“Nunca puede uno sospechar donde late el pulso mexicano”.
Alfonso Reyes
Si a muchos mexicanos antes no les interesaba mucho el encender los noticieros para “informarse” y mantenerse al día, ahora, con las mañaneras de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) más gentes se han ido alejando de los noticieros. Y es que, en verdad, todo indica de que no se necesita más. AMLO llega, saluda con el habitual “buenos días”, y ahí podemos decir que comienza a desenvolverse la agenda nacional para el día, para la semana y para años por venir. Las mañaneras de AMLO son como el noticiero que México nunca había tenido, son informativas, patriotas y hasta entretenidas.
Un aviso importante para los conservadores reaccionarios es que ¡la cosa ya cambió! Y deberán irse acostumbrando. Podrán tirar patadas, hacer marchas fifís, más campañas sucias, etc, pero hay algo que los conservadores, esos que se chingaron el país, jamás le podrán arrebatar al pueblo, y esto es, la esperanza de que las cosas algún día mejoren. Con AMLO se les apareció el chamuco. Y es del deseo de millones de mexicanos el que los conservadores nunca más regresen a mal gobernar el país.
Con su ejemplo AMLO ya está haciendo su parte, ahora le toca al resto de los mexicanos. Es por eso que en ésta, como en toda gran transformación, el pueblo es quien tendrá la última palabra.
A mi modo de ver las cosas, lo más difícil no será la revolución política, el separar el poder político del poder económico, sino que más complicado aún será la realización y triunfo de la revolución moral. Lo más difícil será el que los funcionarios se ajusten a la nueva forma de trabajar del gobierno, con la honestidad y humanidad que propone y promueve AMLO. Y para todos por igual, la obligación de servir, de tener vocación, de estar sabedores de que el trabajo que se hace, en verdad está sirviendo de algo a la patria. Ser solidarios con el nacional y con el no nacional, lograr que todos nos preocupemos por el bienestar de la naturaleza, actuar todo el tiempo con rectitud.
Y claro, como en todo proceso de regeneración, se unirán a éste quienes quieran. A la Cuarta Transformación todos son bienvenidos. A este proceso transformador encabezado por AMLO, se sumará quien así lo desee. Porque el amar a la patria no es obligatorio.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Alfonso Reyes
Si a muchos mexicanos antes no les interesaba mucho el encender los noticieros para “informarse” y mantenerse al día, ahora, con las mañaneras de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) más gentes se han ido alejando de los noticieros. Y es que, en verdad, todo indica de que no se necesita más. AMLO llega, saluda con el habitual “buenos días”, y ahí podemos decir que comienza a desenvolverse la agenda nacional para el día, para la semana y para años por venir. Las mañaneras de AMLO son como el noticiero que México nunca había tenido, son informativas, patriotas y hasta entretenidas.
Un aviso importante para los conservadores reaccionarios es que ¡la cosa ya cambió! Y deberán irse acostumbrando. Podrán tirar patadas, hacer marchas fifís, más campañas sucias, etc, pero hay algo que los conservadores, esos que se chingaron el país, jamás le podrán arrebatar al pueblo, y esto es, la esperanza de que las cosas algún día mejoren. Con AMLO se les apareció el chamuco. Y es del deseo de millones de mexicanos el que los conservadores nunca más regresen a mal gobernar el país.
Con su ejemplo AMLO ya está haciendo su parte, ahora le toca al resto de los mexicanos. Es por eso que en ésta, como en toda gran transformación, el pueblo es quien tendrá la última palabra.
A mi modo de ver las cosas, lo más difícil no será la revolución política, el separar el poder político del poder económico, sino que más complicado aún será la realización y triunfo de la revolución moral. Lo más difícil será el que los funcionarios se ajusten a la nueva forma de trabajar del gobierno, con la honestidad y humanidad que propone y promueve AMLO. Y para todos por igual, la obligación de servir, de tener vocación, de estar sabedores de que el trabajo que se hace, en verdad está sirviendo de algo a la patria. Ser solidarios con el nacional y con el no nacional, lograr que todos nos preocupemos por el bienestar de la naturaleza, actuar todo el tiempo con rectitud.
Y claro, como en todo proceso de regeneración, se unirán a éste quienes quieran. A la Cuarta Transformación todos son bienvenidos. A este proceso transformador encabezado por AMLO, se sumará quien así lo desee. Porque el amar a la patria no es obligatorio.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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