sábado, 9 de junio de 2018

Examen siquiátrico a Meade y Anaya por posible esquizofrenia

I. Ante todo hay que decir que Ricardo Anaya ha confundido campaña electoral y debates con sus lecciones de oratoria; y, salvo prueba en contrario, su verborrea acusa manifestaciones de esquizofrenia según los cuadros siquiátricos de E Bleuler, Alfred Adler, Sigmund Freud, Carl Gustav Jung; y conforme a la síntesis de Friedrich W Doucent sobre la enfermedad mental que anuncia demencia precoz: Psycho-analytische Begriffe, de Wilheim Heyne Verlog, Munich, con traducción de José Manuel Pamares y Antonio Caparrós (1975). Es una investigación del “enfermo psíquico”. Lo anterior porque diputados federales del Partido Acción Nacional (PAN) han planteado que la Comisión Permanente del Congreso solicite al Instituto Nacional Electoral pedir a los candidatos presidenciales su respectivo certificado médico sobre el estado actual de su salud física y mental, según nos informan los reporteros Andrea Becerril y Víctor Ballinas (La Jornada, 24 de mayo de 2018). Aunque esto, con el objetivo claro de atacar a Andrés Manuel López Obrador, también se debe incluir a José Antonio Meade Kuribreña y, por supuesto, a Ricardo Anaya, quienes muestran conductas esquizofrénicas en sus actos públicos.
II. Mientras tanto, investigar a Jaime Rodríguez, el Bronco, por el complejo de Edipo y la “mamitis” que saca a relucir constantemente. Los tres –Anaya, Meade y el Bronco– están para candidatos siquiátricos y, como trío, aseguran que su adversario López Obrador debe someterse a revisión médica para ver si por ese medio lo eliminan. Por lo pronto Anaya, el canalla, y Meade, el Mid, sí que han dado muestras de esquizofrenia: el queretano, con su lucimiento de orador-merolico; el peñista, con sus arranques anti-nestorianos, muy peligroso porque asegura que no le importan los fallos judiciales, sino su valoración personal para calificar los actos de los demás y que todos son, no presuntos inocentes o absueltos, sino delincuentes. Así que Mid y Anaya-canalla esperan impacientes en la fila para ser explorados siquiátricamente. El peñista-priísta, desesperado por estar en el sótano de las preferencias ciudadanas. Y el que está “pelón”, que pueda salir del lejanísimo segundo lugar. Anaya, cada vez que se encoleriza, estalla en locuras.
III. Por su parte, el Bronco no deja de acusar “mamitis” a tal grado que es mejor que consulte a un especialista sobre el “complejo de Edipo” (que es la base de la siconeurosis). Y es que parece que Rodríguez Calderón no ha podido superar el enamoramiento maternal y los celos hacia el padre. De cualquier manera, no está por demás que los cuatro vayan al médico y a los especialistas. Así como que Anaya se presente a una revisión ética de honradez. Y Mid a recibir un curso elemental de teoría penal y estudio de los códigos penales del derecho positivo. Se trata de un elemental examen de los dos para confirmar que la sospecha de que andan loquitos no sea un síntoma de algo siquiátrico, pues los ciudadanos debemos estar plenamente confiados de que están sanos física y mentalmente. Todo en favor de la democracia directa que se ejerce al ir a las urnas, teniendo la seguridad de que todos los competidores están aptos y en su sano juicio. Y que sus desvaríos son producto de sus mentes calenturientas.
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