísta ponga el “grito en el cielo”, para acusar al candidato del Movimiento de Regeneración Nacional de que quiere la protesta violenta, cuando sólo les avisa de la reacción social y política en caso de que Peña –como lo acaba de decir, metiendo la nariz en la tradicional corrupción electorera priísta–, ejecute una sucesión y no una elección. Peña y Luis Videgaray ya decidieron imponer a “Mid” como sucesor. Por esto tienen al panista Ricardo Anaya contra las cuerdas. Y a Andrés Manuel López Obrador en la mira de los ataques para desprestigiarlo con aquello de: “ahí vienen los rusos”, y con las “plumas” de Mario Vargas Llosa y Enrique Krauze, atizando el fuego de que Andrés Manuel López Obrador pretende regresar al pasado; porque éste insiste en buscar el bienestar de los pobres, conducirse honradamente y cortar un buen pedazo del pastel para obras sociales.
III. El símbolo del Partido Revolucionario Institucional –“cuando despertó el dinosaurio seguía ahí”– es otra metáfora que se vuelve realidad cuando inician los coletazos –en este caso– de Peña, quien no halla cómo subir a “Mid” al primer lugar. A lo mejor logra ponerlo en segundo lugar, si Anaya, atorado en las encuestas, se deja. Y lo cual es peligroso, porque entonces Videgaray, el yerno de Donald Trump y Peña se irán con todo para el fraude electorero, aunque el tigre se salga de la jaula lópezobradorista. Al fin y al cabo que la militarización es el último escalón para el golpe de Estado. Así que el dinosaurio peñista anda suelto, dispuesto al ataque con todo el dinero de las secretarías de Hacienda y Desarrollo Social y los banqueros. De ahí que López Obrador diga que él no amarrará al tigre de las protestas sociales si no se respetan las elecciones, y Peña ejecuta la sucesión con “Mid”. Hay que ver el desarrollo de la campaña de este abril a junio. Y si el dinosaurio insiste, el tigre se puede aparecer.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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