viernes, 1 de junio de 2018

Acero: el inicio de una guerra comercial


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Acero: el inicio de una guerra comercial

 

 

Nayeli Meza Orozco

“Esta vez los países afectados no se quedarán de brazos cruzados”
- Jorge Gordillo
Director de Análisis Económico y Bursátil de CIBanco
Tic tac. El tiempo se agotó. Estados Unidos decidió acabar con la tregua que había pactado con México. A partir de este 1 de junio, Washington impondrá aranceles al acero y aluminio importados, una medida que ha generado el descontento de su socio comercial al otro lado de la frontera sur.
Wilbur Ross, secretario de Comercio, informó que la Casa Blanca no extenderá la exención para la Unión Europea (UE), Canadá y México, por lo que estarán sujetos a los aranceles del 25 y 10 por ciento en el acero y aluminio.
Con esta imposición, la poca paz que había reinado en el campo de batalla terminó. Estados Unidos ha comenzado una guerra comercial con sus socios comerciales.
“El gobierno estadounidense busca meter presión. Sin embargo, esta vez los países afectados no se quedarán de brazos cruzados, algo que le puede salir muy caro al presidente Donald Trump”, dice Jorge Gordillo, director de Análisis Económico y Bursátil de CIBanco.
La justificación es que el país norteamericano busca proteger sus industrias y la seguridad nacional. Pero, el anuncio también se relaciona con las promesas de campaña del republicano y el deseo de asegurar su reelección.
Los aranceles, que entraron en vigor a media noche, acabaron con una espera de dos meses.
A inicios de marzo pasado el mandatario confirmó el impuesto a las compras de acero y aluminio de otros países, excepto México y Canadá. El anuncio se dio semanas antes de que se realizara en la capital de Estados Unidos una reunión de ministros con el propósito de continuar con la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
“Vamos a aplazar el arancel de esos dos países para ver si podemos o no lograr el acuerdo sobre el TLCAN”, dijo Trump en la Casa Blanca, rodeado de miembros de su gabinete y trabajadores de la industria metalúrgica.
25 por ciento será el arancel para las importaciones de acero En los primeros días de mayo, la fecha de vencimiento de la exención se retrasó una vez más hasta el 1 de junio.
“El gobierno está extendiendo también las negociaciones con Canadá, México, y la Unión Europea (…) En todas estas discusiones, el gobierno está concentrado en las cuotas que restringirán las importaciones, evitarán el transbordo y protegerán la seguridad nacional”, detalló la Casa Blanca en un comunicado.

México contraataca… empresarios respaldan

Los impuestos ocasionaron la molestia del gobierno mexicano, quien de manera casi inmediata dio a conocer su posicionamiento acompañado de una lista de productos estadounidenses que planea gravar como respuesta a la medida.
La Secretaría de Economía (SE) lamentó y reprobó la decisión de su socio comercial a través de un comunicado, en el que también reiteró que este tipo de medidas no están justificadas.
De igual forma, la dependencia a cargo de Ildefonso Guajardo Villarreal explicó que el acero y el aluminio son parte de una cadena que abastece a sectores estratégicos para los tres países que integran el TLCAN, como el automotriz y aeroespacial.
“México reitera su postura en contra de medidas proteccionistas que afectan y distorsionan el comercio internacional de mercancías”, se lee en el documento oficial.
A diferencia de las ocasiones anteriores, esta vez, el gobierno mexicano no se quedó cruzado de brazos y aplicó la Ley del Talión al anunciar que impondrá medidas equivalentes a diversos productos entre los que destacan aceros planos (lamina caliente y fría, incluidos recubiertos y tubos diversos); embutidos; manzanas; uvas; arándanos; diversos quesos, entre otros, “hasta por un monto equiparable al nivel de la afectación.”
Aunque la dependencia federal no dio detalles de los porcentajes, sí precisó que la medida estará vigente hasta que el gobierno no elimine los aranceles aplicados.
Para Alberto Bautista, catedrático de la Universidad La Salle, el contraataque del gobierno mexicano fue positivo ya que abona confianza al país y muestra una imagen más firme sobre su descontento.
“La medida de México fue la correcta, nuestro país se ha defendido muy bien al tomar en cuenta las circunstancias en que ha ocurrido todo. No tenía otra alternativa”, manifiesta el especialista.
De igual forma, las cúpulas empresariales del país respaldaron la posición de México en imponer medidas equivalentes. El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) expresó que comparte la postura del gobierno en mantener un diálogo constructivo con el vecino del norte, con la finalidad de proteger los intereses de los socios y consolidar a la región de América del Norte como la más competitiva a nivel mundial.
La posición del organismo encabezado por Juan Pablo Castañón fue clara: “no aceptaremos ninguna medida que restrinja la actividad económica y afecte a las cadenas productivas y la generación de empleos”.
Por su parte, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) calificó el anuncio de Washington de “contradictorio”, al tomar en cuenta que el proceso de la modernización del TLCAN sigue sobre la mesa.
Asimismo, la Confederación presidida por Gustavo de Hoyos coincidió con la SE, pues “lo anunciado por el gobierno estadounidense distorsiona el comercio internacional”
Aunque el espadazo de México fue visto con buenos ojos por los empresarios, el movimiento en el campo de batalla no tuvo el mismo impacto en el tipo de cambio y en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
Durante la jornada del jueves, la moneda mexicana atravesó momentáneamente la barrera de los 20 pesos por dólar, su peor nivel en más de un año.
Al cierre de los mercados, la divisa se ubicó en 19.91 por billete verde, con un retroceso del 0.93 por ciento.
Por su parte, el índice IPC de la BMV cerró con una pérdida de 0.12 por ciento, a 44 mil 662.55 puntos, con lo que anotó su mayor caída mensual desde febrero de 2009.
Jorge Gordillo, de CIBanco, adelanta que el tipo de cambio seguirá experimentando volatilidad, pero, en el mediano plazo volverá a la normalidad. “Este nerviosismo persistirá hasta que se conozca un rumbo más claro sobre lo que ocurrirá con la imposición de aranceles y las represalias que tomarán los países afectados”.

