EE.UU.
tiene a sus espaldas un largo historial de inventar incidentes para
justificar sus guerras, que además han causado graves situaciones
humanitarias.
El imperialismo de EE.UU., de hecho, se conoció en concreto tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) cuando la doctrina del llamado “aislacionismo norteamericano” —que se centraba, aparentemente, en su interés en los asuntos internos del país— iba perdiendo mucha fuerza.
El aislacionismo norteamericano, sin embargo, es un concepto ambiguo, dado que el país fundado en 1776 por los inmigrantes, nunca mostró la menor señal de que deseaba ocuparse únicamente de los asuntos suyos.
En el ámbito comercial, sus naves mercantes han surcado los mares desde los primeros días de la independencia, y en cuanto a la cultura, sus escritores, artistas, investigadores, misioneros y turistas siempre han recorrido el planeta para difundir el estilo estadounidense de vida.
Tampoco en el campo militar, EE.UU. se ha mantenido ajeno. La menor “amenaza directa” a la seguridad nacional de EE.UU. era suficiente para que Washington entrara en cualquier guerra extranjera, directa o subsidiaria.
No obstante, la historia ha registrado muchos momentos en que la Casa Blanca haya entrado en guerras sin que su seguridad nacional se viera amenazada de forma directa o indirecta.
Aquí les presentamos un breve repaso de algunas de las guerras que desató EE.UU. con otros países bajo pretextos inverosímiles:
Santiago de Cuba: Batalla Naval 1898
Julio para Santiago de Cuba conlleva muchas conmemoraciones históricas, entre ellas la Batalla Naval 1898, cuyas memorias siguen vivas, preservando aún cinco buques españoles y dos estadounidenses.
Estados Unidos ideaba apropiarse de la Mayor de las Antillas, a inicios del siglo XIX, así que el 15 de febrero de 1898, ellos mismos volaron una fragata de su país “Maine” en el puerto de La Habana, para justificar una guerra contra España y arrebatarle la última colonia que tenía en el Caribe.
Estados Unidos acusó a España de la explosión y de inmediato declaró la guerra con efectos retroactivos al comienzo del bloqueo. Las tropas estadounidenses rápidamente arribaron a Cuba.
Incidente de Tonkín, falso pretexto de EEUU para destruir Vietnam
El incidente del golfo de Tonkín fue la excusa, con el que Washington justificó la destrucción de Vietnam. El conocido como el incidente de Tonkín fue el falso pretexto que usó en 1964, la administración de Lyndon B. Johnson para intervenir militarmente en Vietnam del Norte. El Plan Operativo 34-A perseguía crear un incidente, real o ficticio, que justificara escalar su injerencia en la guerra entre Vietnam del Norte y Vietnam del Sur.
De este modo, los servicios secretos estadounidenses organizaron una operación de falsa bandera y usarla como pretexto para participar en la guerra; en esa ocasión simuló un falso ataque de fuerzas pertenecientes a Vietnam del Norte contra barcos de la Armada de EE.UU. en el Sudeste Asiático, que se habían adentrado en aguas que Washington reclamaba como internacionales, pero que Vietnam reclamaba como nacionales.
Se presentaron vídeos como pruebas de dichos ataques y esto le sirvió de excusa al entonces presidente estadounidense, Lyndon Johnson, para solicitar al Congreso una gran ampliación de las misiones militares que realizaban los soldados destinados como asesores militares en Vietnam y, con ello, el comienzo de una intervención a gran escala.
Atentados del 11-S, pretexto de atacar Afganistán
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), liderada por EE.UU., atacó en 2001 Afganistán, bajo el pretexto de los ataques registrados el 11 de septiembre del mismo año.
Varios terroristas lograron entonces hacerse con el control de cuatro aviones: dos se estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York y otro contra la sede del Departamento estadounidense de Defensa (el Pentágono) en Washington, capital de EE.UU. El cuarto se estrelló en el estado de Pensilvania (noreste). Los atentados se saldaron con alrededor de 3000 muertos.
La invasión se produjo mientras varios informes aseguran la implicación del régimen israelí y saudí en los atentados, que fueron usados como parte de pretexto para nuevo conflicto protagonizado por la Casa Blanca.
Invasión de Irak por armas de destrucción masiva “nunca encontradas”
Dos años después de atacar Afganistán, EE.UU. amaneció con la idea de que el entonces dictador iraquí Sadam Husein poseía un almacén lleno de armas de destrucción masiva. Datos al respecto fueron proporcionados por la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés).
