Cubanos en el Ejército Rojo
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Sputnik / Rudolf Kucherov
En
junio de 1941, cuando el territorio de la Unión Soviética era invadido
por la Alemania nazi, tres cubanitos ingresaron en las filas del
Ejército Rojo para defender la soberanía de su patria adoptiva.
Los
hermanos Aldo y Jorge Vivó y Enrique Vilar abandonaron el internado
convertido en hogar y marcharon como voluntarios al frente, donde dos de
ellos entregarían sus vidas.Más de 70 años después, el investigador y Presidente del Instituto de Historia de Cuba, René González Barrios, nos cuenta detalles del destino de estos tres héroes, “precursores de una relación entrañable entre Rusia y Cuba”, afirmó.
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Sputnik / Mark Redkin
Enrique nació en la ciudad cubana de Manzanillo, el 16 de agosto de 1925, precisamente el día que quedó constituido el Primer Partido Comunista de Cuba. Su padre, uno de los dirigentes comunistas de la localidad, estaba encarcelado por su activismo político cuando una organización internacional de ayuda a luchadores por la justicia social propuso enviarlo a la Unión Soviética. Allí se ocuparon personalmente de él conocidas figuras revolucionarias de la época, como el cubano Rubén Martínez Villena, la italiana Tina Modotti, el búlgaro Gueorgui Dmitrov y la española Dolores Ibárruri.
Los hermanitos Vivó habían vivido una historia parecida hasta llegar al mismo Internado Stásova. El sobreviviente, Jorge, recordaba décadas después el día 22 de junio, en que él y sus amigos jugaban al fútbol cuando escucharon el famoso discurso de Mólotov sobre el inicio de la guerra. Los jóvenes se dirigieron desde el estadio a la oficina de reclutamiento inmediatamente. El 25 de junio, Jorge se incorporaba a la lucha. "No cabía en nuestras cabezas la idea de que éramos extranjeros en esta tierra", recordaba décadas después.
Por su parte, el pequeño Aldo sólo tenía 17 años, por lo que no le permitían ingresar al frente. Logró inscribirse al alterar la fecha de nacimiento en el pasaporte. Murió defendiendo Leningrado en 1943.
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Aldo Vivó
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Sputnik / P. Bernshtein
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