El
Fondo Monetario Internacional (FMI) rechazó la solicitud del presidente
venezolano, Nicolás Maduro, de 5.000 millones de dólares del fondo de
emergencia para hacer frente a la epidemia.
Según
explicó el canciller del país caribeño, Jorge Arreaza, con este
préstamo el Gobierno planeaba "fortalecer las capacidades de respuesta"
del sistema de salud a la propagación del coronavirus. Esta solicitud es
"otra acción oportuna para proteger al pueblo", aseveró Arreaza.
Con estos medios, según se desprende de la solicitud enviada al organismo internacional, Venezuela podría "robustecer los sistemas de detección y respuesta" frente al COVID-19.
Actualmente, hay 36 casos confirmados en Venezuela, que está en estado de cuarentena total desde el 17 de marzo.
El Gobierno de Venezuela no mantuvo una buena relación con el FMI, órgano al que acusó de intentar imponer el modelo capitalista en América Latina.
Incluso, el presidente Nicolás Maduro reiteró que mientras él gobierne, Venezuela no volverá a tener vínculos con el FMI.
En mayo de 2018, el Fondo Monetario Internacional emitió una declaración de censura contra Venezuela por no implementar medidas correctivas sugeridas ni aportar datos financieros requeridos por esa institución.
El FMI había advertido a Venezuela el 3 de noviembre de 2017 que tenía un plazo de seis meses, vencidos el 2 de mayo, para entregar información macroeconómica, como datos de operaciones del instituto de seguridad social y exportaciones e importaciones totales de mercancías, expresando su valor en moneda local, por países de destino y de origen.
Sin embargo, en mayo de 2019, el Gobierno venezolano entregó, luego de tres años de silencio, un informe de su desempeño, y el FMI aseguró que hasta no había podido evaluar las cifras por falta de contacto con las autoridades.
Aunque en los últimos meses el Banco Central de Venezuela se mantuvo actualizando la cifra cada tres meses y aplicó algunas medidas económicas, el FMI no informó si resolvió levantar la declaración de censura.
La solicitud del financiamiento surge un día después de que Maduro, alertara sobre una abrupta caída de los precios del crudo, ante la propagación de COVID-19, la cual llevó el precio de la cesta de crudo venezolano por debajo del costo de producción.
Esta situación afecta aún más la economía venezolana dependiente del crudo y golpeada por la inestabilidad de su precio en los últimos años, así como por las sanciones impuestas por Estados Unidos y varios escándalos de corrupción.
Con estos medios, según se desprende de la solicitud enviada al organismo internacional, Venezuela podría "robustecer los sistemas de detección y respuesta" frente al COVID-19.
Actualmente, hay 36 casos confirmados en Venezuela, que está en estado de cuarentena total desde el 17 de marzo.
El Gobierno de Venezuela no mantuvo una buena relación con el FMI, órgano al que acusó de intentar imponer el modelo capitalista en América Latina.
Incluso, el presidente Nicolás Maduro reiteró que mientras él gobierne, Venezuela no volverá a tener vínculos con el FMI.
En mayo de 2018, el Fondo Monetario Internacional emitió una declaración de censura contra Venezuela por no implementar medidas correctivas sugeridas ni aportar datos financieros requeridos por esa institución.
El FMI había advertido a Venezuela el 3 de noviembre de 2017 que tenía un plazo de seis meses, vencidos el 2 de mayo, para entregar información macroeconómica, como datos de operaciones del instituto de seguridad social y exportaciones e importaciones totales de mercancías, expresando su valor en moneda local, por países de destino y de origen.
Sin embargo, en mayo de 2019, el Gobierno venezolano entregó, luego de tres años de silencio, un informe de su desempeño, y el FMI aseguró que hasta no había podido evaluar las cifras por falta de contacto con las autoridades.
Aunque en los últimos meses el Banco Central de Venezuela se mantuvo actualizando la cifra cada tres meses y aplicó algunas medidas económicas, el FMI no informó si resolvió levantar la declaración de censura.
La solicitud del financiamiento surge un día después de que Maduro, alertara sobre una abrupta caída de los precios del crudo, ante la propagación de COVID-19, la cual llevó el precio de la cesta de crudo venezolano por debajo del costo de producción.
Esta situación afecta aún más la economía venezolana dependiente del crudo y golpeada por la inestabilidad de su precio en los últimos años, así como por las sanciones impuestas por Estados Unidos y varios escándalos de corrupción.
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