Tras el derrocamiento del régimen dictatorial iraquí los agresores afirmaron que se habían basado en información errónea. Si bien, la invasión sí sembró la inseguridad en el país árabe y allanó el terreno para el surgimiento de grupos terroristas.
Las intervenciones, guerras y ataques de Estados Unidos a muchos otros países del mundo —en su mayoría latinos, asiáticos y africanos— han provocado tantos perjuicios y consecuencias tan negativas que hasta el día de hoy afectan a los civiles.
Las recientes intervenciones militares en Irak, Siria, Libia y Afganistán so pretexto de liberar a los pueblos de esos países y restaurar la democracia solo han contribuido a empeorar la situación y allanar el camino para el surgimiento de grupos terroristas como el EIIL (Daesh, en árabe).
EE.UU. también está detrás de varios conflictos, para los cuales no se ve un panorama de paz. Siria, la península coreana, Venezuela, Yemen y Palestina son unos los países víctimas de las injerencias, las demandas excesivas y las políticas erróneas de Washington.
Irán también se ha convertido en un blanco de la retórica bélica de EE.UU., que al parecer busca una nueva aventura para demostrar que aún sigue siendo el líder del mundo. Un anhelo que parece poco probable ante la existencia de emergentes potencias como Rusia, China y la propia República Islámica de Irán.
En el caso más reciente, dos buques cisterna Front Altair y Kokuka Courageous, con pabellón de las Islas Marshall y de Panamá, respectivamente, se incendiaron el jueves a 25 millas del puerto iraní de Yask, en la provincia de Hormozgan (sur). El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, ha acusado a Irán de estar detrás del incidente, argumentando que nadie en la región tiene “los recursos y la capacidad necesaria para actuar con ese alto nivel de sofisticación”.
Esto mientras varios informes barajan la posibilidad de que EE.UU. y sus aliados regionales están detrás de los incidentes y están tergiversando la realidad para demonizar a Irán.
El canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, también ha considerado los incendios navales “un plan B del Equipo B”, consistente en “la diplomacia de sabotaje”.
Con “el Equipo B”, el ministro iraní se refiere al asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., John Bolton; el príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman Al Saud; su homólogo emiratí, Muhamad bin Zayed Al Nahyan; y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, apodado “Bibi”.
ask/rha/ftm/msf
El imperialismo de EE.UU., de hecho, se conoció en concreto tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) cuando la doctrina del llamado “aislacionismo norteamericano” —que se centraba, aparentemente, en su interés en los asuntos internos del país— iba perdiendo mucha fuerza.
El aislacionismo norteamericano, sin embargo, es un concepto ambiguo, dado que el país fundado en 1776 por los inmigrantes, nunca mostró la menor señal de que deseaba ocuparse únicamente de los asuntos suyos.
En el ámbito comercial, sus naves mercantes han surcado los mares desde los primeros días de la independencia, y en cuanto a la cultura, sus escritores, artistas, investigadores, misioneros y turistas siempre han recorrido el planeta para difundir el estilo estadounidense de vida.
Tampoco en el campo militar, EE.UU. se ha mantenido ajeno. La menor “amenaza directa” a la seguridad nacional de EE.UU. era suficiente para que Washington entrara en cualquier guerra extranjera, directa o subsidiaria.
No obstante, la historia ha registrado muchos momentos en que la Casa Blanca haya entrado en guerras sin que su seguridad nacional se viera amenazada de forma directa o indirecta.
Aquí les presentamos un breve repaso de algunas de las guerras que desató EE.UU. con otros países bajo pretextos inverosímiles:
Santiago de Cuba: Batalla Naval 1898
Julio para Santiago de Cuba conlleva muchas conmemoraciones históricas, entre ellas la Batalla Naval 1898, cuyas memorias siguen vivas, preservando aún cinco buques españoles y dos estadounidenses.
Estados Unidos ideaba apropiarse de la Mayor de las Antillas, a inicios del siglo XIX, así que el 15 de febrero de 1898, ellos mismos volaron una fragata de su país “Maine” en el puerto de La Habana, para justificar una guerra contra España y arrebatarle la última colonia que tenía en el Caribe.
Estados Unidos acusó a España de la explosión y de inmediato declaró la guerra con efectos retroactivos al comienzo del bloqueo. Las tropas estadounidenses rápidamente arribaron a Cuba.