Los perdedores

En esta batalla, el gobierno estadounidense recibirá la mayor parte del impacto porque el país es un gran importador. No obstante, el sector siderúrgico de México también resentirá las consecuencias.
Aun cuando Estados Unidos produce 791 mil toneladas anuales de aluminio, tiene que comprar al mundo, entre ellos a México, alrededor de 7.5 millones de toneladas, de acuerdo con cifras de la Cámara Nacional de la Industria del Aluminio (Canalum).
La imposición de aranceles de Estados Unidos representa un impacto para la industria mexicana de dos mil millones de dólares anuales
Al poner en una balanza la situación en general, las cifras no mienten. México exporta alrededor de 350 mil toneladas de aluminio al mercado estadounidense e importa de su vecino del norte aproximadamente 800 mil toneladas.
La región del TLCAN tiene vínculos comerciales muy estrechos: 76 por ciento de las exportaciones del acero de Estados Unidos se envían a México y Canadá.
“Esta actitud de proteccionismo daña directamente a las empresas de Estados Unidos”, aseguró Ramón Beltrán, presidente de Canalum, en conferencia de prensa.
Por el contrario, la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canaero) pidió al gobierno mexicano que, además de imponer aranceles espejo, actúe de forma inmediata ante la ruptura del balance en el mercado mundial que generarán estas decisiones, a fin de detener la avalancha de importaciones desleales que buscarán colocarse en el país.
“Dado el rompimiento de las reglas de mercado y las distorsiones que se generarán (…) México debe estar preparado para adoptar las medidas adecuadas e inmediatas ante sus efectos, a fin de evitar que esta problemática se traduzca en cierre de empresas y la pérdida de decenas de miles de empleos”, expresó la Cámara en un comunicado.
Canaero estima que los impuestos de Washington representan para el sector siderúrgico mexicano un impacto de dos mil millones de dólares anuales.
Otro de los grandes perdedores de esta guerra comercial serán los consumidores porque los productos ya manufacturados, como vehículos o aparatos electrónicos, se encarecerán.

Aranceles espejo

Entre los productos a los cuales México aplicará medidas equivalentes a los impuestos por el gobierno de Donald Trump, se encuentran las manzanas, uvas y arándanos, alimentos que tienen una importancia significativa en el mercado estadounidense.
Este monto significó un aumento del 22 por ciento con respecto al valor reportado en 2016.
En términos de volumen, el acumulado de las manzanas, uvas y arándanos, llegó a los 334 millones de kilogramos al cierre de 2017, con un crecimiento del 30.5 por ciento si se compara con el año anterior.
Los productos ya manufacturados se encarecerán, situación que afectará a los consumidores
Tan sólo la manzana americana llegó a un volumen de importación de 276 millones de kilos el año pasado, lo que significó un alza del 33 por ciento.
Alberto Bautista, catedrático de la Universidad La Salle, considera que estos son algunos de los productos agropecuarios más jugosos para el gobierno estadounidense y de los cuales México puede sacar provecho.

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