El incidente del golfo de Tonkín fue la excusa, con el que Washington justificó la destrucción de Vietnam. El conocido como el incidente de Tonkín fue el falso pretexto que usó en 1964, la administración de Lyndon B. Johnson para intervenir militarmente en Vietnam del Norte. El Plan Operativo 34-A perseguía crear un incidente, real o ficticio, que justificara escalar su injerencia en la guerra entre Vietnam del Norte y Vietnam del Sur.
De este modo, los servicios secretos estadounidenses organizaron una operación de falsa bandera y usarla como pretexto para participar en la guerra; en esa ocasión simuló un falso ataque de fuerzas pertenecientes a Vietnam del Norte contra barcos de la Armada de EE.UU. en el Sudeste Asiático, que se habían adentrado en aguas que Washington reclamaba como internacionales, pero que Vietnam reclamaba como nacionales.
Se presentaron vídeos como pruebas de dichos ataques y esto le sirvió de excusa al entonces presidente estadounidense, Lyndon Johnson, para solicitar al Congreso una gran ampliación de las misiones militares que realizaban los soldados destinados como asesores militares en Vietnam y, con ello, el comienzo de una intervención a gran escala.
Atentados del 11-S, pretexto de atacar Afganistán
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), liderada por EE.UU., atacó en 2001 Afganistán, bajo el pretexto de los ataques registrados el 11 de septiembre del mismo año.
Varios terroristas lograron entonces hacerse con el control de cuatro aviones: dos se estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York y otro contra la sede del Departamento estadounidense de Defensa (el Pentágono) en Washington, capital de EE.UU. El cuarto se estrelló en el estado de Pensilvania (noreste). Los atentados se saldaron con alrededor de 3000 muertos.
La invasión se produjo mientras varios informes aseguran la implicación del régimen israelí y saudí en los atentados, que fueron usados como parte de pretexto para nuevo conflicto protagonizado por la Casa Blanca.
Invasión de Irak por armas de destrucción masiva “nunca encontradas”
Dos años después de atacar Afganistán, EE.UU. amaneció con la idea de que el entonces dictador iraquí Sadam Husein poseía un almacén lleno de armas de destrucción masiva. Datos al respecto fueron proporcionados por la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés).
Tras el derrocamiento del régimen dictatorial iraquí los agresores afirmaron que se habían basado en información errónea. Si bien, la invasión sí sembró la inseguridad en el país árabe y allanó el terreno para el surgimiento de grupos terroristas.
Las intervenciones, guerras y ataques de Estados Unidos a muchos otros países del mundo —en su mayoría latinos, asiáticos y africanos— han provocado tantos perjuicios y consecuencias tan negativas que hasta el día de hoy afectan a los civiles.
Las recientes intervenciones militares en Irak, Siria, Libia y Afganistán so pretexto de liberar a los pueblos de esos países y restaurar la democracia solo han contribuido a empeorar la situación y allanar el camino para el surgimiento de grupos terroristas como el EIIL (Daesh, en árabe).
EE.UU. también está detrás de varios conflictos, para los cuales no se ve un panorama de paz. Siria, la península coreana, Venezuela, Yemen y Palestina son unos los países víctimas de las injerencias, las demandas excesivas y las políticas erróneas de Washington.
Irán también se ha convertido en un blanco de la retórica bélica de EE.UU., que al parecer busca una nueva aventura para demostrar que aún sigue siendo el líder del mundo. Un anhelo que parece poco probable ante la existencia de emergentes potencias como Rusia, China y la propia República Islámica de Irán.
En el caso más reciente, dos buques cisterna Front Altair y Kokuka Courageous, con pabellón de las Islas Marshall y de Panamá, respectivamente, se incendiaron el jueves a 25 millas del puerto iraní de Yask, en la provincia de Hormozgan (sur). El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, ha acusado a Irán de estar detrás del incidente, argumentando que nadie en la región tiene “los recursos y la capacidad necesaria para actuar con ese alto nivel de sofisticación”.
Esto mientras varios informes barajan la posibilidad de que EE.UU. y sus aliados regionales están detrás de los incidentes y están tergiversando la realidad para demonizar a Irán.
El canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, también ha considerado los incendios navales “un plan B del Equipo B”, consistente en “la diplomacia de sabotaje”.
Con “el Equipo B”, el ministro iraní se refiere al asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., John Bolton; el príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman Al Saud; su homólogo emiratí, Muhamad bin Zayed Al Nahyan; y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, apodado “Bibi”.
ask/rha/ftm/msf
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